-Hoy, misa de réquiem del Poder Judicial
-Divididos en el Poder Judicial
-Los 45 minutos en el Ichisal
En un despliegue de ostentación y desdén por la problemáticas judiciales de fondo, la jueza penal, Socorro Olivia Porras Armendáriz, mejor conocida como “Coquis”, se fue a Estambul con su hija Linda Porras, tal vez a celebrar por adelantado su posible triunfo electoral del próximo año.
Dicen que ambas se sienten seguras, una como jueza y otra como secretaria de juzgado, de sus posiciones.
Sus conexiones y vínculos con figuras clave de Morena forman parte de su red de influencias que les permite disfrutar de viajes de lujo, como su reciente escapada a la importante ciudad de Turquía, donde posaron vestidas como emperatrices otomanas.
La foto puede verse en la edición digital de GPS. Fue tomada de sus redes sociales y difundidas por WhatsApp entre algunos de los indignados jueces a los que, con el mismo sueldo oficial, apenas sí les alcanza para ir una vez al año a Mazatlán, Sinaloa... si el cártel dominante lo permite.
A diferencia de otros funcionarios judiciales que enfrentan limitaciones económicas, los Porras se dan el lujo de realizar constantes viajes al extranjero.
Este contraste resulta aún más cuestionable al considerar que no es el esposo de la jueza quien solventa estos gastos, pues, aunque es arquitecto, su situación profesional es modesta y sus ingresos provienen de la elaboración de planos sin mayor reconocimiento o éxito en su carrera.
En fin, esta vida de lujos ha causado gran suspicacia en el ámbito judicial, ya que se le atribuye a las relaciones que tejieron con el expresidente del Tribunal Superior de Justicia, Pablo Héctor González Villalobos. Desde ahí la familia judicial fortaleció sus vínculos con personajes clave de la política, como el entonces panista Javier Corral, hoy morenista
Las dudas sobre el origen de este estilo de vida no han sido pocas. En el ámbito judicial, los rumores de manejos turbios y posibles irregularidades financieras rodean a la jueza y a su hija, quienes parecen haberse beneficiado de las posiciones y relaciones construidas dentro del tribunal.
Esta actitud de despreocupación y ostentación no sólo revela su desconexión con la realidad judicial del país, sino también una aparente falta de ética al celebrar su supuesto “éxito” antes de que los procesos de selección de jueces hayan concluido formalmente.
Este tipo de actitudes ensombrece aún más el proceso de selección de “jueces del bienestar”, dejando en evidencia la urgencia de una reforma judicial que no sólo se enfoque en cambiar estructuras, sino en sanear las actitudes y valores de quienes aspiran a administrar justicia en México.
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Hoy a las seis de la tarde en el templo de San Antonio de Padua, ubicado en la colonia Panamericana, los empleados de los juzgados federales de la ciudad han convocado a una misa y oración en el marco de sus reclamos por la reforma judicial.
“Unidos en oración por nuestro México, por el Poder Judicial Federal, por nuestro estado, por todos nuestros gobernantes y nuestras familias. Viste de blanco”, dice la invitación que circula entre los empleados judiciales.
En los tribunales federales aseguran que pedirle a Dios el milagro parece el último recurso de los jueces y magistrados que reniegan del cambio constitucional. Es eso o de plano es la misa de réquiem por el eterno descanso del Poder Judicial Federal tal como lo conocemos hasta ahora.
De cualquier forma, señalan los empleados que ya retomaron sus labores, es señal de que las resistencias están prácticamente vencidas, al menos en los juzgados federales de la ciudad, pues cada vez son menos los trabajadores que quieren protestar o hacer paros en defensa de sus jefes los jueces y magistrados.
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Entre abatidos, frustrados y molestos, jueces y magistrados de ese mismo Poder Judicial federal, decidieron no salir ni siquiera ellos a manifestarse el pasado domingo.
Fueron apenas unas 30 ó 40 personas -la mayoría de la sociedad civil- las que caminaron desde División del Norte hasta el Congreso del Estado, para manifestar su rechazo a la reforma judicial y respaldo a los ministros que deciden hoy las controversias interpuestas por partidos políticos.
No hubo el mínimo operativo desde el Poder Judicial Federal existente en el pasado, cuando pedían a su personal subordinado y familias, acompañar la manifestación.
Nos dicen quienes laboran en dicha instancia jurisdiccional que vino a ser un golpanazo para los jueces y magistrados la determinación del Consejo de la Judicatura Federal, que entregó la relación de juzgadores, pasando por encima de las suspensiones otorgadas, adicional a la orden terminante de regresar a las labores.
Es decir, el mismo Poder Judicial violó las suspensiones, de ese tamaño es la gravedad de lo acontecido y que los tiene francamente derrotados moralmente.
Pero también están frustrados y molestos, porque los mismos trabajadores del Poder Judicial están divididos entre apoyar o no a los jueces y magistrados en la defensa de sus derechos, sin ponerse a pensar que es la carrera judicial la que está en juego.
Esa porción de trabajadores ve con molestia los sueldos de jueces y magistrados, ya que ellos tienen salarios más modestos; en ellos ha pegado la campaña de denuesto emprendida desde la Presidencia de la República.
Mucho de esto explica entonces lo desangelada de la manifestación del domingo; la resolución que se adopte hoy, con independencia de estar o no de acuerdo con la salida política del ministro Juan Luis González Alcántara.
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Han adoptado en el Instituto Chihuahuense de Salud la política de que los pacientes lleguen con 45 minutos de antelación a las citas médicas.
No está mal que pongan una regla con la finalidad de ordenar las citas, que entendemos representan una problemática mayor, por la cantidad que significan.
Pero el sentir de los pacientes es que es demasiado el tiempo. La semana pasada llegó una señora con media hora de anticipación, y le dijeron que estaba fuera de horario.
Tal vez los 15 minutos reglamentarios sean suficientes, para el mejor aprovechamiento del servicio médico.
Claro, las condiciones de estacionamiento en la zona del Hospital Central son caóticas; no hay un cajón en cuadras a la redonda donde estacionarse en horas pico.
Esa es una falla atribuible a la institución y no al ciudadano, que inclusive por la localización del hospital, no puede usar en su mayoría el servicio público de transporte, porque lo deja a cuadras del inmueble.
Otro detalle es el propio sistema informático utilizado para las citas, que funciona muy bien en términos generales, pero de un cierto tiempo a la fecha presenta problemas de conectividad de internet.
Desconocemos si es el cableado o el servicio mismo del proveedor, pero hay muchas quejas de inconsistencias en el sistema al momento de estar programando las citas.
Como se ve, los 45 minutos exigidos no son el único problema existente para los usuarios, quienes son tolerantes y acatan las disposiciones oficiales, todo por recibir el necesario servicio médico, razón por la que no se entiende la cerrazón en reducir ese tiempo de antelación con la que hay que llegar a las citas médicas.
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Tras el éxito que tuvo el festival por el Día de Muertos organizado por el Municipio en la Plaza de Armas, ahora es el concurso de altares de muertos el que marcó un récord en participación.
El año pasado fueron 34 los comités de vecinos que montaron su altar de muertos, pero este año el número de participantes se duplicó a 74, lo que refleja una mayor disposición por atender las convocatorias de la autoridad, como lo hacen también las 29 escuelas que tradicionalmente participan.
Es justo lo que el alcalde Marco Bonilla promueve entre la ciudadanía, participar y ponerse de acuerdo, como ocurre con los proyectos del Presupuesto Participativo, que unen a los vecinos en busca de ganar la votación.