Nueva York.- La computación en la nube genera grandes réditos a Amazon.com, Microsoft y Google. Ahora, esta mina de oro enfrenta una amenaza emergente con el auge de especialistas en inteligencia artificial en la nube y un nuevo actor clave en el sector: Nvidia.

Nvidia, fabricante de chips de IA, lanzó su propio servicio de computación en la nube hace dos años, llamado DGX Cloud. También ha impulsado nuevas empresas que compiten con las grandes empresas de la nube, al invertir en empresas de IA en la nube como CoreWeave y Lambda.

Estas iniciativas aún no han tenido un impacto significativo, pero es fácil imaginar un cambio competitivo si la demanda de computación continúa desplazándose hacia la IA y Nvidia sigue siendo el principal proveedor de armas del sector.

DGX Cloud ya está creciendo rápidamente. Cuando se lanzó, los analistas de UBS estimaron que podría convertirse en un negocio con ingresos anuales de más de 10 mil millones de dólares. Y CoreWeave, que cotizó en el Nasdaq en marzo, prevé ingresos de alrededor de 5 mil millones de dólares este año.

Estos negocios están limitados por su enfoque estrecho en la computación de IA, y palidecen en comparación con los más de 107 mil millones de dólares en ventas que generó el negocio de la nube de Amazon, el líder del mercado, el año pasado.

Sin embargo, cualquier reto en la computación en la nube sería preocupante para Amazon: aunque la división de nube de la compañía representó el 29% de sus ingresos en el trimestre más reciente, representó más del 60% de sus ingresos operativos gracias a sus altos márgenes.

Microsoft y Google, de Alphabet, las dos empresas de la nube más grandes que le siguen, también tienen mucho que perder si cambia el panorama de la computación en la nube. Crecientes preocupaciones macroeconómicas están generando cautela en el gasto en informática. Google está bajo escrutinio antimonopolio en Estados Unidos, y su gallina de los huevos de oro -el motor de búsqueda- se ve desafiada por OpenAI.

Todas las grandes empresas de la nube ofrecen chips de IA en renta, muchos de ellos fabricados por Nvidia, que tiene una cuota de mercado estimada de alrededor del 80%. Sin embargo, en lo que quizás sea un testimonio del poder de mercado de Nvidia, las empresas de la nube están ayudando a Nvidia a desarrollar su propio negocio en la nube.

Bajo el inusual acuerdo de DGX Cloud, los gigantes de la nube compran y manejan equipo -incluyendo los chips de Nvidia- que conforman la columna vertebral del servicio. Nvidia entonces arrienda ese equipo de ellos y lo renta a clientes corporativos. Como parte del paquete también ofrece acceso a sus expertos en IA y software.

Esto ha dejado a los gigantes de la computación en la nube en una posición incómoda. Aunque obtienen ingresos mediante el acuerdo, también se les está pidiendo ayudar a un servicio que podría competir con ellos. Algunos no se han apresurado a participar, incluso si terminan por hacerlo; Google estuvo notablemente ausente de la lista de empresas que participan en un mercado de renta de chips de DGX Cloud anunciado en mayo.

Roy Illsley, analista titular en la firma de investigación tecnológica Omdia, afirmó que la participación tenía sentido para las empresas de la nube hace un par de años, ya que sus propios servicios de inteligencia artificial no estaban bien desarrollados, aunque han mejorado recientemente. "Necesitaban responder al mercado cuando despegó la revolución de la IA, y lo que hizo Nvidia fue brindarles una solución cuando aún no tenían sus propios recursos en orden", explicó.

No está claro el tamaño de DGX Cloud, Nvidia no desglosa sus ingresos ni sus ganancias. Sin embargo, la compañía declaró en su año fiscal más reciente que tenía 10.9 mil millones de dólares en acuerdos plurianuales de servicios en la nube, comparado con 3.5 mil millones de dólares el año anterior, en gran parte para respaldar DGX Cloud. Si el servicio está superando con creces el punto de equilibrio -una apuesta bastante segura dados los márgenes de ganancias habitualmente altos de la computación en la nube- ya se trata de un negocio considerable.

Nvidia insiste en que no pretende eclipsar a los gigantes de la computación en la nube con DGX Cloud. De acuerdo con la compañía, su objetivo es ayudar a conectar a los clientes con la potencia computacional de inteligencia artificial y el expertise de Nvidia de formas que de otro modo no serían posibles.

Bien podría esto ser cierto por ahora, pero sería ingenuo pensar que Nvidia no tiene planes a futuro. Como mínimo, DGX Cloud ofrece a Nvidia la opción de desarrollar un gran negocio en la nube en el futuro y la capacidad actual para contribuir a la definición de cómo se desarrolla la IA. Es probable que parte de esta misma lógica impulsa sus inversiones en CoreWeave y Lambda.

Nvidia también tiene motivos para ver con recelo la durabilidad de sus relaciones con los actores actuales de la nube: a medida que invade el territorio de los gigantes de la nube, estos invaden cada vez más el de Nvidia. Todos los gigantes de la nube están desarrollando sus propios chips de IA que, con el tiempo, podrían suplantar a los de Nvidia. Esto les ahorraría dinero a costa de los ingresos de Nvidia, a menos que el fabricante de chips pueda encontrarlos en otro lugar.

Mientras Nvidia busca nuevas áreas que conquistar tras su éxito arrollador en el campo de la inteligencia artificial, la computación en la nube se presenta cada vez más como un territorio fértil, aún cuando algunos de sus principales clientes no estén entusiasmados al respecto.