Ciudad de México.- La leyenda del heavy metal, Ozzy Osbourne, fue despedido este miércoles en su ciudad natal, Birmingham, Inglaterra, en una procesión fúnebre que reunió a miles de seguidores y seres queridos.
Entre lágrimas, la familia Osbourne -su viuda Sharon y sus hijos Kelly, Jack, Aimee y Louis- se unió a los fanáticos que colmaron las calles para rendir homenaje al influyente líder de Black Sabbath, fallecido el pasado 22 de julio a los 76 años.
Vestidos de negro riguroso, los Osbourne llegaron al memorial desplegado en Broad Street, donde colocaron flores moradas y se detuvieron frente al altar improvisado, adornado con notas, obsequios y mensajes de despedida.
Sharon, visiblemente conmovida, portaba alrededor del cuello un anillo que parecía ser la alianza de bodas de Ozzy, y en un momento fue vista abrazando a su hija Kelly y tomando la mano de Jack, mientras las emociones la desbordaban.
También estuvieron presentes Aimee Osbourne, habitualmente reservada y alejada de la vida pública, y el hijo mayor de Ozzy, Louis, fruto de su primer matrimonio con Thelma Riley; sin embargo, Jessica Osbourne y el hijo adoptivo del músico, Elliot Kingsley, no fueron vistos en el evento.
Los antiguos compañeros de banda de Ozzy en Black Sabbath -Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward- también asistieron para darle el último adiós, junto a figuras del mundo del espectáculo como Sir Elton John y Yungblud.
El "Príncipe de las Tinieblas" murió "rodeado de amor", según comunicó su familia en una declaración oficial.
"Estaba con su familia, rodeado de mucho cariño. Les pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento", escribieron.
Dos semanas antes de su muerte, Ozzy ofreció un último concierto en Villa Park, ante 42 mil personas, donde interpretó clásicos en solitario como "Crazy Train" y "Mama, I'm Coming Home", además de himnos de Black Sabbath como "War Pigs" e "Iron Man".
Antes de retirarse del escenario, dijo al público: "No tienen idea de cómo me siento. Gracias de todo corazón".