Chihuahua, Chih.- Sarita, una joven vocación chihuahuense, ha viajado hasta Encarnación, Paraguay, donde por poco más de dos años residirá en el Noviciado de la congregación Hijas de la Caridad Siervas de los Pobres, más conocidas como Hermanas Canossianas por su fundadora, Santa Magdalena de Canossa.
Nacida en Chihuahua, Chih., el 5 de enero de 2005, Sara Angélica es hija de los señores Alfredo Rodríguez y Sonia Hernández; tiene un hermano, Ángel Leonardo, un año mayor que ella y cómplice en sus aventuras apostólicas, ya que juntos insistieron a sus padres les llevaran a la parroquia San Juan Pablo II a prepararse para la Primera Comunión, la que hicieron a los 12 y 13 años de edad.
También juntos comenzaron en el servicio litúrgico como parte del coro y, posteriormente, como monaguillos. Al respecto, platicó: "Estando en el altar fue donde me di cuenta que el Señor se daba todo, y pensaba: ¡No inventes! ¡Estoy bien cerquita de donde ocurre la 'magia'!, decía al principio, y ya cuando fui conociendo un poquito más supe que era el 'gran milagro', donde está Jesús, ¡wow! Entonces me fue interesando más la vida de Iglesia, porque antes nuestra vida eran las bandas de guerra, porque mis papás son instructores de banda y escolta".
Fue a raíz de este servicio que toda la familia quedó involucrada, como responsables o encargados del ministerio de acólitos, en el que Sarita estuvo de los 12 a los 18 años de edad, tiempo en el que ya había tenido oportunidad de conocer la vida religiosa a través del Previda virtual de 2021 y el presencial en 2022, donde decidió que ése era su camino; sólo faltaba decidir con qué familia religiosa, aunque -confesó- las Canossianas no estaban en su radar.
La Providencia le llevaría a recibir acompañamiento precisamente con las Canossianas, y el visitar la misión en EDYFICA -obra educativa de las Hermanas en los alrededores del Cerro Grande- y sobre todo la capilla del convento, la convencieron de que ahí era su lugar: "El Sagrario de nuestra capillita tiene una ranurita, y dije: 'Quiero estar ahí, cerquita de Jesús'".
Tenía 17 años cuando pidió la admisión, "y fue difícil porque mis papás no querían", llegó incluso a escapar de casa hasta que, con responsabilidad, asumió las consecuencias de su decisión: "Siempre me ha gustado una frase de la Hna. Clare Crockett: 'O todo o nada'... Me di cuenta que era todo o nada por el hecho de haber dejado la seguridad de casa".
Fueron sus papás quienes la llevaron aquel septiembre de 2023 para iniciar su camino de consagración en la vida religiosa. "Empecé a vivir en comunidad, un tiempo de adaptación de Aspirantado, fue bonito y a la vez difícil, porque entendí que el Señor me seguía pidiendo todo o nada, sólo si yo quería".
El 8 de febrero del 2024 fue admitida al Postulantado, tiempo que le dio la oportunidad de darse cuenta "cuánto había cambiado personalmente y espiritualmente. Fue un tiempo complicado, pero de mucha riqueza porque me hizo madurar mucho".
El 18 de noviembre pasado viajó Sarita de Chihuahua a México, y de ahí a Argentina y después a Paraguay, en la Provincia de Nuestra Señora de Luján, donde está el Noviciado, el cual tuvo oportunidad de conocer unos meses atrás: "Fue una riqueza muy grande conocer a otras Hermanas que también están enamoradas del carisma que a mí me enamoró. Estuve en una primera profesión y una profesión perpetua y fue una gran bendición pensar que era parte de un instituto enorme. Además, valoré mucho mi familia, mi cultura, la comida, el clima... ¡todo!".
Mención especial hizo de su compañera Angie Orozco, con quien compartió el tiempo de acompañamiento hasta que falleció: "Fue alguien muy importante porque caminamos juntas y ahora ella intercede por mí. Siempre nos decíamos: '¡Nos vemos en el Sagrario!', y ahora va a ser más fácil verla en el Sagrario".
Emocionada por esta etapa, expresó su deseo de seguir respondiéndole al Señor con generosidad, seguir formando parte de la familia canossiana, "porque somos una misma familia, aquí y en China, literal, están presentes las Hermanas Canossianas"; también espera crecer mucho en todos los aspectos, aprovechar todos los momentos y poder inspirar vocaciones: "Santa Magdalena decía: 'Jesús no es amado porque no es conocido', entonces poderlo hacer conocer un poquito más y todos los días esforzarme por eso y poder seguir siendo feliz".
Finalmente imploró a los lectores del Noti -del cual confesó ser 'fan'-, que sigan orando por las vocaciones, "aquí está una vocación a la que le pueden poner rostro y nombre".