Ciudad de México.- El tiempo que viene para el partido Morena es uno de recomposición, porque su fuerza avasallante conlleva no solo a ocupar la mayoría de las áreas de gobernanza del país, con una oposición aplastada, también conlleva a la tentación a priori de lo que pudiera ser un uso irresponsable de las estructuras de poder, la seducción de sentir que no queda muro por derrumbar y esto hace imprescindible ver más allá de lo evidente. La hoy electa presidenta de la República Claudia Sheinbaum lo ha advertido y las acciones que sugiere para su partido no son al azar o líneas discursivas trazadas desde el Palacio Nacional. Recordemos el día del "cónclave Morena", donde se pudo advertir a una mujer determinada y consciente de que las afrentas políticas estaban inminentemente tan cerca de ella y no se alejarían en el corto plazo, pues por incómodas que fuesen, serían necesarias.
En ese proceso largo y cansado de ser la llamada “corcholata” más posicionada, ella vislumbró que los estatutos de Morena apenas modificados un año antes, en Congreso Ordinario Nacional, podían ser vulnerados. Llamó insistente a no crear grupos o fuerzas internas dentro del partido, a no denostar compañeros, y lo más difícil, que todos se apegaran al método de encuesta para elegir al Coordinador de la Defensa de los Comités de la 4T a nivel nacional y se respetara el resultado. Tuvo que ceder en algunas cuestiones políticas que afectaron su imagen de servidora pública, pues su trabajo en esa gran ciudad no estaba terminado, y este abrupto de separarla, a solo días de rendir su quinto informe de Gobierno, debió calar hondo, lo que solo se dimensiona cuando no existe una clara definición entre el actuar como político y el deber que emana del voto, es decir, para lo que fueron electos.
De buen augurio es conocer que tiene una visión donde considera que es francamente positivo que existan diversos equipos de trabajo: algunos políticos, los de choque, otros de organización, de planeación y finalmente el del servicio público, pero ¡por supuesto que no deben ser los mismos protagonistas! ¿Por qué sus operadores políticos deberían ser los mismos que se elijan a los cargos? Y sean los mismos que trazan el plan de trabajo y aparte, pretendan ejecutarlo, sin voltear a ver su propia candidatura posible como pago condicionado a su operación o lo de siempre, y dicho sea con todo respeto por ser amigos incondicionales o ser miembros fundadores. Cuando se trazó el proyecto político, Partido Movimiento de Regeneración Nacional, todos sabían cuál era el objetivo y no era el de obtener rajas de poder. No es un pastel de puestos políticos. Para muchos, así es; solo deberían recordar el artículo 3º del estatuto Morena. Ante este escenario, hace algunas semanas, ella, Claudia, dijo que era necesario convocar a un Congreso Nacional Extraordinario para que el estatuto se cumpla, principalmente en su artículo 8, donde los Órganos de dirección ejecutiva de Morena no deben incluir autoridad, funcionarias o funcionarios integrantes de Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial en ningún nivel de gobierno. Por tanto, quienes están en esta situación deben renunciar a alguno de los cargos. Es reiterativo el llamado a no cimbrar las estructuras del partido excepto el Consejo Nacional y tal vez el de elecciones, hasta la elección intermedia de 2027.
Luisa María Alcalde es propuesta única hasta hoy para ocupar el cargo que ha sostenido con resultados contundentes Mario Delgado: la presidencia de Morena. Esto abriría la puerta para que un hombre ocupe el cargo de la Secretaría General, hoy encabezada por Citlalli Hernández. Ante la posible terna, Andrés Manuel López Beltrán, surge la crítica de si Andy debe ser o no la figura. El Congreso Nacional de Morena lo votará el 22 de septiembre. Se dice al respecto "pues es su partido, debe quedar en familia". Yo cuestionaría esa crítica: ¿acaso no tenía el poder político desde el día uno de su gobierno para hacerlo? ¿Por qué ese hijo se mantuvo en un perfil partidista más de organización? Sin duda, porque podía hacerlo: tenía la confianza, los recursos y lo hizo. ¿Por qué su esposa actual, Beatriz Gutiérrez, en días previos fue tan contundente? Y además congruente al declarar en la Mañanera que no pretendió aparecer como una "primera dama". Sin duda es una librepensadora, madre trabajadora que no buscó en esa figura un escaparate. Simplemente acompañó a su esposo a que cumpliera su deber.
Opinión
Viernes 20 Sep 2024, 06:30
Las advertencias de Claudia y el Congreso Nacional
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Gabriela Cisneros
