Socorro.- La mañana que debía ser una rutina escolar se convirtió en una pesadilla para una familia de la ciudad de Socorro. Eran poco después de las 7:00 de la mañana del lunes 20 de octubre cuando Ataiah, una niña de apenas 8 años, caminaba hacia la parada del autobús que la llevaría a la escuela. A unos metros de su casa, una jauría de perros callejeros comenzó a seguirla y en segundos la rodeó. Uno de los animales logró morderla.
“Me empezaron a perseguir y me atacaron... Me asusté mucho”, dijo Ataiah, aún con la voz temblorosa al recordar ese momento terrorífico, en el que el pánico se apoderó de ella y en el que por instinto corrió sin parar en su intento por huir de la manada compuesta por al menos 13 perros.
Un grito rompió el silencio de la mañana. En cuestión de segundos, Samuel, su padre, salió corriendo al escuchar los gritos y la desesperación de su hija. “Solo pensé en protegerla. Fui tras los perros sin pensarlo. Gracias a Dios llegué a tiempo”, relató todavía conmovido.
Una cámara de seguridad de un vecino captó el aterrador momento en que varios perros perseguían a la pequeña, mientras ella intentaba escapar corriendo por la banqueta. En el video se ve al padre irrumpiendo en escena para espantar a los animales y poner a salvo a la niña.
“Fue un susto enorme, uno de esos que no se olvidan”, expresó su madre, Mary Zamora, entre lágrimas. “Gracias a Dios mi esposo todavía estaba en casa y logró rescatarla. Si no, no quiero ni pensar qué habría pasado”, dijo consternada por el ataque. “Estaba muy asustada y temblaba”.
Por fortuna, fue llevada rápidamente al hospital, donde recibió atención médica y vacunas preventivas. Los doctores confirmaron que sus heridas no fueron graves, aunque el impacto emocional permanecerá por mucho tiempo.
Problema constante en la zona
El ataque ocurrió en la cuadra 11600 de Flor Freesia Drive, una zona residencial donde vecinos afirman que la presencia de perros callejeros es constante. “Aquí hay muchos perros sueltos, es peligroso para los niños. No pueden salir solos”, comentó Luis, residente del área cuya cámara de seguridad registró el ataque.
El Departamento de Policía de Socorro informó que 11 perros fueron capturados en una propiedad cercana, donde aparentemente recibían alimento.
Los animales fueron trasladados a Servicios para Animales de El Paso, donde fueron eutanasiados conforme a las normas de control local. El perro que mordió a la niña será sometido a pruebas de rabia como medida preventiva, aunque no hay evidencia de exposición al virus, indicaron las autoridades.
Las autoridades locales pidieron a la comunidad evitar el contacto con animales callejeros y reportar de inmediato cualquier comportamiento agresivo. Dos perros más, posiblemente parte de la misma jauría, continúan siendo buscados.
Debate sobre perros callejeros
El incidente ha reavivado el debate sobre el problema de los perros sin dueño en áreas no incorporadas del condado de El Paso y comunidades vecinas como Socorro, San Elizario, Montana Vista y Fabens, donde los ataques y las mordeduras han aumentado en los últimos meses.
“Esto no fue un caso aislado”, advirtió un oficial de control animal. “Hay colonias enteras donde los perros deambulan sin supervisión. Es un riesgo constante, especialmente para los niños que caminan solos a la escuela”.
Las autoridades determinaron que una persona que vive cerca del área alimentaba y daba agua a los perros callejeros. El cuidador recibió varias citaciones por violaciones como falta de confinamiento, ausencia de vacunas y ataque por animal peligroso.
El jefe de la Policía de Socorro, Robert C. Rojas, recordó que alimentar o dar refugio a animales callejeros puede generar riesgos graves para la comunidad.
“Como departamento, continuaremos trabajando en soluciones a largo plazo para reducir la población de perros sueltos en nuestra ciudad”, dijo Rojas, quien también agradeció el apoyo de la Unidad de Bienestar Animal del Condado durante la emergencia.
Secuelas emocionales
Hoy, Ataiah se recupera rodeada del amor de su familia, aunque el miedo aún ronda su mirada cada vez que sale de casa. “No quiero volver a ver perros”, dice bajito, aferrada a la mano de su madre.
“Solo pedimos que las autoridades hagan algo. No puede ser que un niño tenga que vivir esto para que se tomen medidas”, dijo la madre de la pequeña.