Las escenas en el escenario de la batalla política que hoy se libra de poder a poder, entre la presidenta de la Republica y el Congreso de la Unión, con 8 ministros y su grupo en la Suprema Corte, denotan por un lado la extrema circunstancia debido a la derrota electoral del PRIAN; y por otro lado el incontenible avance de las fuerzas de Morena y sus aliados para consolidar su victoria, aprobando las instituciones que están llamadas a consolidar todas sus propuestas electorales y sus ejercicio del poder por decenas de años. Las imágenes del poderoso avance de las fuerzas progresistas sobre la retirada y los intentos de defender con uñas y dientes las del conservadurismo, es el drama de los derrotados; vemos que paso a paso, han aprobado una decena de reformas constitucionales, que le van quitando de 3 en 4, todos los espacios de poder que el PRIAN había tenido bajo su mando, durante más de 80 años.
En el horizonte de la nueva etapa del país, se perfila ya, otra más de las muchas tragedias del destino infausto que le espera a Alito Moreno, a Marco Cortés, a Claudio X González entre muchos otros; así como la debilidad, qué hasta nuevo aviso, anticipan también la desaparición de los partidos políticos como los conocemos hasta hoy, del PRI, del PAN y al corporativismo del conservadurismo. Lo que hoy vemos, es inédito en la historia de nuestro país y es apenas el inicio de la histórica puerta de la gran transformación que se abrió rotundamente el 2 de junio.
Ninguna propaganda política usada por el conservadurismo en retirada, ha logrado 1 gramo de persuasión colectiva, pues la sociedad mexicana está más interesada y politizada que nunca en todos los temas de la vida pública.
Incluso, los diseñadores de la propaganda conservadora, al saber que la distribución de la guerra sucia diseñada por el conservadurismo en otros países e impulsada por las granjas de bots de Claudio X González fracasaron rotundamente y se estrellaron una y otra vez ante el muro de la madurez y el despertar de la conciencia política del pueblo mexicano. Parece, hasta nuevo aviso, que está cambiando su modelo de persuasión basado en la distribución de “fake news” y mensajes de odio como lo hicieron contra López Obrador, pues ahora contra la presidenta Claudia Sheinbaum de nueva cuenta están volviendo a ser infructuosos persuasivamente hablando.
En el escenario político, por todos lados se percibe al conservadurismo tan débil y desorganizado que sus líderes pierden cada día más adeptos y presencia social.
En efecto, la lucha por la reforma constitucional judicial, ya hecha Constitución vigente, arroja el avance incontenible de morena y sus aliados sobre los ocho ministros que dejaron de ser los operadores del control constitucional, para convertirse en operadores eminentemente políticos del prian. En palabras pobres, los 8 ministros que se suponía, representaban la observación imparcial, técnico-jurídica de la Constitución, se quitaron la careta como “los sacerdotes de la Ley”, para elaborar ya no sentencias jurídicas, sino manifiestos políticos, verdaderos volantes partidistas del prian, distribuidos en los mítines, manifestaciones en las calles, plantones políticos, organizados por algunos magistrados y jueces, que se dejaron envolver por la ominosa tarea que diseñaron como estrategia política, supuestamente “para defender al poder judicial federal”, por los alitos Moreno, los Marco Cortés, los Claudio X González y los intelectuales orgánicos del conservadurismo. A esa miserable condición política redujeron con su total complacencia a esos 8 ministros, que desde hace años se disfrazaron de “sacerdotes imparciales de la constitución”, cuando ya empezaban, como decía el padre del amparo Mariano Otero, querer “erigirse como el gobierno de los jueces” desplazando al soberano de todos ellos: al pueblo.
A tal grado llegaron a creerse ser del grupo del “supremo gobierno de los jueces” que, varios de esos militantes y visibles propagandistas del PRIAN, en funciones como “jueces de distrito” se siguen atreviendo a amenazar con meter en prisión a la presidenta de México, y que pueden hacerlo, sin necesidad de juicio político para desaforarla, sosteniendo que “tienen el poder para hacerlo”, con el solo hecho de “ordenarlo de juez a juez sin necesidad de juicio previo”.
Todos lo estamos viendo, no son subjetividades: Alito Moreno y Marko Cortés y Claudio X González y sus intelectuales orgánicos conservadores, están enraizados hasta la médula, en el poder y las decisiones del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y como sus verdaderos propietarios los defienden. Pero, la fuerza del cambio histórico impulsado por una sociedad cada vez más politizada y más protagonista en todos los temas de la vida pública del país, hicieron posible desenmascararlos.
Como testigos de la historia, estamos obligados a escribir los sucesos tal como son y van sucediendo. Sin subjetividad alguna.