Cd. de México.- El mundo está atravesando un momento oscuro en el que se aleja de los valores de una sociedad abierta, en donde el orden internacional basado en reglas se erosiona cada vez más y en donde las democracias se consumen a sí mismas, alertó Binaifer Nowrojee, presidenta de Open Society Foundations, organización que brinda financiamiento a grupos independientes que trabajan por los derechos, la equidad y la justicia.
La abogada internacional especializada en derechos humanos realizó una visita al País en donde colaboran tanto con el Gobierno como con la sociedad civil.
"En un momento en el que el mundo es muy oscuro y se aleja de los valores de una sociedad abierta, México tiene señales de esperanza en varias áreas y estamos muy contentos de ver si podemos asociarnos para ayudar a México en cuestiones de derechos humanos, equidad y justicia", explicó en entrevista.
"En Open Society Foundations buscamos aliados con ideas afines. Personas que compartan nuestros valores, personas que quieran promover los derechos humanos y que pongan a la gente primero. Si los encontramos en el Gobierno, está bien, y si los encontramos en la sociedad civil también".
Fundada por el inversionista y filántropo George Soros, Open Society Foundations centra su trabajo en cuatro áreas: Derechos y Dignidad, Práctica Democrática, Equidad en la Gobernanza y Nuevas ideas.
"Tiendo a ser una optimista profesional, y creo que es una cuestión de intentar siempre apuntar la aguja en la dirección correcta y mantenerse siempre en pie", dijo Nowrojee al hacer una evaluación sobre los desafíos que enfrentan actualmente las democracias.
"Creo que dentro de esos Gobiernos, los Gobiernos autoritarios, hay algo en el espíritu humano que no sólo quiere un hombre fuerte en el poder. La gente quiere algo más que los trenes lleguen a tiempo o que se meta a la cárcel a los criminales, etc. Hay algo en el espíritu humano que prevalece, y creo que lo veremos. Hemos enfrentado momentos peores en la historia y los hemos superado. Si la gente se une dentro de los países, y entre países, los valores de una sociedad abierta prevalecerán".
El viernes pasado impartiste una conferencia en el Museo Nacional de Antropología que llevó por nombre "Defender lo correcto en un mundo que ha perdido el rumbo". ¿En qué sentido el mundo ha perdido el rumbo?
Nos encontramos en un momento en el mundo en el que vemos que el orden internacional basado en normas que obtuvimos después de la Segunda Guerra Mundial comienza a erosionarse, por varias razones. Estamos viendo esencialmente el hecho de que el modelo económico neoliberal no funciona. Está dejando a gente atrás. Y cada vez más estamos llegando a un punto en el que muchos Gobiernos gastan más en el pago de la deuda que en salud o educación, y eso no puede continuar así.
También estamos viendo a los países poderosos que presidieron la creación de ese orden basado en reglas pisotearlo y destruirlo. Y creo que ver la forma en que el mundo responde a las violaciones del derecho internacional en Gaza es un ejemplo de la hipocresía de ver cómo las mismas reglas que fueron creadas por estos países son ignoradas por ellos.
Creo que ahora estamos en un punto de inflexión. Es un momento en el que el mundo tiene que repensar y también estamos viendo el comienzo de un mundo multilateral. Ya no vivimos en un mundo unipolar donde Estados Unidos es el guardián de todo. Ya ni siquiera estamos en un mundo del G7. Estamos en un mundo del G20, estamos en un mundo en el que los países BRICS se están reuniendo para hablar. Estamos viendo cómo las potencias del sur global surgen de formas diferentes a las que antes lo hacían. Todo esto está en un momento de cambio. No sabemos hacia dónde va. Podría evolucionar hacia algo caótico, violento y malo, pero también hay muchas cosas diferentes sucediendo que realmente traen esperanza y podría suceder lo contrario y traernos algo diferente.
Por eso en Open Society Foundations estamos utilizando este momento para ver dónde están los líderes, ya sea en el Gobierno o en las comunidades, con una imaginación moral para empezar a pensar en algo nuevo. Y en México vemos algo de eso. Estamos viendo algunas de las nuevas formas de pensar. Por ejemplo, México está realmente a la vanguardia del liderazgo femenino. Es un ejemplo para el mundo. Si les das acceso y creas una estructura donde las mujeres pueden tener éxito, lo que México está demostrando es que las mujeres realmente pueden prosperar y pueden tomar posiciones de liderazgo. México también ofrece un ejemplo muy positivo por la manera en que aborda el tema migratorio. Vemos en muchos países que los migrantes son criminalizados o demonizados y tratados sin dignidad. México no lo ha hecho, y de hecho permite que personas de otros países de Centroamérica vengan y busquen refugio aquí. También la forma en la que México está recibiendo a aquellos migrantes deportados por Estados Unidos. Vemos un Gobierno que está comprometido con la humanidad y la dignidad de las personas. Estos son el tipo de esfuerzos que Open Society Foundations quiere apoyar, porque creemos que es el tipo de comportamiento que queremos ver en el mundo, un mundo que colabora, no que compite, un mundo de solidaridad, no un mundo de división.
En su discurso del viernes, destacó el rol que han tenido los movimientos sociales en América Latina, que han sido cruciales para alcanzar la equidad y la justicia. Sin embargo en los últimos años, hemos visto cómo líderes autoritarios ganan popularidad y votos, y llegan al poder a través de una elección. ¿Estamos viendo una nueva ola de líderes autoritarios? ¿Y qué significa esto para los derechos humanos y las libertades civiles?
Hemos asumido que las elecciones son garantía de la democracia. Y lo que estamos viendo es que las democracias se devoran a sí mismas a través de las urnas. ¿Por qué pasa? En cierto punto es por el éxito del movimiento de los derechos humanos, el éxito de las sociedades que se están volviendo más inclusivas, el éxito de movimientos que históricamente habían sido excluidos y que reclaman un espacio en términos de reconocimiento. Y creo que eso ha generado su propia reacción y existe una sensación de escasez, de que la victoria de otro es mi pérdida, y tiene que haber algún tipo de competencia. Pero, de hecho, si lo replanteáramos de manera que creara espacio para todos y pensara en el conjunto, creo que el mundo realmente estaría mejor. Debemos asegurarnos de que las voces pidiendo un mundo compartido con una humanidad compartida donde todos podamos prosperar sean escuchadas y sean más fuertes.
¿Están las redes sociales ayudando a que los discursos de extrema derecha, en contra de las mujeres o misóginos ganen fuerza entre las generaciones más jóvenes?
Esta fue otra de las suposiciones que teníamos. Pensábamos que si teníamos elecciones cada cuatro o cinco años, todo estaría bien. Asumimos que si teníamos libertad de expresión, esa libertad de expresión conduciría a un espacio democratizado. Creo que lo que encontramos con la tecnología es lo opuesto, que las plataformas tecnológicas que tenemos, donde hay libertad de expresión, en realidad obtenemos división y odio. Y lo que no tenemos es una regulación adecuada en este momento, y las tecnologías están avanzando muy rápido. Pero lo que hemos aprendido es que ese discurso necesita ser regulado, que esas plataformas necesitan ser reguladas debido al tipo de daño que están creando, y particularmente para los jóvenes.
Hay un término que últimamente está siendo utilizado como batalla por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y es el término woke. ¿Cómo defines el término woke? ¿Y por qué Trump dice que lo woke es una amenaza?
El término woke se está utilizando como una forma de legitimizar la exclusión. Y se le está atribuyendo a personas que han sido tradicionalmente excluidas, ya sean personas de ascendencia afro, mujeres, la comunidad LGBTQ+, cualquier grupo que ahora ha hecho avances para defender sus derechos humanos o para hacer espacio en la sociedad para ser más incluido. Esos esfuerzos están siendo etiquetados como woke y están siendo desechados, y es una manera de reintroducir la exclusión.
En lo que parece ser una batalla ideológica, se ha señalado a los liberales y progresistas como una amenaza para la sociedad, y se ha dicho que el feminismo y la inclusión de la comunidad LGBTQ+ han ido demasiado lejos. ¿Pone esto en riesgo los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTQ+, específicamente la comunidad transgénero?
Tenemos un conjunto de derechos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, y prácticamente todos los Gobiernos los han suscrito. Y esos derechos incluyen el derecho a la libertad de expresión, el derecho a la asociación, el derecho a estar libre de miedo, de miedo a la violencia, de miedo a la discriminación. Así que no existe tal cosa como "lo has llevado demasiado lejos". Son derechos que se reconocen a todos los seres humanos y todos los Gobiernos tienen la responsabilidad de garantizarlos. Así que cuando las mujeres quieren tomar un asiento en la mesa y pedir igualdad de derechos con los hombres, no existe tal cosa de "ir demasiado lejos". Simplemente están pidiendo el mismo lugar en el que deberían haber estado desde el principio, pero que históricamente se les ha negado. Y hay muchos otros grupos que también han sido excluidos. Entonces tenemos que dejar de decir que las mujeres "han ido demasiado lejos", o que el asegurarnos que las personas trans estén libres de miedo a la violencia o a la discriminación es ir "demasiado lejos". ¿O es que unos seres humanos son mejores que otros?
Sobre la guerra en Gaza, ¿recuerdas algún otro conflicto en la historia que haya impactado al mundo de la forma en que esta guerra lo ha hecho? Está en las conversaciones del día a día de una manera muy polarizante, en la que no parece haber lugar al punto medio, sólo a los extremos.
La ley internacional es muy clara. La destrucción con intención de destruir a un grupo, total o parcialmente, sobre la base de una identidad, es genocidio. También conocemos los crímenes de guerra, las leyes humanitarias, y cómo prevenir el uso del hambre como arma de guerra, así como los ataques contra civiles como arma de guerra. Estas son normas para cualquier conflicto, en cualquier parte del mundo, y lo que estamos viendo en Gaza son violaciones de las leyes internacionales de la guerra y de la convención sobre el genocidio, y no es una cuestión de en qué país o dónde, sino que donde sea que suceda, está mal, y donde sea que suceda, los Gobiernos están obligados a través de mecanismos internacionales, incluida la Corte Penal Internacional y la Corte Internacional de Justicia, a tomar medidas como estamos viendo que se está haciendo.
Hablábamos de los movimientos sociales y de las voces a ser escuchadas. La guerra en Gaza ha despertado indignación de una manera muy visible con protestas en distintas ciudades del mundo, incluido Israel. El año pasado los estudiantes montaron campamentos en las universidades de Estados Unidos en contra de la guerra, algo que no se veía en décadas. Pero hoy esas universidades están siendo castigadas. ¿Qué significa?
Creo que lo que estamos viendo en Estados Unidos es una supresión de la libertad de expresión y de palabra en los campus universitarios, los mismos lugares del conocimiento donde el debate y la discusión deberían tener lugar, pero en cambio, lo que estamos viendo es un silenciamiento del pensamiento crítico y del debate en torno a cuestiones en los campus universitarios, y estamos viendo la interferencia del Gobierno en lo que se debería enseñar, y cómo se debería enseñar. Ahora bien, creo que esos son problemas que deben abordarse en Estados Unidos. Pero lo que estamos viendo ahora mismo en Israel es una enorme y creciente crítica a la forma en que se está librando la guerra en Gaza, incluso por parte de grupos israelíes de derechos humanos, así como ex Primeros Ministros y otros 600 ex funcionarios gubernamentales que recientemente firmaron una carta de protesta. Así que creo que lo que estamos viendo en Israel es un debate y una discusión sobre si la guerra se está llevando a cabo correctamente o no, algo que no vemos en Estados Unidos, donde esta discusión está siendo reprimida. ¿Qué dice esto sobre quién es una democracia o un espacio democrático?