Chihuahua, Chih.- El director ejecutivo de la Junta Central de Agua y Saneamiento, Mario Mata Carrasco afirmó que México no tiene una deuda de agua con Estados Unidos, pese a la presión ejercida desde aquel país para que se cubra un presunto faltante derivado del Tratado de Aguas de 1944. Aseguró que, aun si existiera la intención de pagar de inmediato, no hay condiciones para hacerlo porque la sequía extrema que atraviesa Chihuahua ha reducido drásticamente el volumen disponible en las presas.

Explicó que el déficit registrado en el ciclo 35 asciende a 986 millones de metros cúbicos, pero insistió en que este número no representa una deuda, pues el propio tratado contempla cómo proceder cuando no se puede cumplir con los escurrimientos mínimos. Recordó que este tipo de situaciones ya han ocurrido en otros momentos a lo largo de la vigencia del acuerdo y que para ello se firmó el acta 234 en Ciudad Juárez en 1969, donde se precisa la manera de compensar estos déficits sin que se considere un incumplimiento.

Mata detalló que existen tres rutas para solventar los faltantes: ampliar el volumen del tercio que corresponde entregar a Estados Unidos, utilizar parte de los dos tercios asignados a México o recurrir al agua almacenada en las presas internacionales. Subrayó que estos mecanismos están establecidos con claridad y se han utilizado en repetidas ocasiones cuando las condiciones climáticas no permiten cumplir con normalidad.

Indicó que la sequía que enfrenta Chihuahua y todo el norte del país es extraordinaria y que el tratado contempla explícitamente esta circunstancia como un motivo válido para trasladar el déficit al siguiente ciclo. Señaló que el almacenamiento conjunto de La Boquilla, Las Vírgenes y El Granero se encuentra por debajo del 40 por ciento de su capacidad, lo que hace imposible cualquier entrega adicional. “Aunque quisiéramos pagar, no tenemos con qué hacerlo”, reiteró.

Agregó que incluso el ciclo agrícola será restringido debido al bajo nivel de agua disponible y que la prioridad es garantizar el abasto para la población y mantener, en la medida de lo posible, el riego para las zonas productoras. Recalcó que no se trata de una negativa por parte del estado ni de un incumplimiento deliberado, sino de una imposibilidad técnica derivada de la falta de lluvias y de los escurrimientos insuficientes registrados en los últimos años.

Mata sostuvo que la exigencia del gobierno estadounidense carece de sustento porque el tratado fija con claridad cómo actuar en periodos de sequía excepcional. Dijo que el déficit será atendido conforme evolucionen las condiciones climáticas y una vez que las presas recuperen niveles que permitan cumplir con los compromisos internacionales sin comprometer la seguridad hídrica del estado.

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