Ciudad Juárez.- Muchos casos de abuso y prepotencia son los que a diario la población vive con los representantes de la Comisión Federal de Electricidad en todo México, sin exceptuar esta ciudad. Casos inverosímiles de injusticia donde los cobros abusivos son exorbitantes, solo porque “las pueden”.
Se ha convertido en una normalización las diversas multas que emite dicha corporación por encontrar algún desperfecto, desde su punto de vista, a veces real pero otras erróneo. Si casualmente la persona se encuentra en su domicilio antes de que le corten el suministro eléctrico puede negociar con el trabajador. De cuanto estamos hablando.
Una vez realizada la sanción económica, se convierten en miles de pesos que resultan impagables para la mayoría, no hay convenios de pagos, debe ser al momento y la excusa es que la multa ya viene de la Ciudad de México, con ello se eximen de cualquier ajuste.
Si la persona desconoce la manera legal de actuar en contra de un abuso será de inmediato condenado a dicho pago, e ipso facto le será cortado el servicio de energía. Sin embargo, cuando la persona trata de buscar una solución en el módulo de Profeco en la única sucursal de la ciudad, no dan el soporte necesario, salen peor de como llegaron.
Dentro de las mismas instalaciones de Profeco, se encuentra un módulo de la CFE, el cual, no está para ayudar a la persona, es todo lo contrario, sale regañado y contraatacado, donde regularmente se le refiere que debe pagar la multa, defendiendo los intereses de la corporación.” Usted tuvo la culpa, ahora pague”.
Al ver esta arrogante contestación, pasan directamente al módulo de Profeco, buscando una alternativa positiva o al menos alentadora, pero resulta que las respuestas son muy similares: “es muy difícil ganarle a la comisión”, “es muy tardado el proceso”. Con estas ayudas, mejor “nadota”.
Evidentemente no hay una institución que legal y verdaderamente defienda a los usuarios afectados que buscan una solución legal a su problema. Por ende, regularmente se convierten en víctimas.
En otros casos, personas cercanas o dentro de la corporación de energía, aprovechándose de la situación del afectado, buscan un acercamiento no formal, para llegar a un acuerdo fuera de la instancia correspondiente.
El tormento mañanero es diario, “corte” la principal amenaza antes de cortar el suministro. No importa si se llegaran a amparar, aun con ello comienza la presión y una casi extorsión que pudiera afectar psicológicamente. Viene a la mente, los alimentos, el aire, los hijos, no es para menos.
Si le llegaran a robar el medidor, es una total travesía, desde poner la queja en la CFE, para posteriormente la denuncia en fiscalía, y con ello generar un reporte, y ahora a esperar que instalen uno nuevo, lo cual puede tardar de 1 mes hasta un año. De ahí a torear a los empleados que buscan cortar el servicio cada vez que pasan.
Al final, tarden lo que tarden, se les va a generar una multa, por no tener el medidor, independientemente se esté pagando el servicio de manera puntual. Miles de pesos serán necesarios para pagar la multa a la insaciable paraestatal.
En esta ciudad, por los múltiples casos de injusticia se han juntado colonos para denunciar paren los altos costos y las prácticas irregulares que se han convertido en un pan nuestro de cada día, situación que jamás se debe normalizar. Para desgracia de todos, las inconformidades siguen y no se ve quien defienda a los usuarios.