Pues ya, la renta no es muy cara, el apartamento no es muy mono, pero es lo que hay, por lo menos está ventilado y luminoso. Por cierto, ya investigué; a las mentadas motonetas les llaman “tuk-tuk”, ¿por qué?, muy fácil, el nombre proviene de Tailandia, donde ese tipo de vehículos comenzaron a usarse para fines turísticos y el jadeante motorcito hacía “tuk-tuk-tuk”.
Parece que mi idea original es más fácil de pergeñar que de poner en práctica pues, en Portugal —o séase, en Nazaré—, para operar como conductor de tuk-tuk es necesario cumplir con una serie de requisitos que van del certificado de bautismo a la cartilla de vacunación del perro; a Dios gracias, uno de los requisitos ya lo satisfice: el de la cartilla de vacunación del perro… porque no tengo.
Pues bien, en estos lares, para conducir triciclos motorizados o tuk-tuks, se necesita, primero, la “carta de condução”; además, hay que inscribirse como agente de animación turística (RNAAT) y cumplir con requisitos tales como seguro, presentación de actividades, entre otros; y, en ciudades como Nazaré, el ayuntamiento exige licencia específica para tuk-tuks, control de estacionamiento, número limitado de vehículos autorizados, formación para conductores, etc.
Eso, por no hablar de los costos de adquisición. Lo primero que se debe definir es de qué tipo de vehículo estamos hablando (eléctrico o de gasolina); luego la marca y el modelo; tema muy relevante porque en el mercado existe una amplia gama de posibilidades cuyos precios oscilan entre 1,500 y 5,000 euros; sin tomar en cuenta las adaptaciones: estructura de toldo, carrocería, sistemas de seguridad, iluminación, matrículas, etc. Sólo para dar una idea, querida lectora, gentil lector: un triciclo eléctrico, solar, para adultos, ronda los 7,706.99 euros (aliexpress.com/p/tesla-landing/index.html); en tanto que un “Trike Tuk Tuk” de 200–300 cc anda en 11,784.99 euros (https://www.yaolonmotor.com/es/fuel-powered-tricycle-300cc-tuk-tuk-gasoline-tricycle-engines-200cc-cargo-motorcycle-motorized-tricycles-for-adults); claro: éste ya es otro cantar —It’s very sophisticated—.
Bueno, pues igual que yo, parece que Santiago de la Peña comió payaso.
Días atrás (muy atrás, 1.º de octubre), el flamante secretario general de Gobierno afirmó, entre otras cosas, estar “puesto para lo que sea y para lo que venga”, en relación con una posible candidatura a ocupar un cargo de elección popular en 2027; y que considera positivo que el PAN “se abra a posibles candidatos externos con perfiles idóneos”.
Al respecto, tengo cuatro comentarios muy puntuales:
Primero, celebro el optimismo del aspirante, su juvenil entusiasmo y que esté puesto para lo que sea y para lo que venga (¡felicidades, campeón!).
Segundo, si quiere ser candidato de algo, ahí está el PRI, su casa, su hogar, su nido, de toda la vida, por tradición, por abolengo, por genealogía.
Tercero, en el PAN, nos la suda (¡Olé, macho!) su opinión sobre nuestro Partido.
Cuarto, en relación con una candidatura suya postulada por ese partido, estimo que ésa sí sería una grosería para el PAN, para el panismo, para la memoria de don Manuel Gómez Morín, de don Guillermo Prieto Luján, de don Luis H. Álvarez (chihuahuenses egregios) y para el pueblo de Chihuahua, en general. Electoralmente Santiago no tiene con qué garantizar absolutamente nada: No tiene experiencia, no tiene prestigio, no tiene carisma, es feo y, sobre todo, en el PAN no lo quiere nadie, excepto una facción mínima que, desde los tiempos de Javier Corral, está para ver “dónde calientan las gordas” y hacerse del lado que más les convenga porque si no, no tragan (véase al Poder Judicial).
Se haya operado la nariz o no (para verse más mono), con eso no basta; ni en sus más alucinados sueños de opio va a ocurrir que, como en las carreras de caballos, Santiago pueda ganar “por una nariz” —menos por una cabeza, como en el tango gardeliano—. Simplemente no va a pasar; no puede pasar, no debe pasar. Por el amor de Dios, no juguemos a Juan el Bautista, esa historia ya la vi, y créanme, no termina bien. La candidatura de Santiago sería la prueba fehaciente de que hacia el interior del PAN se está fraguando una estrategia muy morena y que, efectivamente, el partido está dispuesto a entregar, en charola de plata, la capital y el Estado.
Por eso, qué bueno que mantenga distancia “de la contienda interna del PAN”; que así siga, porque no tiene de otra.
En todo caso, no vayan a decir, después, que no se los advertí.

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