Ciudad Juárez.- Después de ser deportados de Estados Unidos por el gobierno de Donald Trump, los migrantes mexicanos llegan a Ciudad Juárez con afectaciones emocionales, como el estrés, depresión y ansiedad, frente a situaciones como la separación familiar y la estigmatización de la sociedad, según ha detectado la Iniciativa de Salud Humanitaria en la Frontera (ISHF).
“Algunas de las personas presentan estrés, depresión, ansiedad y, sobre todo, emociones como tristeza, culpa por ser deportados, incertidumbre y sentimientos de pérdida”, informó Inés Barrios, coordinadora en Juárez de ISHF.
Después de haber sido detenidos en el país donde algunos vivieron por años y ser devueltos a México, “vienen como de sentir que hay una derrota, que hay una pérdida, muchos de ellos ya sin redes familiares o redes de apoyo en sus comunidades de origen; muchos de ellos con familia en Estados Unidos. Eso sin duda se ve reflejado en su situación emocional”, agregó.
La Iniciativa, que nació en mayo de 2024, en Ciudad Juárez y en Tijuana se enfoca en la atención a la salud pública, mental, sexual y reproductiva de las personas que permanecen en los albergues, y en los últimos meses han apoyado también a connacionales repatriados.
“Nos toca mucho observar a los grupos de personas repatriadas. Los promotores de salud mental hacen actividades informativas, más lúdicas o basadas en comunidad, con la finalidad no solamente de concientizar a las personas sobre algún tema de salud mental, sino también de identificar si hay alguna persona con algún tipo de necesidad y poder acompañarle en el proceso de atención”, explicó la también investigadora de temas migratorios.
Relató que en las actividades con personas repatriadas, los promotores han encontrado principalmente a hombres solos y han detectado la necesidad de atender su salud mental, principalmente porque vienen con desilusiones, pérdidas y la sensación de derrota tras haber sido deportados.
“Sobre todo por el rol social que se tiene, de que el hombre es el fuerte , es el proveedor, es el jefe de familia, y de repente que surja este proceso, para la gran mayoría como un evento inesperado, pues sí impacta emocionalmente para ellos, al decir: ya no soy el proveedor, ya no soy el jefe de familia. Y con esta estigmatización que se tiene”, indicó Barrios.
Al ser deportados, los connacionales también se enfrentan a la estigmatización, “sobre todo desde la perspectiva política, porque muchas veces hablar de alguien deportado se asocia con algo negado o con alguien que ha hecho algo malo”.

Regresan con insuficiencia renal, cáncer, diabetes, hipertensión y problemas del corazón

Los integrantes de la organización humanitaria han encontrado además que al regresar a México presentan enfermedades crónicas, como insuficiencia renal, cáncer, diabetes, hipertensión y problemas del corazón, lo cual hace que la atención médica se convierta en un proceso de más largo plazo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Migración (INM), durante el primer mes del gobierno de Trump, del 20 de enero al 20 de febrero, fueron deportados mil 871 connacionales a través del puente internacional Santa Fe-Paso del Norte, de El Paso a Ciudad Juárez.
Ante las amenazas de Trump de realizar redadas y deportaciones masivas, el 20 de febrero abrió sus puertas en esta frontera el Centro de Apoyo y de Servicios de El Punto –antes llamado Centro de Atención a Migrantes- a través de la estrategia federal “México te Abraza”, el cual hasta el 14 de octubre había atendido a 10 mil 286 personas adultas y niños, niñas y adolescentes acompañados por su mamá o su papá.
Hasta ayer, las últimas estadísticas publicadas por la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas de la Secretaría de Gobernación (Segob), con base en información registrada en los puntos oficiales de repatriación del INM, abarcaban hasta agosto de 2025, cuando sumaban 11 mil 58 migrantes mexicanos devueltos a Ciudad Juárez, 32.63 por ciento más que los ocho mil 337 registrados en el mismo lapso del año pasado.

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