En los medios impresos se ha dado la noticia sobre la intervención de las autoridades de la UACH para auspiciar una plataforma digital de transporte aplicada para atender ciertos problemas de hacinamiento de los espacios de estacionamiento en el Campus I y atender de paso las necesidades de transportación de los alumnos en el II. La primera cuestión que llamó mi atención es la intervención de la rectoría, buscando una solución tecnológica para resolver “los problemas” de una forma extraña.
Imaginé en principio que se trataba de recurrir a alguna de las plataformas de transporte de personas ya en operación y que, en un momento dado, dada su experiencia y la posibilidad de introducir variantes a sus tecnologías era el propósito de las autoridades. No obstante, en el desarrollo de las notas reporteriles, se precisa si bien el primer impulso es de las autoridades de la UACH, la idea es recurrir a los servicios de una desarrolladora de este tipo de aplicaciones de transporte, a fin de que la operación corra por cuenta de los alumnos que acostumbran a viajar al centro educativo en sus vehículos.
En estricto sentido, los estacionamientos se saturan porque los poseedores de vehículos prefieren viajar al centro educativo por razones diversas, la principal ara evitar la pérdida de tiempo y las erogaciones en transporte son lo suficientemente significativas para que el costo sea semejante o superior al costo de operación de viaje y retorno a sus hogares o trabajo. Y, en el Campus II aun cuando se cuente con el suficiente espacio de estacionamiento, el problema de fondo es el mismo: no existen los servicios de transporte con la suficiencia ---incluyendo comodidad---, oportunidad y costo para desalentar el uso del vehículo particular.
Cualquiera que haya recurrido al servicio público de transporte concesionado ---el más “barato” por viaje sabe por experiencia que no puede satisfacer ninguno de los requerimientos a un servicio de trasportación decente. Las rutas impiden la celeridad del viaje, parecen trazadas sobre el principio de que el tiempo de los usuarios carece de valor económico y social. Esto se corresponde con la visión burocrática típica. Y todo indica que el gobierno del estado en turno está aquejado de esta añeja visión. Así que los estudiantes de todos los ciclos, sus madres en su caso, las amas de casa, y los trabajadores, pueden perder toda esperanza en el mediano plazo de contar con un servicio de transporte masivo medianamente razonable y eficiente.
La concepción de la problemática por las autoridades de la máxima casa de estudios del estado parece considerar que la variable preferencia de transportación individual en vehículos particulares tiene un valor fijo en la función de transportación de los estudiantes. Luego entonces hay que “aprovechar esta apetencia” para convidarlos a sumarse a un esfuerzo que apoye al resto de los estudiantes facilitándoles el transporte a su campus de destino, dejando la función de operadores de unidad de transporte a los estudiantes-automovilistas, y tal vez estableciendo un sistema de cuotas o pagos de recuperación de costos de operación. El prototípico mecanismo de “sacar las castañas del fuego con la mano del gato”. Y seguramente, habrá estudiante-automovilistas asumiendo sus rasgos de personalidad solidaria que se sumen a este tipo de esquemas. Ojalá sean muchos. Pero, a fin de cuentas, este tipo de esquemas no resolverá el problema medular, dada la dispersión de asentamiento de las viviendas, la multiplicidad de horarios y sobre todo de la capacidad real de transportación del esquema. Por ello imaginé que se estaba buscando como instrumento de trasportación recurrir a una “alianza” con uno o varios de los sistemas de transportación en operación.
Como se sabe hay numerosas opciones en cuanto a plataformas de transportación que atienden una diversidad de necesidades. Cito las más conocidas, aunque ignoro si todas tienen presencia en la ciudad de Chihuahua (aunque lo mismo vale para Ciudad Juárez y otras ciudades):
1. Uber. Plataforma de servicio privado. Este se origina a partir de la plataforma instalada en smartphone. Ofrece diferentes opciones de viajes, desde autos compartidos hasta lujosos vehículos de gama alta. Es tal vez la plataforma con mayor demanda. 2. DiDi. Plataforma de transporte china que ha ganado popularidad merced a sus tarifas competitivas y numerosas promociones. Ofrece diferentes vehículos, que van desde viajes económicos hasta vehículos de mayor confort. 3. Cabify. Ofrece servicios de transporte corporativo, además de viajes privados, con un enfoque en la seguridad y la calidad del servicio. 4. BlaBlaCar. Plataforma de transporte diseñada bajo la modalidad de compartir autos. Se trata de conectar con gente que va a algún sitio cercano a donde tú vas para transportarse en el mismo vehículo, ahorrando tiempo y dinero. Los conductores deciden con quién compartir el viaje, de acuerdo con las características de su auto, así como el costo de los asientos. 5. inDrive. La aplicación tiene como principal diferenciador que permite que los usuarios puedan negociar el costo del viaje antes de tomarlo, haciendo que sea un poco más accesible y se ajuste a su presupuesto. 6. Bolt. Plataforma en la que puedes tener una flotilla. Cuenta con diferentes modalidades, como alquiler de vehículos compartidos, viajes de trabajo para equipo y clientes y hasta vehículos de 2 ruedas para distancias cortas.
Hipotéticamente pude optarse por una diversidad de plataformas. Para los usuarios estudiantiles la que parece ajustarse más a sus necesidades es la de BlaBlaCar. Si no está disponible puede estar o desarrollarse una opción similar. En todos los casos, las plataformas son un servicio de transporte público, incluyendo la que se pretende desarrollarse por la UACH, y por ello deberá ajustarse a los requisitos de Ley.