El 16 de abril, Red Eléctrica, la compañía eléctrica española, declaró orgullosamente que se había generado suficiente energía renovable para cubrir la demanda. “La transición ecológica avanza”, dijo.

Menos de dos semanas después, España y Portugal sufrieron un apagón de 18 horas que perturbó la vida cotidiana, cerrando negocios y escuelas y paralizando los trenes y las redes de telefonía móvil.

Las autoridades han compartido pocos detalles sobre la causa del apagón. Sin embargo, el incidente puso de manifiesto cómo España y Portugal, mostrados como casos de éxito en la transición de Europa a energías renovables, son también particularmente vulnerables a los apagones, dado su relativo aislamiento del resto del suministro energético del continente.

“Esta interrupción sirve de clara advertencia”, escribió Pratheeksha Ramdas, analista de la consultora Rystad Energy. “Futuros fallos de la red podrían tener consecuencias aún más graves”, añadió.

¿Qué papel puede haber desempeñado la dependencia de la energía renovable?

El apagón generalizado plantea interrogantes sobre la resistencia de la infraestructura eléctrica en España y Portugal, y en cierta medida en Europa. Ambos países han realizado grandes inversiones en la construcción de fuentes de energía renovables como turbinas eólicas y granjas solares.

El año pasado, más de la mitad de la electricidad de España procedía de energías renovables, un aumento en relación a hace 15 años, que era la cuarta parte. Este rápido incremento ha ubicado a España a la vanguardia de la transición europea hacia las energías renovables y ha dado lugar a unos precios de la electricidad mucho más bajos y a una menor dependencia de los combustibles fósiles.

Sin embargo, este cambio también puede haber hecho que la red sea más propensa al tipo de interrupción que se produjo el lunes. “Cuando hay más energías renovables en la red”, dijo Ramdas, “entonces esta es más susceptible a este tipo de alteraciones”.

Las fuentes de generación tradicionales, como las turbinas de gas y las plantas nucleares, tienen un impulso giratorio conocido como inercia, que ayuda a amortiguar las fluctuaciones que son más comunes con fuentes intermitentes como la eólica y la solar.

Cuando la red española se volvió inestable hacia el mediodía del lunes, podría haber sido más fácil mantener el sistema en funcionamiento si las fuentes de energía convencionales como el gas natural o las turbinas nucleares hubieran tenido una mayor presencia, explican los analistas.

“Esta energía rotatoria almacenada puede ayudar a mantener la frecuencia de la red hasta que se active suficiente capacidad de respaldo”, dijo Henning Gloystein, director de energía de Eurasia Group, una firma de investigación.

El apagón podría reforzar el argumento a favor de conservar las fuentes de generación convencionales, afirmó Gloystein. Señaló que Alemania tiene previsto construir centrales eléctricas de gas como respaldo de las energías renovables.

¿Cómo se prepara Europa para la energía renovable?

A medida que las energías renovables se expanden por Europa, la necesidad de modernizar las redes eléctrica y de contar con sistemas de almacenamiento se ha vuelto crucial. Sin embargo, en los últimos 15 años la inversión en redes ha quedado rezagada frente a la inversión en energías alternativas, que se ha duplicado en ese periodo, según la Agencia Internacional de la Energía.

España necesita más inversiones en infraestructuras de red e instalaciones de almacenamiento adicionales, como baterías para proporcionar energía de reserva, afirmó Federico Santi, analista principal de Eurasia Group.

“Así que casi son víctimas de su propio éxito”, dijo.

También se está pidiendo una mayor inversión en infraestructuras energéticas críticas más allá de las energías renovables. En marzo se produjo otro gran apagón en el aeropuerto londinense de Heathrow, cuando un incendio paralizó durante un día entero al aeropuerto, uno de los más transitados del mundo, interrumpiendo más de 1000 vuelos. El incidente generó interrogantes sobre si se había invertido lo suficiente en infraestructuras clave.

¿Qué es una ‘isla energética’?

A menudo se dice que España y Portugal están en una isla energética. España está conectada a Francia por cables eléctricos, pero los volúmenes de electricidad que pueden circular por estos conductos son una fracción de lo que puede moverse entre Alemania y sus vecinos. En cuanto a Portugal, depende totalmente de España.

Estos conductos, conocidos como interconectores, ayudan a equilibrar los sistemas eléctricos a diario y, durante las crisis, sirven como fuentes de energía de emergencia. Durante el apagón, Francia los cortó para evitar que la interrupción se extendiera a Europa Central, según Rystad. Esto agravó el déficit energético de España y puso en mayores aprietos a Portugal.

Cuando la situación se estabilizó, Francia reanudó las exportaciones de electricidad a España, lo que ayudó al país a reiniciar su red. Si la península ibérica hubiera estado mejor conectada con el resto del continente, podría haber compensado la pérdida de energía con más rapidez.

Es probable que varios proyectos para mejorar la conectividad cobren impulso tras el apagón, señaló Santi, y añadió que podrían aumentar las presiones para retrasar o cancelar el abandono progresivo de las centrales nucleares en España, que estaba previsto para 2035.

¿Esto será un revés para las energías renovables?

Los países europeos se están dando cuenta de que el impulso a favor de más energías renovables y la electrificación de las economías peligrará a menos que se gaste más en redes y otras infraestructuras relacionadas, como baterías y otras fuentes de energía que puedan aprovecharse rápidamente.

Habrá que dedicar más reflexión y dinero a la gestión de la energía renovable, pues la energía producida por estas fuentes aumenta y disminuye con el viento y el sol.

“Buscar el cero neto no tiene por qué implicar cortes de electricidad”, dijo Georg Zachmann, investigador principal de Bruegel, una organización de investigación, refiriéndose a la reducción de emisiones.