Chihuahua, Chih.- Las sillas acomodadas en círculo o alrededor de una mesa, sin jerarquías. Sólo personas, mirándose a los ojos, listas para hablar de lo que realmente importa: la vida, las ideas y las preguntas que nos acompañan siempre, bajo una sola consigna: el pensamiento no se jubila.
“Reencontrarme con la filosofía fue ver con nuevos ojos lo que creía ya comprendido”, cuenta con serenidad el Dr. Francisco Javier Prado Alfaro, profesor jubilado de la UACH, quien llegó al club a sus 78 años buscando reactivar su pensamiento crítico.
Su voz fue discreta durante las sesiones del naciente club auspiciado por la Facultad de Filosofía y Letras –en su primer curso semestral-, pero su mente estuvo activa, reflexionando, escribiendo.
Tanto, que aún guarda una hoja con su postura filosófica. “Siempre hay más por aprender, incluso —o especialmente— en esta etapa de la vida”.
No es el único que piensa así. El Dr. Roberto Contreras, médico y docente universitario, describe el curso como un “puente entre generaciones”.
A sus 75 años, se sorprendió de la conexión con los jóvenes facilitadores: “Ellos llegaron con hambre de saber; nosotros, con años de vivencias y preguntas no resueltas. La sinergia fue extraordinaria”.
La señora Cecilia Bolado Torres, lectora apasionada de 67 años, confiesa que llegó con dudas y temiendo lecturas complicadas. Salió con mucho más: conversaciones profundas que ahora comparte con su familia.
“No vamos a discutir para tener la razón, vamos a escucharnos, a repensar. Es como mirarnos en un espejo cuando alguien dice algo que confronta lo que tú creías”.
El club no busca dictar cátedra, sino generar un diálogo vivo. Platón y Aristóteles se leen en pequeñas dosis y son interpretados desde las experiencias de quienes han vivido décadas. Las preguntas fluyen: ¿Qué es la belleza? ¿Qué es la justicia? ¿Cómo aprendemos a perdonar?
En esas conversaciones, los estudiantes universitarios descubren el valor de la experiencia, y los adultos mayores encuentran nuevas formas de mirar el mundo. “Pensar también es amar”, dice Cecilia. “Volver a hacer preguntas es volver a vivir”, agrega el Dr. Contreras.
El Club de Filosofía para Adultos Mayores es más que un taller semestral: es un recordatorio de que la educación continua y el pensamiento crítico no conocen límites de edad, un ejercicio de compromiso con la inclusión generacional y la construcción de comunidad.
Un espacio que apuesta por la palabra que se detiene, escucha y reflexiona. Porque, como bien resume el Dr. Prado:
“El pensamiento no se jubila”.
Así inició el Club de Filosofía para Adultos Mayores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua que próximamente abrirá de nuevo –libre y gratuito- una propuesta, impulsada por el grupo disciplinario “Filosofía abierta, alfabetización y ciudadanía para el bien común”, que rompe con la idea de que la filosofía pertenece únicamente a las aulas universitarias.
En el club la filosofía revive las charlas del desayuno, los recuerdos de infancia, la ética que guía una decisión y el valor de detenerse a pensar.
Un espacio donde cada sábado, de 10:00 a 12:00 horas, 30 participantes mayores de 60 años se reúnen para dialogar y reflexionar sobre conceptos filosóficos aplicados a la vida cotidiana, acompañados por 12 estudiantes de la Licenciatura en Filosofía, bajo la coordinación del Dr. Alan Rentería y el Dr. Juan Pablo Martínez.