Chihuahua, Chih.- En un esfuerzo por preservar la autenticidad de los productos oaxaqueños, artesanos como Minerva Zavala y Sebastián Olivera apuestan por la calidad, la transparencia en los procesos y la tradición como herramientas de resistencia para enfrentar la piratería proveniente de China que afecta al sector textil y artesanal mexicano.
Desde Oaxaca, ambos ofrecen sus productos en la edición 14 de la Expo Oaxaca, instalada desde ayer en la plaza 5 de Febrero, frente a la Penitenciaría Vieja, en la calle 20 de Noviembre y calle 20, donde cada año presentan productos auténticos como telas hechas en telar de pedal, prendas de algodón y seda, así como mezcal artesanal y otras artesanías como alebrijes.
Orgullosa de sus raíces, Minerva Zavala, originaria del estado de Oaxaca, muestra el colorido de su cultura y compartió con entusiasmo detalles de su participación en el evento, donde representa con orgullo la riqueza textil y gastronómica de su región.
Uno de los aspectos más destacados de su exposición fue la presentación del telar tradicional de Mitla, Oaxaca, el cual fue trasladado especialmente para mostrar en vivo el proceso de hilado y tejido con el que elaboran prendas típicas.
“Traemos el telar de nuestro pueblo para que vean realmente el proceso de la tela, cómo van los hilos para que la tela salga y quede una prenda hermosa”, explicó.
Destacó que la exposición artesanal cuenta con 16 stands, cada uno con seis metros de exhibición. La mayoría de los expositores provienen directamente del estado de Oaxaca, aunque también cuentan con la presencia de un invitado especial de cada año, el tradicional pan de
“Traemos el telar de nuestro pueblo para que vean realmente el proceso de la tela, cómo van los hilos y quede una prenda hermosa”
Minerva Zavala Artesana Tlaxcala.
Minerva Zavala expresó su orgullo por poder mostrar y difundir productos auténticamente oaxaqueños y artesanales, con lo que reafirma el valor de las tradiciones y el trabajo hecho a mano, que forman parte del patrimonio cultural de México.
Ambos artesanos coinciden en que la piratería es un problema grave.
“Hace un año, la gente ya no creía que el producto era oaxaqueño”, lamenta Minerva.
La presencia de réplicas de sus productos hechos con materiales sintéticos y vendidos como artesanías, ha generado confusión entre los consumidores y pérdidas económicas para los verdaderos artesanos.
Una de las propuestas de los expositores es impulsar una certificación de origen similar a la del mezcal, el sotol o el tequila.
“Yo creo que sí lo podemos lograr con apoyo del gobierno”, expresa Minerva, quien hace un llamado urgente a las autoridades, especialmente federales, para que respalden a los artesanos y a las comunidades que preservan los usos y costumbres.
“La diferencia entre un producto pirata y uno original está en la textura. Al tocarlo, te das cuenta de que no es ni algodón ni seda. El original es distinto, tiene vida”, explica.
Minerva también cuestiona el papel de las autoridades locales, al permitir eventos en el Centro de la ciudad donde comercializan todo tipo de mercancía sin control.
“Ese tipo de eventos nos afecta. El que los promueve mete de todo. Nosotros somos realmente artesanos y estamos aquí cada año con esta exposición que sólo tiene 16 puestos, todos con productos auténticos”, detalló.
Igualmente, hizo un llamado a apreciar sus tradiciones.
“Que apoyen un poquito más la artesanía, los usos y costumbres oaxaqueños. Oaxaca ha tenido un boom gracias a su cultura y tradición. Si apoyaran más desde lugares como Chihuahua, estaríamos mucho mejor en lo cultural”, recalcó la artesana.
Sebastián Olivera, originario de Mitla, Oaxaca, y con apenas 23 años, comparte el valor cultural y artesanal del mezcal, una de las bebidas más representativas del estado.
Junto con su compañera, también oriundo de Mitla, promueve esta bebida ancestral elaborada con distintas variedades de maguey, entre ellas espadín, cuiche, madre cuiche, tobalá, Sierra Negra y tepeztate.
“El nombre del mezcal lo determinan según el tipo de maguey con el que sea elaborado”, explica Sebastián.
Destacó que el mezcal oaxaqueño es único en el país por contar con la certificación de denominación de origen, lo que garantiza su autenticidad y calidad.
A diferencia de otras bebidas, el mezcal sigue produciéndose de manera artesanal. Este proceso incluye el corte del maguey, su cocción en hornos de piedra, la fermentación natural, y la molienda tradicional realizada todavía con una piedra tirada por una mula. Finalmente, el destilado es en alambiques de cobre, conservando su pureza y sabor original.
Contrario a lo que creen, el mezcal, al igual que otros destilados de agave como el tequila, bacanora o sotol, debe ser transparente, es decir, blanco. Sebastián aclara que no existe un mezcal reposado o añejo como norma general, aunque algunos pueden guardarse por más de cinco años para dar un sabor diferente, sin perder sus cualidades.
Para saber si un mezcal es de buena calidad, hay pruebas visuales que los conocedores aplican, como observar el perlado al agitar la botella, verificar que las burbujas se mantengan, y notar cómo el líquido baja lentamente por las paredes del vaso, como si fuera aceite.
Además del tradicional, el mezcal ha dado paso a una amplia gama de productos derivados, como cremas de mezcal con sabores como cappuccino, piñón, coco, pistache o café, así como mezclas frutales para coctelería: maracuyá, frutos rojos, mango, piña y hasta mojito.
“El mezcal es el agua bendita de Oaxaca”, concluye Sebastián.