Ciudad de México.- Dante Alighieri, el autor de la novela “La Divina Comedia”, citaba en esa obra que el infierno se componía de varios círculos o infiernos y el noveno era el más cruel de todos, no solamente porque ahí reside Satanás, sino por ser el reservado para los traidores.
El círculo de la traición tiene cuatro anillos: Caina, Antenora, Tolomea y Judeca. 
Caina lleva el nombre del personaje bíblico Caín quien asesino a su hermano Abel, es un anillo para los traidores a la familia; Antenora, por Antenor de Troya, quien traicionó a los griegos, está reservado para los traidores al país; Tolomea, por Tolomeo, quien es conocido por invitar a Simón Macabeo y a sus hijos a comer y luego asesinarlo, este anillo infernal es para quienes traicionan a sus invitados; finalmente, Judeca, nombrado así por Judas Iscariote, quien traicionó a Cristo.
La traición es un acto humano que nunca viene de los rivales, siempre llega de personas a quienes se les tenía confianza, que eran muy cercanos y con quienes se tenían vínculos que parecían ser indisolubles y arraigados.
México, en estos momentos ve los efectos de dos grandes traidores.
En la parte de la política gubernamental y partidista, está la traición de Miguel Ángel Yunes Márquez y de su padre, Miguel Ángel Yunes Linares; ambos fueron enlistados por el PAN para ser senadores plurinominales, el hijo como titular y el padre como suplente; la decisión se basó en una confianza ciega en ambos personajes y en que la esposa de Yunes Márquez es alcaldesa de Veracruz, también bajo las siglas de Acción Nacional.
La supuesta lealtad partidista de la familia Yunes hizo que la dirigencia nacional del PAN no tomara como elementos importantes, que pesaban en contra de todos ellos, los expedientes judiciales que estaban en proceso contra varios integrantes de ese clan.
Pero, así como Antenor traicionó a Troya, Yunes Márquez decidió que en aras de los intereses que más convenían a su familia era viable traicionar a México, y junto con ello a quienes le confiaron el voto y a los dirigentes del Partido que lo enlistaron a cambio de lograr impunidad para todos sus familiares que estaban a punto de ir a la cárcel.
El voto a favor de la Reforma Judicial de Miguel Ángel Yunes lo ha marcado como un traidor a la patria y es sabido que a los traidores no los quieren en ningún lugar, por eso es que no hay lugar en Morena para él y en el PAN lo van a expulsar.
La otra traición, cuyos efectos también se hacen sentir es la que cometió Joaquín Guzmán López, el hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán en contra de su padrino de bautizo, Ismael “El Mayo” Zambada García. 
Junto con esta traición se adosa la complicidad de Rubén Rocha Moya, gobernador de Sinaloa, quien fue el “anzuelo” que utilizaron para atraer a “El Mayo” Zambada a la emboscada que le tendieron.
Los efectos de la traición apenas se empiezan a sentir.
Culiacán, la capital de Sinaloa, siente los efectos de la venganza. 
La traición genera efectos devastadores: puede afectar la vida de toda una nación o trastocar la paz y tranquilidad de una o varias comunidades.
El infierno para los traidores es el más cruento y sanguinario, pero se lo tienen merecido por el daño que causan y los efectos devastadores que generan.
Los Yunes en “Antenora” y “Los Chapitos” en “Tolomea” son ahora el símbolo de la traición que los marca para siempre, porque más allá de las actividades que unos y otros realizan, al final de cuentas los traidores son personas de mala catadura e indignas de cualquier confianza.