Tokio, Japón.- El Presidente Donald Trump dijo el martes a las tropas estadounidenses reunidas en Japón que estaba preparado para enviar "más que la Guardia Nacional" a las ciudades para imponer sus medidas contra el crimen y la migración, intensificando aún más su retórica sobre el uso del Ejército dentro y fuera del país.
Hablando ante miles de miembros del servicio militar a bordo de un portaaviones en la base naval de Yokosuka, en Japón, Trump pronunció un discurso partidista que recordó a los enérgicos mítines que lo convirtieron en una figura ascendente en la política estadounidense.
Pero a lo largo de su discurso, de casi una hora, sus habituales divagaciones sobre la apariencia física de los asistentes y sobre catapultas de vapor estuvieron entrelazadas con advertencias sombrías sobre cómo podría decidir desplegar las fuerzas militares.
"Tenemos ciudades con problemas. No podemos tener ciudades con problemas", dijo Trump.
"Y estamos enviando a nuestra Guardia Nacional, y si necesitamos más que la Guardia Nacional, enviaremos más que la Guardia Nacional, porque vamos a tener ciudades seguras."
Trump también defendió los ataques militares estadounidenses contra lo que su Administración ha descrito como presuntos traficantes de drogas. Las tácticas han recibido amplias críticas de expertos que sostienen que es ilegal usar al ejército para atacar a civiles -incluidos sospechosos criminales- que no participan directamente en hostilidades.
Trump ha usado cada vez más sus discursos ante las fuerzas armadas para expresar sus quejas y resaltar sus logros. Aun así, la escena fue impactante: un Presidente de Estados Unidos defendiendo la guerra y los despliegues militares en suelo estadounidense y usando argumentos partidistas en un escenario internacional.
El Mandatario pronunció su discurso en el USS George Washington, un portaaviones atracado al sur de Tokio, en una base militar estadounidense en Japón establecida tras la Segunda Guerra Mundial. Fue una demostración inequívoca de fuerza mientras Trump se preparaba para reunirse esta semana con el líder chino Xi Jinping, en unas conversaciones de gran importancia para la economía global.
En los últimos meses, Trump comenzó a desplegar tropas de la Guardia Nacional en ciudades -en su mayoría de tendencia demócrata-, a menudo en contra de los líderes locales, algunos de los cuales han presentado impugnaciones legales. Ha pedido al ejército que ayude a detener cruces ilegales en la frontera sur y que opere en centros de detención migratoria; que proteja propiedades y personal federal durante protestas; y que respalde amplias operaciones contra el crimen.
El martes, dio a entender que estaba preparado para ir más allá en el despliegue del ejército dentro del país.
"No vamos a permitir que la gente sea asesinada en nuestras ciudades", dijo.
"Y les guste o no, eso es lo que estamos haciendo."
Trump también señaló que la serie de recientes ataques estadounidenses en el mar Caribe y el Pacífico oriental equivalía a una guerra.
"Ya la estamos ganando, la guerra en el mar", dijo.
"El único problema es que nadie quiere ir al mar ya, ni siquiera los barcos pesqueros".
Trump defendió los recientes ataques militares contra embarcaciones, diciendo que "la izquierda radical" afirmaba que los bombardeos habían matado a pescadores y no a presuntos narcotraficantes.
"Los submarinos no van a pescar", dijo.
Estados Unidos ha reconocido más de una docena de ataques contra barcos y semisumergibles procedentes de Sudamérica que han dejado 57 muertos. El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció el martes que el ejército había llevado a cabo tres ataques más solo el lunes. La Administración ha dicho que todos estaban involucrados en el narcotráfico, pero no ha presentado pruebas. Otros gobiernos han afirmado que personas inocentes han muerto en esos ataques, incluido un pescador que, según el Presidente de Colombia, fue asesinado por Estados Unidos.
En su discurso, Trump elogió las tácticas, diciendo que "los estamos eliminando uno por uno". Afirmó que Estados Unidos casi había detenido por completo la entrada de drogas por mar, "y ahora detendremos las drogas que entran por tierra."
"Durante muchos años, los cárteles de la droga han librado una guerra en Estados Unidos, y por fin estamos librando la guerra contra los cárteles", dijo Trump.
Trump completaba así la segunda escala de una gira por tres países de Asia, que en gran parte presentó como una misión diplomática y de paz. Más temprano ese día, Trump participó en una serie de eventos diplomáticos, reuniéndose por primera vez con la recién electa Primera Ministra japonesa, Sanae Takaichi.
Dedicó solo una pequeña parte del discurso a la relación militar y económica entre ambas naciones. Anunció que acababa de aprobar un pedido de misiles para equipar los aviones F-35 japoneses y que Takaichi le informó que la empresa japonesa Toyota invertiría 10 mil millones de dólares en la instalación de plantas automotrices en todo Estados Unidos.
Trump dedicó buena parte de su discurso a intentar ganarse a los miembros del servicio presentes.
"Nuestra fuerza definitiva no proviene del equipo", dijo.
"Proviene de los hombres y mujeres de las filas. Es cierto. Proviene de ustedes, gente increíble, gente atractiva. Demasiada gente atractiva. No me gustan las personas atractivas. Nunca me han gustado las personas atractivas. Seré honesto, nunca lo había admitido antes".
Trump prometió apoyar aumentos salariales para todos los miembros del servicio. El cierre del gobierno lo ha llevado a mover fondos federales y a recurrir a donaciones privadas para pagar a las tropas.
El Presidente también dijo que muchos de los marineros habían sufrido una reducción de salario para asistir al evento.
"No vamos a descontar nada porque vinieron a escuchar a su comandante", dijo.
"Me gustaría ser almirante. Siempre quise ser almirante, para ser honesto."