Isabel Núñez denunció que fue víctima de acoso sexual y violencia física por parte de varios hombres en el bar BAMBU MANACAR, ubicado sobre la Avenida Insurgentes Sur, en la Alcaldía Benito Juárez, en la CDMX.

La noche del pasado 12 de noviembre, Isabel asistió a dicho establecimiento en compañía de su amiga. Durante su estancia en el lugar fueron agredidas por un grupo de sujetos luego de que ellas los rechazaran en repetidas ocasiones.

"Se pusieron agresivos física y verbalmente; nos llamaron 'putas' 'mugrosas', sacaron un fajo de billetes y nos los aventaban dando a entender que si querían nos compraban y amenazándonos", compartió en sus redes sociales.

Momentos después, uno de los hombres golpeó a Isabel en la cabeza con un tarro de vidrio. Esto ocurrió luego de que las jóvenes habían pedido ayuda al personal de seguridad del bar, pero "fueron ignoradas".

Con el rostro cubierto de sangre, Isabel y su amiga fueron retiradas del lugar, por lo que llamaron a la policía capitalina. Sin embargo, la mujer denunció que el policía que acudió no solo no les brindó apoyo, sino que además la acusó de estar "drogada".

"La policía llegó, sin embargo, no hizo absolutamente nada para auxiliarnos, aun viendo el estado en el que me encontraba, me dijeron que no podían ingresar y detener al sujeto porque era propiedad privada, les pedí entonces que se quedaran conmigo para cuidarme o resguardarme o esperaran a que saliera y me dijeron que no podían".

El oficial, según su testimonio, se limitó a repetir que él "no la mandó a tomar", sin ofrecer más ayuda. Además, al solicitarle su identificación, el policía se negó a mostrársela y se retiró porque la víctima lo estaba grabando.

"Al final todos se fueron; trabajadores, agresor y policía dejándome ahí desangrándome con mi amiga y así solas nos tuvimos que ir al hospital a que me cocieran la herida porque nadie pudo ni siquiera llamar a una ambulancia", acusó Isabel.

Los trabajadores del bar se negaron a proporcionarle el nombre del sujeto para poder presentar la denuncia correspondiente y le ofrecieron 2 mil 500 pesos para que no denunciara que las agresiones fueron dentro del establecimiento.