El Cártel de Sinaloa es una de las organizaciones criminales más grandes y temidas del mundo. El cártel envía enormes cantidades de fentanilo a Estados Unidos y resiste con violencia los esfuerzos por desmantelarlo.
Pero su supervivencia está amenazada al tener dos gobiernos que toman medidas enérgicas en su contra y una guerra interna que está haciendo estragos.
Tras meses de pérdidas financieras y humanas grandes, el cártel se enfrenta a un momento de profunda agitación, que según los analistas podría señalar el fin de la organización en su forma actual.

¿Qué es el Cártel de Sinaloa?
El Cártel de Sinaloa es responsable en gran medida de la producción masiva de fentanilo y otras drogas ilícitas que han tenido un efecto devastador en Estados Unidos.
Durante años, el cártel operó bajo un modelo “paraguas”: una red cohesionada de células delictivas y afiliados, a través de decenas de países, que se coordinaban para traficar con drogas y lavar miles de millones de dólares. El fentanilo, las metanfetaminas y la cocaína representan la mayor parte de las ganancias del cártel. Pero el grupo también se dedica a la trata de personas, el secuestro de migrantes, la tala ilegal de árboles y el robo de combustible.
Sus miembros ejercen el poder mediante la violencia y la intimidación, y corrompen a funcionarios, extorsionan a ciudadanos y asesinan a cualquiera que consideren una amenaza para sus negocios, incluidos periodistas.
El cártel fue fundado y dirigido por Joaquín Guzmán Loera, conocido como el Chapo, e Ismael Zambada García, conocido como el Mayo.
Guzmán, que ahora cumple cadena perpetua en Estados Unidos, construyó su leyenda no solo sobre la violencia, sino también sobre su capacidad para escapar a la captura. Una vez se escabulló de una prisión en un carro de lavandería, y años después desapareció por un túnel bajo la ducha del baño en una celda de máxima seguridad.

¿Cómo empezó su guerra interna?
En un episodio dramático durante el verano pasado, uno de los hijos del Chapo secuestró a Zambada y lo entregó a las autoridades estadounidenses.
La traición ahondó una desavenencia que ya crecía e impulsó el conflicto, lo que convirtió al estado de Sinaloa en una zona de guerra.
Los hijos del Chapo, conocidos como los Chapitos, se han dado a conocer por su extrema violencia y están dirigidos por Iván Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar. Sus hermanastros, Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López, están encarcelados en Estados Unidos.
Tras la detención del Chapo en 2016, los Chapitos asumieron el papel de liderazgo de su padre y construyeron un exitoso imperio del fentanilo, y han amasado millones de dólares al llenar las calles estadounidenses de opiáceos.
Sus rivales, conocidos como los Mayos, son leales a Zambada, quien se forjó una reputación por su discreción y sus alianzas estratégicas.
En comparación con los Chapitos, los Mayos son considerados más disciplinados, pragmáticos y arraigados en las prácticas tradicionales del narcotráfico.

¿Quiénes son los rivales del Cártel de Sinaloa?
El Cártel de Sinaloa lleva mucho tiempo enzarzado en rivalidades violentas con varios grupos que buscan influencia, control territorial y rutas del narcotráfico.
Pero su competidor más grande es el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Fundado en 2009, es considerado tanto por las autoridades mexicanas como por las estadounidenses como una de las organizaciones criminales transnacionales más violentas y de rápida expansión, conocida por sus tácticas paramilitares.
Bajo el liderazgo de Nemesio Oseguera Cervantes, se ha convertido en un actor importante en el contrabando de fentanilo y también trafica con cocaína, heroína y metanfetamina. Los dos cárteles han librado guerras territoriales en todo México, y se han enfrentado en estados como Guerrero, Sonora, Michoacán y Chiapas.

¿Qué están haciendo Estados Unidos y México?
El presidente Donald Trump ha amenazado con imponer aranceles drásticos y con el despliegue de soldados estadounidenses en México a menos que tome medidas más decisivas para frenar el tráfico de fentanilo y desmantelar los cárteles.
En respuesta, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha tomado medidas más enérgicas en particular contra el Cártel de Sinaloa. Su gobierno ha desplegado miles de soldados en Sinaloa, ha detenido a decenas de operativos de alto nivel, ha incautado grandes cantidades de fentanilo y otras drogas y ha desmantelado decenas de laboratorios de drogas.
El gobierno de Trump también ha adoptado una serie de medidas. Ha designado al Cártel de Sinaloa y a otros grupos como organizaciones terroristas extranjeras, ha impuesto amplias sanciones a los líderes del cártel y ha extendido los vuelos secretos de drones de la CIA sobre México para encontrar laboratorios de fentanilo, afirman funcionarios estadounidenses.
Pero desbaratar el dominio del cártel es un reto importante, dados sus enormes recursos. La facilidad con que puede producirse el fentanilo —incluso en una cocina rudimentaria—, combinada con la insaciable demanda entre los consumidores de drogas estadounidenses, hace que la crisis sea extraordinariamente difícil de contener, afirman analistas y expertos.

¿Quién está ganando la guerra?
No existe un consenso claro entre expertos o funcionarios sobre qué facción va dominando ni hay indicios de que la lucha vaya a cesar pronto.
Pero los expertos afirman que el gobierno mexicano ha asestado golpes significativos a la facción de los Chapitos al detener a decenas de actores clave y operativos de alto rango.
La inesperada alianza de los Chapitos con el CJNG subraya lo desesperados que están, aseguran analistas. La guerra, dijo Vanda Felbab-Brown, experta en grupos armados no estatales de la Brookings Institution, tiene implicaciones globales sobre “cómo se reorganizarán los mercados criminales”.
Independientemente de qué facción sea la vencedora, añadió, es probable que la guerra signifique el fin del Cártel de Sinaloa tal como lo conocemos.
“La pregunta es si quedará algo del cártel, o de la facción del Mayo, o si será derrotado, fragmentado y destrozado por el CJNG”, dijo.