Edimburgo, Escocia.- El Presidente estadounidense, Donald Trump, jugó al golf el sábado en su campo en la costa de Escocia en medio de manifestaciones en todo el país contra su visita, en la que acusaron a los líderes del Reino Unido de complacer a los estadounidenses.

Trump y su hijo Eric jugaron con el Embajador de Estados Unidos en Reino Unido, Warren Stephens, cerca de Turnberry, un campo histórico que la empresa de la familia Trump asumió en 2008. Cientos de manifestantes se reunieron en la calle adoquinada y bordeada de árboles frente al Consulado de Estados Unidos a unos 160 kilómetros de distancia en Edimburgo, la capital de Escocia.

Oradores en un escenario improvisado dijeron a la multitud que Trump no era bienvenido y criticaron al Primer Ministro Keir Starmer por haber firmado un reciente acuerdo comercial para evitar fuertes aranceles estadounidenses sobre productos importados del Reino Unido.

Se tenia contempladas protestas en otras ciudades mientras activistas ambientales, opositores a la guerra de Israel con Hamas en la Franja de Gaza y grupos pro-Ucrania formaban de manera informal una "Coalición para Detener a Trump".

"Creo que hay demasiados países que sienten la presión de Trump y sienten que tienen que aceptarlo y no deberíamos aceptarlo aquí", dijo June Osbourne, de 52 años, fotógrafa e historiadora de Edimburgo, quien protestó vistiendo una capa roja y capucha blanca, recordando el libro y serie de televisión "The Handmaid's Tale" ("El cuento de la criada"). Osbourne sostuvo una foto de Trump con la palabra "Resistir" estampada sobre su rostro.

Las protestas del sábado no fueron tan grandes como las multitudes que salieron por toda Escocia cuando Trump jugó en el resort durante su primer mandato en 2018.