Ciudad de México.- La UNESCO, en su documento Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial, menciona que las IA son tecnologías de procesamiento de la información que integran modelos y algoritmos que producen una capacidad para aprender y realizar tareas cognitivas, dando lugar a resultados como la predicción y la adopción de decisiones en entornos materiales y virtuales. Los sistemas de IA están diseñados para funcionar con diferentes grados de autonomía, mediante la modelización y representación del conocimiento y la explotación de datos y el cálculo de correlaciones.
La inteligencia artificial se utiliza en diversos ámbitos como la educación, la atención a consultas, la generación de ideas, respuestas y un sinfín de actividades; y, por supuesto, la política no se queda atrás. Muchos legisladores usan esta tecnología para agilizar su trabajo, como verificar los documentos que son muy extensos, pero no debería sustituir la toma de decisiones, el pensamiento crítico o el deber de representar a las personas. Su uso debe ser complementario, transparente y sujeto a regulación.
Como ejemplo, la diputada plurinominal de Morena, Olga Leticia Chávez Rojas, admitió públicamente haber utilizado ChatGPT para facilitar el análisis y la síntesis de iniciativas legislativas extensas, como una en particular de 205 páginas que fue aprobada en menos de un día. Durante esa sesión, defendió el uso de esta tecnología argumentando que representa un recurso que agiliza la lectura y comprensión de documentos extensos, permitiendo reducir su revisión en tiempo. La legisladora, arremetió contra los legisladores del PRI, a quienes acusó de no estar al tanto de los avances tecnológicos, invitándolos a "actualizarse" y calificándolos de ignorantes
La situación anterior deja mucho que desear porque no se debe aprobar una iniciativa en un día, puesto que se requiere del análisis y juicio crítico; y hay que recordar que no se debe depender de la IA, puesto que la generación de respuestas se basa en algoritmos que procesan grandes cantidades de datos para identificar patrones y relaciones. Estos algoritmos suelen basarse en técnicas de aprendizaje automático, que les permiten "aprender" a partir de ejemplos y datos de entrenamiento.
Los ciudadanos debemos preguntarnos: ¿dejaremos la responsabilidad legislativa a personas que no tienen pensamiento crítico y autonomía? La sociedad debemos valorar a quién se elige como legisladores en el 2027. Necesitamos legisladores que no confundan el juicio crítico con agilizar tareas mediante el uso de la IA, que entiendan que la tecnología es una herramienta, no un sustituto del pensamiento y juicio crítico, la ética y el debate democrático. Que el Poder Legislativo no se convierta en un títere de la inteligencia artificial.