Chihuahua, Chih.- En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, hay quienes se niegan a dejar atrás la nostalgia de los autos antiguos. Tal es el caso del club Herrera Cars, conformado por la familia Herrera, quienes han hecho de la restauración y conservación de estos vehículos una tradición familiar.
Todo comenzó con el padre de la familia, Ernesto Herrera, un taxista apasionado que transmitió su amor por los autos clásicos a sus hijos. "Crecimos admirando y viajando en carros de modelos 1940, 1950 y 1960", comenta Carlos Javier Herrera, miembro del club. La experiencia de conducir estos vehículos, con sus velocidades a un costado del volante y sus botones automáticos, pasó a ser una odisea emocionante para todos ellos.
Con el tiempo, la familia Herrera decidió formar el club, como un homenaje a su padre y abuelo.
"Tratamos de honrar a nuestro padre y abuelo por todo lo que nos dio, los valores que nos inculcó y los beneficios de contar con nuestros carros antiguos", explica Javier.
El club cuenta con tres vehículos: dos Ford Custom Line de 1955 y una Caribe 1980. Estos autos han sido restaurados con dedicación y pasión, y han ganado numerosos trofeos en eventos de car show y beneficencia.
La presidenta del club, Ana María Maldonado Herrera, ingeniera y nieta de Ernesto Herrera, comenta que el gusto por los autos antiguos se le inculcó desde pequeña. "Es un pasatiempo bastante caro, pero también es muy apasionante tenerlo al 100 por ciento", dice.
La restauración de los autos es un trabajo en equipo, donde todos los miembros de la familia participan.
"Conseguir todas las piezas faltantes y restaurarlo es un desafío, pero también es muy gratificante", comenta Ana María. El club Herrera Cars ha cumplido tres años, y para celebrarlo, la familia se reunió para una comida, música y un partido de futbol.
La pasión por los autos antiguos es algo que une a la familia Herrera y es un legado que Ernesto les dejó. "Es una satisfacción y un gusto cuando en algunos eventos de tipo car show y de beneficencia los metemos a concursar y han ganado infinidad de trofeos por la belleza de nuestros carros", dice Carlos Javier con orgullo.
El club Herrera Cars es un ejemplo de cómo la tradición y la pasión pueden unir a una familia y crear algo verdaderamente especial.