Chihuahua, Chih.- Pese a que las garrapatas suelen morir con las bajas temperaturas, los casos de rickettsiosis no ceden en Chihuahua. Hasta el 20 de octubre, la Secretaría de Salud del Estado confirmó 89 contagios y 43 defunciones, una cifra apenas menor a la del año pasado, pero con un aumento en el número total de enfermos, lo que mantiene la alerta sanitaria en la entidad.

Los municipios con mayor incidencia son Chihuahua, con 45 casos; Ciudad Juárez, con 35; Meoqui, con 5; Delicias, con 3, y Ascensión, con 1. En cuanto a las defunciones, 26 se registraron en la capital, 14 en Juárez, dos en Delicias y una en Meoqui. La mayoría corresponde al grupo de edad de 45 a 64 años, seguido por niños de 5 a 14 años y adultos jóvenes de 25 a 44.

El infectólogo pediatra Moisés Ramírez López –en entrevista previa– explicó que la Rickettsia rickettsii, bacteria responsable de la enfermedad, es transmitida por la picadura de garrapatas infectadas y puede ser letal si no se trata a tiempo. “El mayor problema de la rickettsiosis es la detección tardía. Si se diagnostica y se inicia el tratamiento oportunamente, la mortalidad puede ser prácticamente nula; pero si pasan más de cinco días sin atención, la letalidad puede acercarse al 100 por ciento”, advirtió.

Ramírez López detalló que los primeros síntomas suelen confundirse con una infección viral común: fiebre alta, dolor muscular, malestar general y dolor abdominal. El exantema —pequeñas manchas rojas en la piel— aparece cuando la enfermedad ya se encuentra avanzada. “Si el médico no lo sospecha desde el inicio, puede confundirla con dengue, sarampión o incluso influenza. Por eso insistimos en que se pregunte si hay garrapatas donde vive o trabaja el paciente. Esa sola pregunta puede salvar una vida”, enfatizó.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, de las 43 muertes registradas este año, 28 ocurrieron en instituciones estatales, 12 en hospitales del IMSS y tres en el sector privado. En la mayoría de los casos, el diagnóstico fue tardío, lo que redujo las posibilidades de recuperación.

El especialista señaló que Chihuahua, al igual que Sonora, Coahuila y Nuevo León, es un estado endémico de la bacteria, adaptada a las condiciones del norte del país. “Las garrapatas sobreviven porque encuentran en nuestros animales domésticos el hospedero ideal. En muchas colonias urbanas prácticamente todas las garrapatas están infectadas. No es un problema del campo, es un problema de ciudad”, subrayó.

Otro obstáculo, dijo, es la falta de disponibilidad del antibiótico intravenoso más eficaz: la doxiciclina. “En México se suspendió su producción y eso nos deja con la versión oral, que sirve para casos leves. Pero cuando el paciente llega grave, ya no puede absorber el medicamento. Hemos tenido que recurrir a donaciones de otros estados o incluso de otros países, pero no hay un abasto nacional de la presentación intravenosa”, explicó.

Ramírez López advirtió que la rickettsiosis puede dejar secuelas severas en quienes sobreviven. “Hemos tenido pacientes que pierden dedos, manos o pies. La bacteria daña los vasos sanguíneos y causa necrosis por falta de irrigación. Es una enfermedad muy agresiva y aún subestimada”, lamentó.

También alertó sobre la aparición de coinfecciones con otras bacterias transmitidas por garrapatas, como Ehrlichia y Anaplasma, que complican el diagnóstico y retrasan el tratamiento. “Nuestro verdadero enemigo son las garrapatas. Mientras no controlemos su presencia en los hogares y en los animales domésticos, los casos seguirán repitiéndose año con año”, afirmó.

Sobre las campañas de prevención, el infectólogo consideró que deben mantenerse durante todo el año y no limitarse a la temporada de calor. “Todavía hay familias que esperan a que haya brotes para actuar. Esto no puede ser sólo responsabilidad del gobierno. La prevención empieza en casa: limpiar patios, revisar a las mascotas, usar collares antiparasitarios y acudir al médico ante cualquier fiebre inexplicable”, insistió.

El médico recordó que la doxiciclina, en su presentación oral, es accesible y económica, pero debe administrarse bajo prescripción médica. “No es un tema de costo, sino de tiempo. Lo que define si alguien vive o muere es cuán pronto se sospecha y se inicia el tratamiento”, puntualizó.

Aunque el número de muertes disminuyó ligeramente respecto al año pasado, el aumento en los contagios refleja una doble realidad: hay mayor detección, pero también una persistencia del riesgo. “Estamos pensando más en rickettsia, eso es positivo, pero no hay que confiarnos. Lo ideal sería tener cero muertes, y eso sólo ocurrirá cuando la prevención forme parte de la vida cotidiana”, concluyó Ramírez López.

En Chihuahua, donde el calor, la sequía y la convivencia estrecha con animales domésticos crean un entorno propicio para las garrapatas, la rickettsiosis se mantiene como una amenaza silenciosa. Una enfermedad diminuta en su origen, pero devastadora cuando llega tarde el diagnóstico.

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