Mediocres de todo el mundo, uníos
Si terminaste la licenciatura en derecho y no consigues trabajo, si ninguno de tus maestros te llamó como aprendiz en su despacho, si no tienes pensado abrir en lo individual o en asociación un bufete, si no tienes atribuciones para laborar como jurisconsulto de oficio, si no calificaste para ministerio público, si tampoco te han llamado de empresas privadas nacionales o extranjeras para fungir como su representante legal, entonces ¡No te desanimes! Ya deja de manejar un Didi, Uber, Beat, inDrive o de cualquier otra aplicación y no andes vendiendo filtros de agua casa por casa. ¡Inscríbete en el concurso de jueces o magistrados! ¡Es la gran oportunidad para personas como tú!
Es sencillo, solo tienes que cubrir los siguientes requisitos: presentar acta de nacimiento. Credencial de INE vigente, copia del título que certifique estudios de licenciatura en derecho –intrascendente si es de Escuela Patito, Gatito o Bienestar- con un promedio no inferior a ocho puntos, cédula profesional (sí, ese papelito que agregaron en la ventanilla de Dirección Académica cuando te entregaron tu título), certificado de estudios y constancia de residencia en el país.
Si te sientes intimidado porque terminaste la licenciatura en cinco, diez o quince años ¡no importa! ¡Puedes llegar a ser presidente! Tampoco si reprobaste y volviste a cursar varias veces Introducción al Derecho, Teoría del Derecho, Metodología Jurídica o cualquier otra materia dos o más veces. Si no sabes inglés, mejor, eres orgullosamente monolingüe, nacionalista y patriota.
Lo mejor es que te lleves bien con tus vecinos, familiares, abarroteros, empleados del OXXO o del expendio de cerveza más cercano a tu domicilio, porque necesitarás que te firmen cinco cartas –puedes entregar diez, quince, veinte, cincuenta o más- que digan que eres idóneo para el cargo, ya sea de juez o magistrado. Tu madrina y tu maestra de primer año de primaria firmarán gustosas porque siempre apostaron a que no servirías para nada. Es opcional informar si tienes parentesco con empleados del Poder Judicial –no cuenta el padrino de confirmación- pero incluye que eres hombre, mujer o LGTB, si tienes una discapacidad o si perteneces a comunidades indígenas o afromexicanas.
No es impedimento si consumes drogas, estupefacientes, alcohol o cuentas con antecedentes penales. Y en el documento que avale los cinco años de práctica como abogado alega que defendiste varias veces a tu primo cuando lo detuvieron en los retenes anti ebrios. No importa si en tu lustro de experiencia no hayas ganado un solo caso.
No te preocupes si no sabes redactar los motivos por los cuales deseas obtener la plaza, lo inferimos. Para eso estamos los escribanos. Yo te ofrezco mis servicios y en mil quinientas palabras hablaré de conocer el derecho es servir a la justicia, la fuerza sin justicia es tiranía, todos somos iguales ante la ley, la justicia es ciega, la legalidad implica la justicia. La ley es la razón desprovista de pasión, Aristóteles (esto lo escuché en la película Legally Blonde), por mi raza hablará el derecho o por el derecho hablará la raza. Te aseguro que te escribiré tres hojitas que harán llorar a Yasmín Esquivel.
No te preocupes por el contenido de las cartas de recomendación. También te puedo socorrer para que amigos y parientes solo pongan su x. Iniciaremos así: “A quien Corresponda. En mi pleno uso de mis facultades físicas y mentales, libre de coacción física o moral, es mi voluntad recomendar con la plena conciencia social del beneficio que traerá al pueblo de México a -Fulano o Mengana- doy fe que tiene 95% honestidad o más y 5% o menos de capacidad” y etc. Etc. Etc. Etc.
Si como egresado fuiste bastante limitado (lo que natura no da, Salamanca no otorga), hoy se te ofrece la oportunidad de que seas juez o magistrado. Con un solo voto puedes ganar. No seas anacrónico y ya no vendas biblias o enciclopedias o galletitas a domicilio. La 4T te hizo justicia. Ya no te dirán licenciasno, sino se dirigirán a ti con sumo respeto: Su Señoría o Su Excelencia.
A tus órdenes
Atentamente
Yomero
Mi álter ego está triste: ¿Por qué ganó Trump en Estados Unidos? Por la misma razón del triunfo de Morena en México. El populismo y la irracionalidad sí venden.