El Departamento de Estado estadounidense tiene previsto revisar las cuentas de redes sociales de los ciudadanos extranjeros que soliciten visas de estudiante y de académico visitante al reanudar la tramitación de dichas solicitudes.
Se examinará a los solicitantes para ver si se percibe alguna “hostilidad” hacia Estados Unidos, y se les pedirá que tengan “públicas” sus cuentas de redes sociales para la revisión, dijeron el miércoles funcionarios del Departamento de Estado.
Se revisarán todas las solicitudes de visas de no inmigrante de los tipos F, M y J, que se otorgan para intercambios académicos e investigación, señalaron los funcionarios.
Los funcionarios consulares de las misiones en el extranjero recibieron instrucciones para que busquen “cualquier indicio de hostilidad hacia los ciudadanos, la cultura, el gobierno, las instituciones o los principios fundacionales de Estados Unidos”. El Departamento de Estado no dio más detalles sobre cómo definirían los funcionarios esos criterios.
La agencia emitió los lineamientos luego de paralizar la tramitación de visas de estudiante y académico visitante durante casi un mes.
La nueva política parece ser la fase más reciente del amplio ataque del gobierno de Donald Trump a las universidades, que se enfoca en intentar reprimir el pensamiento liberal en esas instituciones. Algunos ayudantes de Trump dicen que las universidades estadounidenses deben adoptar ideas y personas más conservadoras.
Los ambiguos parámetros de las directrices sin duda crearán mucha incertidumbre entre las universidades estadounidenses y los estudiantes y académicos extranjeros que pretendan viajar a Estados Unidos.
Los críticos afirman que el proceso de revisión y otras medidas relacionadas con las visas adoptadas por el secretario de Estado Marco Rubio buscan sofocar la libertad de expresión, promover la conformidad ideológica y forzar a los ciudadanos extranjeros a autocensurarse y abstenerse de criticar al gobierno de Trump.
Muchas universidades estadounidenses exigen a los estudiantes extranjeros el pago íntegro de la matrícula, una entrada económica que constituye una parte sustancial de sus ingresos anuales. En algunos campus, los estudiantes extranjeros conforman la mayoría de los investigadores en determinadas disciplinas, especialmente en ciencias.
Los estudiantes extranjeros obtuvieron en conjunto más de 1,3 millones de títulos en educación superior en 2023, según un informe del Departamento de Seguridad Nacional.
Los profesores visitantes procedentes del extranjero, a quienes también afectan las nuevas restricciones, suelen desempeñar importantes funciones docentes y de investigación en numerosas universidades estadounidenses.
A mediados de marzo, un portavoz del Departamento de Estado dijo en un correo electrónico que se estaba utilizando “toda la tecnología disponible” para filtrar a los solicitantes y titulares de visas. Esto en respuesta a una pregunta de The New York Times sobre si el Departamento estaba utilizando inteligencia artificial para examinar bases de datos y publicaciones de redes sociales con el fin de encontrar a personas a las que, a juicio de los asesores de Trump, deberían revocarles las visas.
“Creo que nos preocupa mucho que esto vaya a ser una prueba de fuego política que se vaya a aplicar a los estudiantes”, dijo Sarah Spreitzer, vicepresidenta del Consejo Estadounidense de Educación. “No creo que eso haya ocurrido nunca antes. Obviamente, vamos a ver cómo se va a aplicar”.
Rubio emitió un cable el 25 de marzo en el que pedía a los funcionarios consulares que examinaran el contenido de las redes sociales de algunos solicitantes de visas de estudiante y de otros tipos.
El 27 de mayo envió otro cable a embajadas y consulados, ordenándoles que suspendieran las entrevistas para visas de estudiante y académico visitante hasta que la sede del Departamento de Estado pudiera elaborar nuevos lineamientos para examinar las cuentas de redes sociales de los solicitantes.
Rubio también ha dicho que el Departamento de Estado se enfocaría en las visas de estudiantes chinos. El 28 de mayo anunció que el gobierno de Trump trabajaría para “revocar agresivamente” las visas de estudiantes chinos, incluyendo a aquellos que tuvieran vínculos con el Partido Comunista de China o que estudien en “campos clave”. Ni él ni el departamento han dado más detalles.
Por otra parte, esta primavera el gobierno de Trump intentó poner fin a la matriculación de estudiantes extranjeros en la Universidad de Harvard, como parte de su ataque contra esa universidad. El Departamento de Estado dejó de tramitar visas para estudiantes extranjeros, académicos y otros visitantes extranjeros que planeaban ir a Harvard, pero el 9 de junio la agencia indicó a las misiones en el extranjero que reanudaran la tramitación, luego de que un juez prohibiera al gobierno adoptar la medida.
En meses recientes, Rubio ha hablado de anular visas de estudiante, revocar la residencia permanente (green cards) y examinar el historial de redes sociales de los visitantes extranjeros, principalmente en el contexto de la indignación por la campaña bélica de Israel en Gaza. Ha dicho que los manifestantes propalestinos de los campus han acosado a otros estudiantes, han destruido propiedades y han perturbado la vida cotidiana, aunque esos actos no han sido generalizados en las protestas universitarias.
A finales de marzo, Rubio dijo a los periodistas que había revocado 300 visas o más, muchas de ellas concedidas a estudiantes, y que seguía cancelando más a diario.
A principios de marzo, Rubio despojó a Mahmoud Khalil, un estudiante recién graduado en la Universidad de Columbia que había sido activista estudiantil, de su condición de residente permanente. Rubio dijo que Khalil, quien tiene ascendencia palestina y está casado con una ciudadana estadounidense, estaba socavando la política exterior de Estados Unidos. Los agentes de inmigración detuvieron entonces a Khalil.
En algunos casos, los ciudadanos extranjeros que corren el riesgo de perder sus visas o green cards han presentado demandas contra el gobierno estadounidense, y los jueces han dictado órdenes de restricción temporal contra las acciones federales.