La caída de los imperios nunca han sido pacíficos, durante la decadencia del poderío y el surgimiento de nuevos poderes se genera la confrontación de distintos polos y la influencia territorial, al mismo tiempo que el expansionismo abre nuevas puertas.
En el teatro internacional a la Cuarta Transformación nos toca presenciar y a la par, ser protagonistas del cambio de viraje mundial, pero que lamentablemente para la suerte de los mexicanos, nuestra cercanía con Estados Unidos nos pone en riesgo, sobre todo con el regreso del fascismo y tufo imperialista del gobierno de Donald Trump, y que sus amenazas pudieran estar fundadas en planes injerencistas, y posiblemente más allá de utilizar el discurso de la agresión con fines electorales o propagandistas, sí exista una intención militar, ante el actual panorama internacional.
Es importante que México mantenga una posición de respeto con los Estados Unidos, pero más importante aún sostener y defender nuestra soberanía, y sobre todo no despegarnos de exponer nuestro respaldo a otras naciones amenazadas por el intervencionismo estadounidense.
Así lo manifestó la presidenta Claudia Sheinbaum durante esta semana con la posible intervención militar de Estados Unidos, y que hoy todo somos testigos del despliegue que Trump ha ordenado cerca de las costas venezolanas, hemos retrocedido casi 50 años con estas acciones e invasiones de nuestro mundo.

Independientemente de las distintas visiones que existen entre las naciones independientes, es escencial que fortalezcamos la unidad regional, a nuestros hermanas y hermanos latinoamericanos, porque en la misma tónica de agresión que hace Trump con Venezuela, también es con nuestro pueblo y nación.
Ya se les acabó el discurso de la supuesta defensa de la "libertad y democracia", bandera con la que han invadido y destruido una gran cantidad de naciones, en el caso de la República Bolivariana de Venezuela, aunque insisten en la narrativa de ir contra la "dictadura", ante la contundencia y respaldo popular y electoral del chavismo a Nicolás Maduro, así como la incapacidad de la oposición venezolana, ahora surge el supuesto de los "narcogobiernos", curiosamente a naciones soberanas y fuera de la esfera de influencia estadounidense.

Todos lo sabemos a estas alturas, Estados Unidos siempre ha tenido la ansias de apoderarse de la reserva más grande de petróleo en el mundo ahí en Venezuela, así como de sus riquezas naturales, el imperio decadente necesita seguir alimentando su maquinaria militar, en vez de intentar sanar el interior de su sociedad, su economía y su cultura.
Por otro lado, el regreso del fascismo en otras partes del mundo nos alerta en México y a la Cuarta Transformación sobre la postura y dirección del movimiento y del gobierno, pues mientras se trata de equilibrar la relación con nuestros vecinos, por la codependencia comercial, cultural y económica, no se diga la geografía, el movimiento puede y debe impulsar la concientización no solo de cuadros, sino de la militancia y los simpatizantes, del contexto internacional y la posición que nos toca jugar, no solo en el contexto electoral, sino por una sociedad politizada y consciente de las amenazas externas.
No permitamos que la narrativa de intervención y la propaganda estadounidense sea replicada por la oposición, que en su mayoría han optado por traicionar a nuestro país, ante la incapacidad para ofrecer algo a los mexicanos, el desprecio de ellos contra los intereses del pueblo los ha llevado a repetir la historia, como en su momento los conservadores apoyaron la intervención francesa, ahora de forma traidora piden una invasión estadounidense, traidores mil veces traidores.