El asesinato de dos ayudantes de la embajada israelí el miércoles frente a un museo judío de Washington fue un ejemplo extremo de lo que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y otras personas califican de aumento mundial de incidentes antisemitas surgidos después de que terroristas de Hamás mataran a más de 1200 personas y tomaran 250 rehenes el 7 de octubre de 2023.

En todo el mundo, las ofensivas contra personas y propiedades judías se han duplicado o incluso triplicado desde los atentados de Hamás y se han mantenido en niveles históricamente altos mientras Israel lleva a cabo una campaña de bombardeos y un bloqueo de la ayuda de 19 meses que, según el ministerio de Salud de Gaza, ha matado a más de 50.000 palestinos.

Los grupos que monitorean los delitos motivados por el odio en todo el mundo dijeron que el atentado de Hamás y la guerra posterior habían contribuido a alimentar decenas de miles de incidentes, incluidos casos de insultos, un torrente de ataques en línea en las redes sociales, vandalismo de temática nazi, amenazas personales y ataques violentos con resultado de lesiones y muerte.

“En todas partes se produjeron más incidentes que antes del 7 de octubre; esa impresión es duradera”, dijo el profesor Uriya Shavit, director del Programa de Estudios Religiosos de la Universidad de Tel Aviv, que elabora uno de los informes anuales más completos sobre el nivel de antisemitismo en todo el mundo.

Shavit y otras personas dijeron que podría ser difícil definir claramente lo que se considera un incidente antisemita en un momento de gran indignación política en todo el mundo, especialmente por el impacto humanitario de la conducta de Israel en la guerra. La complejidad de la cuestión se puso de manifiesto durante las protestas de 2024 en las universidades de Estados Unidos, donde los administradores y los agentes de policía se esforzaron por hacer frente tanto a la expresión política legítima como a los incidentes abusivos o de odio.

A pesar de la intensidad de los sentimientos sobre el conflicto, la mayoría de los casos de antisemitismo denunciados en todo el mundo distan mucho de alcanzar el tipo de violencia extrema que estalló el miércoles ante el Capital Jewish Museum, donde el Comité Judío Americano ofrecía una recepción para jóvenes diplomáticos en Washington.

“Hay tal fusión y mezcla de ideologías y de contenido y lenguaje”, dijo Dave Rich, director de política de Community Security Trust, una organización judía sin fines de lucro de Londres que hace un seguimiento del antisemitismo en el Reino Unido. “Mucha gente que no es extremista activa en el sentido en que la mayoría de la gente lo entendería igual usa un lenguaje extremista”.

Pero aun así, los expertos afirman que las tendencias son claras: los datos recogidos de departamentos de policía, organismos gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro de todo el mundo sugieren que las autoridades están luchando por contener la mayor oleada de incidentes alimentados por el odio contra los judíos que se ha registrado en décadas.

En Francia, se produjeron 1570 incidentes antisemitas en 2024, un ligero descenso respecto al año anterior, pero aún así un aumento del 260 por ciento respecto a 2022, según el último informe de la Universidad de Tel Aviv. En Alemania, el número de casos relacionados con expresiones de odio contra los judíos se duplicó en 2023 hasta alcanzar los 5671, según el estudio, y descendió a 5177 en 2024. Se observaron tendencias similares en los informes antisemitas de Argentina, Canadá, Australia, México y otros países.

En el Reino Unido, el número de incidentes antisemitas en 2024 fue un 112 por ciento superior al de dos años antes, pasando de 1662 a 3528, según los datos recopilados por Community Security Trust, que calificó el aumento de “resultado de los niveles persistentes de odio antijudío observados en el Reino Unido desde el atentado terrorista de Hamás”.

De esos casos, 201, o alrededor del 6 por ciento, fueron incidentes de agresión u otros ataques físicos contra personas judías en el Reino Unido. Alrededor de la mitad de los 3528 incidentes incluían discursos incendiarios sobre el conflicto entre Israel y Hamás, junto con expresiones explícitas de lenguaje, motivación u objetivo antijudío. El centro no incluye en sus datos las declaraciones que son solo expresiones de creencias políticas, dijo Rich.

En Estados Unidos, la guerra y el movimiento propalestino han aumentado las tensiones y el temor al antisemitismo. El tiroteo en el museo es el tipo de acontecimiento que ha preocupado y sobre el que han advertido muchos judíos, así como algunos académicos y activistas judíos. Sostienen que la explosión de lenguaje antisemita ya ha dado lugar a violentos ataques personales.

“No se puede trazar una línea directa entre el campus y el arma”, dijo David Wolpe, rabino emérito del Templo Sinaí de Los Ángeles, quien fue profesor visitante en la Facultad de Teología de Harvard cuando estallaron las protestas en el campus el año pasado.

“Pero los campus normalizaron el odio y anatematizaron a los judíos”, dijo Wolpe. “Con este telón de fondo, la violencia es tan poco sorpresiva como espantosa. Al fin y al cabo, ‘globalizar la Intifada’ se parece mucho a esto”.

Los incidentes antisemitas en Estados Unidos van de lo físico a lo verbal, de lo sutil a lo manifiesto.

Los fiscales federales dijeron que un hombre de Carolina del Norte envió por correo una amenaza antisemita a un rabino del Templo Beth Israel de Macon, Georgia, en febrero de 2024. La postal que el hombre había enviado incluía la frase “GASTHEJEWS” (“GASEENALOSJUDÍOS”) y mostraba el dibujo de una persona disfrazada de rata con las palabras “JEWS ARE RATS” (“LOS JUDÍOS SON RATAS”), dijeron las autoridades. El hombre fue acusado a nivel federal a principios de este mes de un cargo de envío de comunicaciones amenazadoras.

Semanas después del ataque del 7 de octubre de 2023, un conductor de un servicio de transporte compartido del aeropuerto internacional de San Francisco, California, golpeó en la cara a un cliente al que consideró judío o israelí, dijeron las autoridades. El conductor, un californiano de 39 años, fue detenido en marzo y acusado de cometer un delito federal de odio, dijo la fiscalía.

En la mayoría de los países, el número de incidentes de odio dirigidos contra judíos ha descendido ligeramente desde el pico alcanzado en las semanas posteriores al atentado del 7 de octubre. Pero Shavit, de la Universidad de Tel Aviv, calificó el asesinato el miércoles de Yaron Lischinsky y Sarah Milgrim, dos miembros del personal de la embajada israelí en Washington, de sombrío recordatorio del odio al que siguen enfrentándose los judíos en todo el mundo.

“Me entristecí”, dijo, “cuando uno ve a una pareja joven tan encantadora que está a punto de hacer realidad sus sueños en la vida, ya sabes, en el momento más bonito de la vida”.

Yechiel Leiter, embajador israelí, dijo en una conferencia de prensa que Lischinsky y Milgrim habían estado a punto de comprometerse. La policía dijo que el sospechoso del ataque de Washington exclamó: “!Palestina libre, libre!”, cuando fue detenido tras un tiroteo a corta distancia frente al museo, poco después de las 9 p. m.

El tiroteo provocó nuevas protestas de líderes políticos de todo el mundo, entre ellos el presidente Donald Trump y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que expresaron su indignación ante lo que calificaron de evidencia de odio antisemita. Trump escribió en su plataforma de redes sociales que “estos horribles asesinatos en DC, basados obviamente en el antisemitismo, deben terminar, ¡YA!”.

El incidente también pareció hacerse eco de una serie de incidentes relacionados con puestos diplomáticos israelíes en todo el mundo en los últimos 19 meses.

El verano pasado, se lanzaron cócteles molotov contra las embajadas israelíes en Ciudad de México y Bucarest, Rumania. El pasado junio, un hombre armado con una ballesta atacó la embajada israelí en Belgrado, Serbia. Un atacante abrió fuego contra el consulado israelí en Múnich en septiembre, y dos meses después detonaron granadas cerca de la embajada israelí en Copenhague.

El pasado agosto, dos coches explotaron ante la sinagoga Beth Yaacov de La Grande Motte, ciudad turística de la costa meridional de Francia, en lo que los fiscales calificaron de acto terrorista. Y en Estados Unidos, la casa del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, que es judío, sufrió un atentado incendiario. El sospechoso citó el trato de Israel a los palestinos.

Walter Reich, catedrático de asuntos internacionales, ética y comportamiento humano de la Universidad George Washington, dijo que el conflicto en Gaza había puesto de manifiesto el odio histórico hacia los judíos, que se había contenido en cierta medida en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial y al Holocausto.

“Pero en los últimos años ha vuelto con furia”, dijo Reich. “La violencia reprimida contra los judíos ha estallado en todo el mundo. A menudo disfrazada de antisionismo, se ha dirigido tanto contra los judíos como contra su Estado. Y ha reanudado un odio violento que ha sido la norma, no la excepción, durante más de 2000 años”.

Según los expertos, también ha aumentado el número de delitos motivados por el odio contra otros grupos. En general, los delitos motivados por el odio en Estados Unidos se han duplicado en la última década, aumentando hasta casi 12.000 a finales de 2023, frente a menos de 6000 en 2014, según los datos sobre delitos motivados por el odio comunicados a la Oficina Federal de Investigación.

Pero el aumento de los incidentes antijudíos ha superado con creces al de cualquier otro grupo, según quienes recopilan las estadísticas. Eso ha dejado a muchos judíos de todo el mundo conmocionados y sintiéndose inseguros. Algunos judíos afirman que se les impone un nivel de exigencia que no se aplica a ningún otro grupo, y los críticos los responsabilizan colectivamente de las políticas de Israel.

El rabino Moshe Hauer, vicepresidente ejecutivo de la Unión Ortodoxa, uno de los mayores grupos de judíos ortodoxos de Estados Unidos, dijo en una declaración: “Estos asesinatos antisemitas cometidos en la capital de nuestra nación son el resultado directo del esfuerzo organizado y eficaz para demonizar al Estado judío y fomentar el odio y alentar la violencia contra cualquiera que esté relacionado con Israel”.

Michael Herzog, quien fue embajador de Israel en Washington desde finales de 2021 hasta enero, dijo que el atentado no le había “sorprendido”.

El personal de la embajada se había sentido constantemente amenazado desde el ataque dirigido por Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, que inició la guerra en Gaza, dijo Herzog en una entrevista telefónica. Citando las grandes protestas propalestinas que han tenido lugar ante la embajada y la residencia del embajador, dijo que sentía que solo era cuestión de tiempo que “una persona con el cerebro lavado pudiera coger un arma y llevar a cabo un ataque a tiros”.