Va de nuevo y… ¡piensa bien fuerte! ¡con ganas! ¿qué es la personalidad? y ¿cuáles son sus enemigos? sobre la primera Regis Jolivet[1] nos dice que: “es una cualidad de una persona que tiene su propia manera de sentir y de juzgar…”. De tal modo que es “la persona en cuanto actúa en el mundo, de un modo relevante y destacado”, nos dice Teodoro Soria[2].
Estas cualidades, características o formas de obrar, conforme a las cuales sentimos, juzgamos y nos comunicamos, las adquirimos a lo largo de la vida, tenemos como ejemplo: la firmeza y seguridad en nuestras decisiones, expresiones y comportamiento, el poder comunicar de manera profunda y con sensibilidad con otras personas.
La familia es el primer factor que contribuye a la formación de la personalidad, pues por el derecho natural debe proveer a las necesidades físicas, intelectuales y morales de los hijos; es en esta donde se ayuda a los niños constantemente en una exacta distinción entre el bien y el mal, en la buena dirección de la voluntad, en la resistencia a las malas pasiones, en la práctica de las virtudes, y enriquecer su razón, según su edad y sus aptitudes mentales, con las indispensables nociones intelectuales.[3]
El medio ambiente, la escuela y amigos pueden contribuir de manera significativa en la construcción de la personalidad, pero también, al igual que en la familia ocasionalmente, pueden perjudicar la formación o lo avanzado en esta, ¿no lo crees? aquí va la respuesta a la segunda pregunta, comento algunos de los enemigos de la formación de la personalidad que inconsciente o negligente se promueven en dichas instituciones:
Las distracciones y estímulos rápidos con los que todos los días y a cada momento gran número de jóvenes y niños ven saturada su vida, esas que llamamos televisión, videojuegos o redes sociales ¿a poco no es en el hogar, con conocimiento de los integrantes de la familia en donde se permite, sobre todo a adolescentes y niños, a que se concentran en ello? perdiendo el tiempo en ver si un amigo o extraño asistió o no a tal evento, con quién iba acompañada, si tiene muchos seguidores, y al grito de “entre más más likes, compras más éxito”, de tal modo que si se les cae el internet pareciera se les cae el cerebro.
Otro enemigo de la formación de la personalidad es la sustitución de las virtudes o valores por vicios o antivalores, adviértase cómo es cada vez más poco común encontrase jóvenes con un amor profundo por la sabiduría, la virtud, la verdad, el estudio, la lectura, el sacrificio, la disciplina o responsabilidad, ya no se diga al trabajo.
En cambio, es más frecuente encontrar en bastantes jóvenes la búsqueda del hedonismo, el placer por el placer, inclinados al consumismo y gratificación instantánea, y el deseo ardiente de llamar la atención o ser el centro de todo, esperando ser aprobado en la escuela sin merecerlo, cualquier sufrimiento, dolor o frustración lo consideran malo, en lugar de verlo como una oportunidad para madurar.
Un enemigo más es el aprendizaje de la ausencia de relaciones reales y profundas, por no crear raíces, prefieren sustituirlas por otras de tipo superficial, pasajeras, sin compromiso, sin que medie una verdadera amistad o intimidad, en las que en gran número de ocasiones reina la burla hacia la virtud y la verdad que aún practican algunos jóvenes; bufonada fundada en una apatía o sarcasmo expresado con majaderías y una pretendida “inteligencia” vacía, como modo de verse sabios y superiores.
La lista de enemigos en la formación de la personalidad es más amplia; sin embargo, el punto aquí es que todos tenemos el deber de combatirlos, desde la familia, la sociedad, la escuela y amigos, si queremos un correcto y ordenado desarrollo de la personalidad, sobre esto trataremos más adelante. Saludos.
[1] Jolivet, Regis. Vocabulario de Filosofía. Ediciones Desclée, de Brouwer. Pág. 139.
[2] Soria, T. Psicología. Editorial Esfinge. Pág. 257.
[3] Jolivet, R. Tratado de Filosofía Moral. Ediciones Carlos lohlé. Buenos Aires. Pág. 333.