“Las partes que tienen más que ganar
nunca aparecen por el campo de batalla”
Naomi Klein
La "doctrina del shock" es un término acuñado por la periodista Naomi Klein que describe la estrategia de gobiernos de derecha e izquierda populistas para usar crisis —como guerras, desastres naturales, golpes de Estado o recesiones económicas— para imponer reformas económicas neoliberales radicales, como la desregulación, la privatización y la eliminación de subsidios.
Estas políticas se aprovechan de la confusión y el miedo generalizado para socavar la resistencia social y económica, beneficiando principalmente a una élite a expensas de los más pobres y de la clase media.
Esta teoría se basa en la observación de casos reales donde, después de un evento traumático, como el tsunami que devastó la costa asiática en 2004, se implementaron políticas de privatización y desregulación que beneficiaron a intereses corporativos y debilitaron el tejido social. Claro ejemplo de ello es el gobierno mexicano que, si bien se asume de izquierda, aplica programas sociales que también envuelven a los ciudadanos; es decir, no privatizan empresas, pero sí al pueblo.
A través de la explotación de situaciones de crisis, como la imposición de terapias de electroshock a víctimas sin nombre en siniestros experimentos clínicos o la instauración de dictaduras en América del Sur con la complicidad de Estados Unidos, se ha buscado imponer un modelo económico basado en la desregulación y la privatización.
El corazón de la Doctrina del Shock radica en la aplicación de políticas económicas de la Escuela de Chicago, promovidas por el economista Milton Friedman y respaldadas por acciones encubiertas de la CIA. Estas políticas, centradas en la desregulación total de los mercados y la privatización de los servicios públicos, han llevado a la concentración extrema de la riqueza en manos de una élite, mientras que las masas sufren las consecuencias de pobreza y desigualdad.
El planteamiento básico de la doctrina del shock es que los grandes capitales y gobiernos populistas aprovechan los momentos de pobreza y rencor social para proponer o imponer políticas que los benefician. La incapacidad de reacción de la gente en esos momentos favorece esta estrategia.
Klein señala que el principal objetivo de la doctrina del shock es desmantelar lo que queda del llamado Estado del bienestar y promover, al mismo tiempo, los principios del neoliberalismo. Esta doctrina se inspira en el trabajo de Milton Friedman y la Escuela de Chicago. Estos últimos son considerados los “padres del neoliberalismo”. Una de las ideas centrales del neoliberalismo es que el Estado debe reducirse a su mínima expresión y que debe ser el mercado el principal regulador de las dinámicas sociales.
Según lo plantea la doctrina del shock de Klein, los desdenes sociales son una oportunidad para llevar esa idea a su máxima expresión y esto se habría aplicado en varias oportunidades. El método que emplean para aprovechar estas situaciones es análogo a los electroshocks en psiquiatría.
Con motivo de la pandemia de coronavirus, Naomi Klein ha hecho varios pronunciamientos. Básicamente insiste en el planteamiento central de la doctrina del shock: muchos intentarán aprovechar esta crisis para impulsar políticas que incrementen la desigualdad, enriquezcan a las élites y debiliten a todos los demás.
Sin embargo, Klein asegura que este es también un buen momento para tomar conciencia de que el destino de todos depende de todos. Una persona puede pagar el mejor seguro de salud y tener garantizada su atención; sin embargo, si quien le vende comida no puede hacerlo, el riesgo se mantiene.
No es la primera vez que México enfrenta una amenaza de esta magnitud. Lo que ocurra dependerá de la capacidad de las personas para encontrar formas de ayuda y responsabilidad. De lo contrario, nuevamente habrá pocos ganadores y una enorme cantidad de perdedores.
El reemplazo generacional en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el poder desde 1929, registró un supuesto debate entre políticos y tecnócratas. Los últimos salieron de las filas de los políticos; algunos eran hijos de generales y políticos, pero su paso por las universidades transformó su forma de ver al país, a la sociedad, a la función pública, y así empezaron a ser definidos como políticos que buscaban resolver problemas por medio de soluciones técnicas. Con ellos se inauguró una forma de corrupción que rebasó la de los generales posrevolucionarios y el sentido del poder como un mecanismo para volverse empresarios.
Un común denominador de los neoliberales es que, respondiendo a la estrategia estadounidense de atraer cerebros para inclinar a las élites nacionales a su favor, fueron llevados a estudiar en Estados Unidos, moviendo la influencia intelectual de Europa (Francia, Italia e Inglaterra) —con fuertes tintes izquierdistas— hacia universidades estadounidenses, con claros tintes conservadores. Muchos estudiantes de economía alcanzaron doctorados, algo novedoso en México, y posteriormente entraron al gobierno desplazando a los abogados. Mientras se cumplía el propósito estadounidense, en México arrancaba un proceso de cambio silencioso de gran envergadura.
En resumen, la doctrina del shock es un enfoque político que utiliza el trauma de las crisis para imponer una agenda económica neoliberal, profundizando la desigualdad y fortaleciendo el poder de las élites.
Salud y larga vida
Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de la UACH
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