Ciudad de México.- Michael Burry, el gestor de fondos de cobertura que predijo la crisis financiera del 2008, acaba de presentar en X un análisis mordaz sobre Nvidia en el que cuestiona si actúa en favor de sus accionistas, publica el sitio Benzinga.
Refiere que luego de revisar las finanzas de la compañía desde el 2018 hasta mediados del 2025, encontró una gran discrepancia entre sus impresionantes ganancias y lo que realmente llegó a los bolsillos de sus accionistas. Así lo resume:
El juego de la dilución
Nvidia generó 205 mil millones de dólares en ingresos netos acumulados y 188 mil millones de dólares en flujo de caja libre durante el periodo referido, en el que también ejecutó recompras de acciones por 112 mil 500 millones de dólares, operaciones que por sí solas aumentan los precios de los títulos al dejar menos de ellos en el mercado.
Pero simultáneamente realizó emisiones de acciones para la compensación a sus empleados que contrarrestaron los efectos de las alzas de las acciones que se habían inducido con las recompras.
Los reportes financieros de la propia Nvidia muestran que las compensaciones anuales en acciones aumentaron de mil 300 millones de dólares en el 2018 a 4 mil 700 millones de dólares en el año fiscal del 2025, a medida que la compañía incrementó la contratación de talento durante el auge de la IA.
¿Y los inversionistas?
Según los cálculos de Burry, las emisiones de nuevas acciones redujeron en un 50% la ganancia que le hubiera correspondido a cada título poseído por un accionista; ésa es su crítica.
Benzinga aclara que la compensación basada en acciones no es ilegal, y se ha convertido en la moneda estándar para reclutar a los mejores talentos de ingeniería en Silicon Valley.
Las empresas argumentan que alinea los incentivos de los empleados con la rentabilidad para los accionistas, a la vez que preserva el efectivo para la reinversión.
Pero el análisis de Burry abre más el debate sobre si las valoraciones de las tecnológicas en la era de la IA tienen en cuenta la dilución de las acciones.
