Ciudad de México.- La creciente amenaza militar estadounidense a Venezuela está generando inquietud entre las islas caribeñas que dependen del turismo para sostener sus vulnerables economías.

Cualquier hostilidad podría ahuyentar a los visitantes que buscan el sol justo cuando comienza la temporada alta de turismo.

En lugares como Aruba, Santa Lucía y Antigua y Barbuda, los empleos turísticos representan más del 75% del empleo.

"Siempre sostenemos que el Caribe es una zona de paz y queremos asegurarnos de que lo sea", declaró el primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, a Bloomberg el viernes en el marco de la reunión del G20 en Sudáfrica.

"Cualquier acción que cuestione o cambie esa perspectiva tendría o podría tener un impacto devastador en el turismo".

Estados Unidos ha estado aumentando sus fuerzas en el Caribe durante meses, aumentando la presión sobre el líder venezolano Nicolás Maduro como parte de una campaña antidrogas más amplia. Desde septiembre, ha destruido más de 20 barcos presuntamente dedicados al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico Oriental.

La tensión se intensificó el lunes cuando entró en vigor la designación formal del Cártel de los Soles de Venezuela como organización terrorista extranjera por parte de la administración Trump.

"Cualquier indicio de confrontación armada en nuestras aguas repercute instantáneamente en las reservas de hotel, las aerolíneas, la inversión extranjera y el sustento de cientos de miles de familias", escribió el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne, en una carta al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la semana pasada, instándolo a dialogar con Caracas, según informó la emisora de radio local Nice FM.

Los ingresos por turismo son particularmente críticos para Jamaica, donde el huracán Melissa el mes pasado causó decenas de muertes, destruyó más de 150 mil viviendas y causó daños por unos 8 mil 800 millones de dólares, lo que representa el 40% del PIB del país, afirmó Holness.

El Caribe en su conjunto ha instado a Estados Unidos a mostrar moderación. El mes pasado, todos los países de la Comunidad del Caribe, excepto Trinidad y Tobago, firmaron una declaración que calificaba a la región como una "zona de paz" y afirmaban que los problemas de la región debían resolverse mediante la "cooperación internacional y dentro del derecho internacional".