En total incertidumbre e inquietudes se presenta el panorama comercial para la Tercera Etapa de negociación del pacto comercial entre México, Estados Unidos y Canadá a firmarse en 2026.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump está indeciso en la renegociación del tratado comercial y ha externado su idea de que se suspenda, de que sea, bilateral (sólo entre dos países) pero no trilateral como lo está hasta ahora.
No hay aún un panorama claro en la futura renegociación. El presidente Trump como siempre impredecible, podría estar de acuerdo en continuar con el actual pacto comercial (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá T-MEC) firmado el 30 de noviembre de 2018, pero de seguro, buscaría una reelaboración de este tratado que, como presidente de los Estados Unidos (20 de enero de 2017 al 20 de enero de 2021) le tocó promulgar en aquel país.
No es nada fácil el panorama para la negociación porque con su política de establecer aranceles o impuestos a las mercancías importadas a sus socios comerciales como México y Canadá, Donald Trump ha roto con la filosofía del tratado de no imponer barreras a las transacciones comerciales entre los países socios y ese camino que ha tomado es lo que dificulta la renegociación de un nuevo acuerdo comercial.
¿Se firmará la tercera versión del acuerdo comercial entre las tres naciones de América del Norte?.
Si las cosas no cambian -como ya se dijo- respecto a la posición impredecible del presidente Trump, se vaticinan serias dificultades para llegar a un acuerdo trilateral de estos países. Sin embargo, el señor Trump debe sopesar la importancia que tiene este acuerdo comercial que cubre el área geográfica y económica más grande del mundo que, según datos de la Secretaría de Economía del gobierno de México, en 2024 el comercio total entre los tres países fue de 1.6 billones de dólares, una cifra impresionante en las transacciones comerciales, siendo México el principal socio comercial del país vecino, que tan solo en ese año, el valor de las transacciones comerciales fue cercano a los 800 mil millones de dólares.
Con este antecedente del valor comercial que se genera entre las tres naciones de América del Norte, el acuerdo comercial (1994 TLCAN y 2018 T-MEC) en su tercera versión de 2026, debe firmarse según las agrupaciones empresariales de los tres países, que cada quién por su lado, trabaja en foros, propuestas y audiencias para llegar al mes de julio de 2026, con un documento que satisfaga a los tres países y sus gobiernos participantes.
La resolución no es ni será nada fácil puesto que faltan seis meses de negociación, pero caprichosamente el destino vuelve a poner en la jugada al presidente Trump a quién le tocará firmar o rechazar la tercera versión de este, hasta ahora, tan incierto acuerdo comercial, que debido a la adopción de su política arancelaria, podrían destruir los beneficios de un acuerdo comercial que ha generado amplios beneficios a las economías de estos tres países.
Es cierto que ya hay adelantos en los trabajos y acercamiento entre el primer ministro de Canadá Mark Carney, prestigiado economista y ex gobernador del banco de Inglaterra, así como la presidenta de México Claudia Sheinbaum, que han tenido platicas que muestran un acercamiento de entendimiento e interés por continuar con el acuerdo comercial.
En México el gobierno de la presidenta Sheinbaum ha estado trabajando con el sector empresarial y sus organizaciones coordinados con el secretario de economía y la Coordinadora del Consejo Asesor Empresarial, conforme a la información que han dado al respecto, han caminado un buen trecho en esta dirección.
El gobierno de Mark Carney y su sector empresarial, están más que conforme en continuar plas pláticas con México, pero no con el gobierno de Donald Trump, que al no estar de acuerdo y criticar abiertamente la política arancelaria del Sr Trump, éste lo arremete y amenaza con más aranceles.
En Estados Unidos parece que el presidente Donald Trump no tiene ninguna prisa por sentarse a negociar, puesto que como señalan analistas de ese país, el mandatario podría decidir retirarse del T-MEC el año que viene o buscar “acuerdos que sean un buen trato”. También ha señalado que el T-MEC es “el peor acuerdo comercial jamás firmado”, ya que ha permitido que los puestos de trabajo y la manufactura abandonen territorio de Estados Unidos en favor de Canadá y, particularmente a México por su mano de obra barata.
Sin embargo, a Trump el tiempo se le viene encima. Los agricultores, los industriales, los comerciantes, académicos y especialistas lo están presionando para que mediante audiencias se abran las consultas y se recojan propuestas para comenzar a forjar los acuerdos entre las tres naciones de la nueva versión del T-MEC de 2026.
Al igual que en Estados Unidos y Canadá, en México se deben aprovechar las consultas con el sector agrícola para fortalecer la competitividad, revisar la política insuficiente de subsidios y evitar el fenómeno migratorio hacia el país vecino del norte. Este sector primario, de los tres que integran la economía, ha sido el más olvidado y el que más atención requiere en la renegociación.
Por lo pronto y como parte de las políticas proteccionistas de su planta productiva, en México los diputados aprobaron este miércoles 11 de diciembre una Ley Arancelaria que contiene un incremento a los aranceles de hasta el 50% para aplicarse en 2026 a cientos de productos como automóviles, autopartes, textiles, ropa, zapatos, plásticos y acero importados de países China, India, Corea del Sur, Singapur, Tailandia e Indonesia y otros países de Asia, con los que México no tiene acuerdo comercial. Esta política arancelaria tiene como objetivo evitar el contrabando de mercancías que entran a territorio mexicano sin pagar impuestos afectando la industria, el comercio y el mercado interno.