El pasado 20 de julio de 2025, el Consejo Nacional de Morena acordó cuatro ejes para consolidar la Cuarta Transformación en el país. Estos acuerdos, aunque nacionales, tienen un impacto directo en entidades como Chihuahua, donde las divisiones internas y las disputas por el control político amenazan con debilitar al partido rumbo a la elección de 2027. Definitivamente la oposición se encuentra en un retroceso, pero, la división de grupos internos de Morena podría convertirse en su principal obstáculo y derrota.

Uno de los acuerdos interesante al menos en lo teórico es el Plan Municipalista, que contempla una capacitación técnica en las políticas públicas en los municipios gobernados por Morena. Con esto se pretende garantizar un mejor servicio básico. Este plan es fundamental porque, si la tendencia continúa, muchos municipios hoy en manos del PRI o PAN podrían pasar a Morena. Sin embargo, el riesgo no está en la oposición, sino en las decisiones internas, si morena decide postular a personajes sin identidad con el movimiento y que sólo buscan una candidatura al ver una oportunidad de poder.

Muchos militantes de larga trayectoria ya han expresado y manifestado que no puede haber espacio para arribistas sin compromiso que pretendan usar al partido como trampolín personal. Proponen y, con justa razón, que quienes lleguen demuestren lealtad y trabajo previo, y que aspiren a cargos hasta 2030 o 2033.

Otro acuerdo de suma importancia es la creación de una Comisión de Incorporaciones, encargada de evaluar de manera rigurosa a los nuevos perfiles que buscan sumarse a Morena. Esta medida responde directamente a la inconformidad de la militancia, que observa con preocupación cómo figuras del PAN y del PRI buscan cobijo en Morena sin siquiera compartir sus principios. Esta comisión tiene la enorme responsabilidad de impedir que la ideología del movimiento se diluya con el ingreso indiscriminado de personajes que siempre atacaban a la Cuarta Transformación.

Se anunció el Consejo Consultivo Nacional, un espacio con intelectuales y expertos para orientar estratégicamente al partido. Esta iniciativa puede dar sentido a las decisiones políticas si no se convierte en una figura decorativa o de cuotas entre grupos.

Finalmente, el Plan Seccional busca la instalación de comités en las 71 mil secciones del país. En Chihuahua, este proceso iniciará con 321 asambleas quincenales a partir del 17 de agosto. Aquí ya se percibe el intento de acaparar espacios por parte de grupos como los de Cruz Pérez Cuéllar, Andrea Chávez, los llamados políticos del bienestar y otras pequeñas estructuras que operan sin una figura clara para la gubernatura en el 2027.

Ante este panorama, el mayor rival de Morena no está afuera, sino adentro. Sin unidad —no solo en el discurso, sino en las decisiones, en las candidaturas, en el respeto a la militancia—, no se podrá ganar el Gobierno del Estado de Chihuahua en el 2027. Si cada grupo interno sigue priorizando sus intereses personales sobre el proyecto común, si se permite que oportunistas se impongan sobre quienes han levantado al movimiento, Morena se dividirá. La unidad no es opcional, es el único camino.