En los tatuajes de la espalda de Salvador Humberto S.V.M, alias “El Verín” -uno sin terminar, fotografiado al ser fichado tras su primera detención y otro captado apenas fue ingresado al Cereso de Aquiles Serdán esta semana- podemos notar su evolución en el submundo criminal.
El primer dibujo era el que tenía por el año 2010, cuando jugaba un papel marginal en la Gente Nueva del Cártel de Sinaloa, aquel tiempo en que recién había irrumpido el grupo liderado por “Los Salgueiro”, enviado a la conquista de Chihuahua por parte de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El segundo ya es un ángel negro con una espada y muchos cráneos humanos a sus pies, tal vez un símbolo de su autopercepción o simple evidencia de su paso por la prisión, donde algunos reos buscan plasmarse lo que, desde su compleja y hasta retorcida visión, es el respeto por la vida y la muerte. Las imágenes pueden verse en exclusiva en GPS versión digital.
Pero para entender la dimensión de la detención de “El Verín” hace falta retroceder hasta 2008, cuando aquella farsa de la guerra contra el narco de Felipe Calderón derivó en la más cruenta era de violencia en Chihuahua desde tiempos de la Revolución Mexicana.
Estaba “el de la V” bajo el mando de Noel “El Flaco” Salgueiro, quien encabezaba la avanzada de “El Chapo” Guzmán (su compadre, que le bautizó a un hijo hace años en algún rincón de la sierra), determinado a pelearle el estado al Cártel de Juárez, misión por la que ingresó su ejército desde Guadalupe y Calvo.
Bajo “El Flaco” y por encima del que todavía no era “El Verín” sino “Chava” o “Beto”, estaba Luis Alfonso, su hermano, operador de Salgueiro con varios hombres a su mando, entre ellos el que luego lideraría su propia facción del cártel. El hermano y su esposa, conocida como “La Doña”, fueron ejecutados por aquellos tiempos.
En aquel entonces, Salvador Humberto andaba en sus años 30 -hoy tiene 51, nacido el 12 de abril de 1974- cuando surgieron sus primeros registros criminales en un choque feroz con una patrulla militar en calles de la colonia Cerro de la Cruz; luego, fue relacionado con la masacre en un bar, el Far West, donde La Quinta Banda tocaba “El corrido de La Línea”.
Pasó cinco años preso, de 2010 a 2015, entre el Centro Federal de Readaptación Social de Matamoros, Tamaulipas y el de Villa Comatitlán, Chiapas, pero la generosa justicia mexicana lo dejó en libertad. No sabemos exactamente cuál resolución lo liberó, después de ser acusado de portación de armas de uso exclusivo del Ejército y delincuencia organizada.
***
En algún momento entre 2015 y 2020, “el de la V” terminó distanciándose y luego peleándose a muerte con “Los Salgueiro”, sucesores de “El Flaco”, entre ellos José Bryan y Efrén, alias “El Maniaco”, quienes tenían encomendada la plaza de Parral y hacían intentos por penetrar a la capital, como cabezas de “La Chapiza” o “Los Chapitos”, los hijos de Joaquín y de su hermano, Aureliano “El Guano”.
Hizo alianza con “Los reyes del cristal”, Manuel Arzola Campos, alias “Don Meny”; Francisco, “Quico”; Gerardo, “El Jerry” y Héber, alias “Kikín”. Pero a la muerte de “Don Meny”, ejecutado en el estacionamiento de Sam´s, surgió una disputa interna por controlar el grupo de la también denominada Gente Nueva.
“El de la V” enfrentó a los hermanos Arzola, que fueron cayendo presos o muertos, y a Ramón Soto Valenzuela, “El Doc”, quien era el aliado de “Los Salgueiro” para controlar la capital o cuando menos una parte de la ciudad.
Hacia finales de 2022, esta disputa generó una ola de asesinatos en Chihuahua; el 10 de diciembre aparecieron mantas pidiendo la detención de “El señor de la V” por estos homicidios, mientras que tres días después, éste respondió con otro mensaje para deslindarse culpas.
La suerte le favoreció a “El Verín” cuando “El Doc”, el 14 de diciembre, falleció de un infarto fulminante mientras hacía ejercicio en unas canchas deportivas de Chihuahua, dejándole mayores espacios en la ciudad, pero con más presencia hacia la zona rural del norte, hasta El Sauz.
Los últimos años, pues, fueron de bonanza para Humberto Salvador, aunque no estuvieron exentos de pleitos con sus rivales, principalmente los internos, pues con La Empresa y La Línea, sus enemigos del Cártel de Juárez, tuvo menos roces que con los que podría considerar antiguos aliados.
Entre esos choques, le revivieron a “El Verín” algunos fantasmas, como Vicente Parra Corral, alias “El Güilo”, otro de los pesados de “Los Salgueiro” que logró fugarse del Cereso de Parral y “El Jerry” Arzola, misteriosamente liberado de Aquiles Serdán.
Por esta pugna, hace un año, “el de la V” fue identificado como autor de la emboscada afuera del Cereso de Aquiles Serdán, donde fue asesinado Manuel Villicaña Pacheco, alias “Largo Pol”, junto con dos acompañantes considerados parte de una alianza de los de Sinaloa para doblegar a Salvador Humberto.
***
No sabemos si la carrera criminal de “El Verín” termine con la prisión, si vaya a salir pronto, si sea llevado a un Cefereso o si lejos de concluir sea el comienzo de otra fase. No sabemos porque la carrera no puede explicarse sin una larga lista de acuerdos turbios con las autoridades en todos sus niveles, de complicidades y deficiencias que suponemos no han sido superadas.
De ahí la relevancia del detenido y de su captura, de las posibles consecuencias violentas que acarree para Chihuahua, en medio, además, de la agitación interna entre las facciones del Cártel de Sinaloa y la evidente oportunidad que representa para la organización criminal que tomó el nombre de Juárez.
Las consecuencias podrían ser agravadas ahora, además, por la irrupción de “Los Cabrera”, otra cara del mismo cártel, empeñada en pelearle plazas a La Línea, lo que ya ha tenido repercusiones desde Ojinaga hasta la puerta de la capital, en Aldama, así como en la frontera más grande del estado.
En todo esto juega un papel preponderante el misterioso jefe que estaba por encima de Salvador Humberto, el mentado “Capu” o “Capulina”, cuyos hilos con los mandones del cártel que fundaron los compadres “El Chapo” y “El Mayo”, no son del todo conocidos; algunas referencias lo ubican en las costas del Pacífico y a veces más al centro del país.
Posiblemente desde allá ya tiene un sucesor para el operador de sus confianzas arrestado el pasado martes de esta semana en el fraccionamiento Riscos del Ángel, pues es sabido que apenas cae uno y ya existe una fila grande de perfiles para ocupar su lugar.
Posiblemente el grupo pueda seguir manejándose desde el Cereso de Aquiles Serdán, si deciden arriesgarse las autoridades manteniéndolo aquí, pero es indudable que generará agitación en la prisión. Y sin los debidos controles preventivos, también en las calles de la ciudad.
***
Algunas preguntas pueden ser más importantes que las respuestas cuando se trata de comprender o cuando menos aproximarse a la realidad del crimen organizado en Chihuahua, en momentos como el actual, marcado por la captura de un capo muy vigente en la capital.
¿Qué va a pasar con las viudas de “El Señor de la V”, es decir, con los agentes estatales y municipales que estaban a su servicio, en su nómina? ¿Seguirán cobrando con su eventual sucesor o vendrán reacomodos al interior de las corporaciones de seguridad, como ocurre con los cárteles?
Si en el celular de María del Rosario C. H, alias “La Manzanita” -de otro cártel, involucrada marginalmente en el asesinato de policías en Ascensión, apenas detenida hace poco- estaban las conversaciones calientes con comandantes estatales y ministeriales de alto nivel, ¿qué podrán encontrar las autoridades en los dispositivos de Salvador Humberto, un mando de mayor nivel del Cártel de Sinaloa en la capital del estado?
¿Quién es “El Capulina”, superior jerárquico de “El Verín” y cómo movía los hilos de su cártel en la ciudad, a pesar de estar muy lejos de Chihuahua? ¿Qué va a hacer ahora que cayó -perdió, vendió o entregó- a su eficiente operador que presumía ser el dueño de la plaza?
¿Cómo será tratado “el de la V” en el Cereso de Aquiles Serdán, donde están alrededor de mil 400 presuntos integrantes de su cártel, pero no todos de la misma facción que él encabezaba? ¿Lo esperarán ansiosos para regresarle “las cortesías” que tuvo con algunos de ellos? ¿Lo dejarán en México o será extraditable?
¿Tomarán ventaja de su caída sus rivales internos, los del mismo cártel? ¿Aprovecharán la recta sus enemigos de La Línea-La Empresa-Nuevo Cártel de Juárez y demás denominaciones que operan al amparo de esta otra gran organización criminal?
¿Qué va a pasar con el Cártel de Sinaloa ahora, cuando han irrumpido “Los Cabrera” por Ojinaga de parte de “Los Mayos” y sigue la batalla con “La Chapiza”, para apoderarse de las mejores plazas del imperio criminal construido por los caídos Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada?
¿Qué va pasar cuando "El Flaco" Salgueiro sea liberado en 2026 y posiblemente regrese a su tierra luego de sus largas vacaciones en un penal de Estados Unidos, a donde fue extraditado en 2019?
Cada pregunta puede tener mil respuestas o suposiciones, pero la realidad es que a la caída de capo vienen los reacomodos, generalmente violentos, por lo que vale la pena visualizar y prevenir lo que esta captura puede representar para la capital.