En una jornada de paro intermitente, administradores y jefes de departamento del Servicio de Administración Tributaria (SAT) intentaron conciliar con manifestantes prometiendo mejoras en las condiciones de los baños, elevadores y artículos de papelería, pero sin ofrecer incremento salarial.

"Todos los empleados, principalmente de Recaudación permanecieron amenazados dentro de las instalaciones de la plaza vía 500 que se encuentra a un lado del inmueble, bajo amenazas de que no podían moverse y pasándoles lista continuamente, así los mantuvieron desde temprano.

"Los administradores de la Local quisieron conciliar, hicieron una mesa de diálogo, pero no quisieron comprometerse prácticamente a nada, hicieron una nota de acuerdo donde se dijo que no iba a haber represalias, que no iba a haber descuentos a los que habían participado en el movimiento, dijeron que iban a mejorar las condiciones de los elevadores, de los baños, de las papelerías para trabajar, sin embargo, no quisieron comprometerse al punto por el cual se inició todo esto, que es el incremento salarial", reveló uno de los trabajadores de la oficina central del fisco.

Aunque hoy se acumuló un segundo día de protesta, los manifestantes siguen sin tener una respuesta concreta por parte de la autoridad.

"Se sigue esperando poder llegar a un acuerdo de todo, ya que ellos solamente quieren solucionar la parte de la papelería e instalaciones", expuso otro trabajador.

José Mario de la Garza, presidente de la organización no gubernamental Perteneces AC, dijo que es una paradoja brutal que un Estado exija eficiencia fiscal cuando ni siquiera tiene la capacidad para imprimir sus propios documentos, por lo que calificó al SAT como una "máquina de recaudación oxidada".

"Mientras las oficinas colapsan por falta de recursos, a los contribuyentes se les exige pagar más, más rápido y con mayor rigor. A los empleados del SAT se les impone una meta imposible: recaudar sin herramientas, perseguir sin medios, sostener una estructura agotada por la política del castigo y la improvisación.

"La presión ya no es fiscal: es humana", expuso De la Garza Marroquín en su cuenta oficial de X.

Un País que asfixia a su gente con impuestos, pero no invierte en su propia capacidad institucional está condenado a recaudar miseria, añadió.

"No se trata de dinero, se trata de dignidad administrativa, de ética pública, de sentido de Estado. México no necesita un SAT que cobre más; necesita un SAT que funcione, que sirva, que inspire confianza", aseveró.

Según el SAT, en el primer día de paro únicamente se suspendieron operaciones en las oficinas ubicadas en Chihuahua, Chihuahua; Celaya, Guanajuato; Guadalajara Sur y Zapopan, en Jalisco; y en CDMX sedes Oriente y Sur.

Por esto, se reagendaron vía correo electrónico 3 mil 258 citas en todo el País, lo que representa el 5 por ciento del total de citas programadas.

"Esta institución mantiene abiertos los canales de diálogo y cooperación con sus trabajadores en un marco de respeto y responsabilidad", dijo el SAT.