Que los ciudadanos, mediante sufragios, nombren a quienes serán responsables de impartir justicia en México, es tan absurdo, surrealista, estúpido, ilógico, irracional, desatinado como si:
a) Se construyeran hospitales, clínicas, dispensarios, sanatorios, consultorios y los habitantes decidieran –con su voto- quiénes deberían laborar desde medicina externa hasta los cirujanos de todas las especialidades pasando por técnicos médicos y enfermeras. No importa si cuentan o no con licenciaturas, posgrados, doctorados, especialidades y sumamente importante: experiencia profesional.
b) Se edificaran escuelas de preescolar, primaria, secundaria, preparatoria, bachilleratos técnicos, tecnológicos y universidades y los maestros fuesen contratados con base a popularidad y votos. No importa si cuentan o no con licenciaturas, posgrados, doctorados, especialidades y sumamente importante: experiencia profesional. Ah, caramba, eso de heredar o comprar plazas se hace desde tiempo atrás, y sin elección alguna.
c) Se construyeran hospitales, puentes, carreteras, edificios, sistemas de agua y alcantarillado, presas, túneles, aeropuertos y mediante el voto popular se decidiera quiénes serían los chalanes, contratistas, albañiles, fontaneros, electricistas, plomeros, ingenieros, arquitectos, director de obra, ingeniero residente o jefe de obra y los indispensables burreros o taqueros. No importa si cuentan o no con licenciaturas, posgrados, doctorados, especialidades y sumamente importante: experiencia profesional.
Y así en todas las ramas. No es contra los candidatos, es la forma de elección a esos cargos porque uno que otro puede ser un excelente profesionista, pero la mayoría... Tomen en cuenta que para llevar a cabo esta farsa se invirtieron miles de millones de pesos que bien pudieron haberse destinado a las áreas de salud, educación, alimentación, medicinas, investigación científica y tecnológica y a combatir y prevenir la violencia. Este evento no tiene nada que ver con la democracia.
Paso 1. El más sencillo, no presentarse en las casillas ni para anular el voto. Su sola presencia valida esta inverosímil extravagancia.
Paso 2. Si fue insaculado y le corresponderá ser funcionario de casilla, no asistir.
Paso 3. Si es de los beneficiarios de las pensiones del bienestar sea por edad, madres jefas de familia, estudiantes, discapacitado, jóvenes construyendo el futuro, servidor de la nación, burócrata federal, estatal o municipal, miembro de un sindicato afín a la 4T y lo acarrean a las urnas, pues ni modo de rajarse por miedo a que lo den de baja. Así que en esos casos anulen su voto con marcadores coloquialmente llamados de tinta fuerte.
Paso 4. Como sé de casos en los cuales, esposos, esposas, familiares, vecinos, amigos, compadres, colegas se postularon no por eso tenemos obligación de apoyar tan estrafalaria elección. Ni modo, la patria es primero. La razón debe prevalecer en los sentimientos y si se inscribió es porque tiene el visto bueno de quienes decidirán a los ganadores así no vayan más que tres chícharos a sufragar, ellos obtendrán los puestos. Recuerden que los ciudadanos no contarán los votos, será en otro lugar discreto, cerrado y ahí podrán anotar los números correspondientes de los señalados por Morena. Ya verán que oficialmente el pueblo se volcará a las urnas porque es sumamente importante decidir quién le juzgará.
Pero si decide votar por favor lleve bien estudiada la manera en que debe emitir su sufragio. También debe responderse a sí mismo y correctamente cuál es la diferencia y similitud entre ministras y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, magistraturas del TEPJF, o de disciplina judicial, o de circuito o juzgadores de distritos. Si no lo sabe, mejor no ponga un pie en las casillas.
Tengo confianza en que la inmensa mayoría de los ciudadanos no participarán en este desatinado proceso, porque no puedo llamarlo ni siquiera experimento. Pero por otro lado sé que, volviendo a los viejos tiempos, en las estancias en donde se cuenten los votos, tendrán la oportunidad de escribir los números correspondientes para que los incondicionales que impartirán injusticias ganen. Un limpio fraude. Pero ni modo, este es el gobierno que nos merecemos.
Mi álter ego y yo somos americanistas de mente, amor y corazón, pero respetamos la ciencia. En este caso las Leyes de Probabilidad. Y como ya tenemos quién sabe cuántas décadas derrotando al Cruz Azul en la liga MX en eliminatorias y finales, la verdad, ya nos toca perder. Pero confío en que ellos nos tengan tanto miedo que tengamos el marcador a favor antes de que el partido inicie. También confiamos en Rotondi, siempre nos ayuda.