Nueva Delhi.- Hace poco más de un año, el Primer Ministro indio, Narendra Modi, se recuperaba del peor revés electoral de su carrera. Al mismo tiempo, crecía la especulación de que el político más dominante del país corría el riesgo de perder el poder.
Opositores y comentaristas discutían abiertamente si Modi se haría a un lado después de que su Partido Bharatiya Janata (BJP, por sus siglas en inglés) se vio obligado a formar un Gobierno de coalición por primera vez desde que llegó al poder una década atrás.
Avivó la especulación el hecho de que pronto cumpliría 75 años, la edad de jubilación no oficial de su partido, un hito con el que otros líderes indios de su partido cedieron el poder.
Estos rumores se intensificaron el mes pasado después de que el Mandatario estadounidense, Donald Trump, impuso aranceles del 50 por ciento a India y calificó su economía de "muerta".
Pero mientras Modi celebró este miércoles su cumpleaños 75, su control sobre la India parece más seguro que nunca.
El gobernante ha logrado reforzar el apoyo entre aliados clave, posicionándose para completar su tercer mandato y no hay impedimento para que se presente a las elecciones de 2029 a los 79 años, según miembros del partido y aliados que pidieron no ser identificados.
El firme control del Premier sobre la política india se ha mantenido a pesar de soportar un torrente de crisis que por sí solas habrían amenazado el control de cualquier líder.
Comenzaron con el revés electoral del año pasado -cuando el BJP no logró obtener una mayoría absoluta en el Parlamento- y continuaron este año, con un conflicto armado de cuatro días con Pakistán en mayo.
La economía también se encuentra bajo presión, y se espera que el crecimiento este año alcance su ritmo más bajo en cinco años, incluso antes de tener en cuenta el impacto de los aranceles estadounidenses.
En julio, el líder de Rashtriya Swayamsevak Sangh, el grupo hindú de derecha que impulsó el ascenso de Modi al poder, planteó la idea de que los líderes indios deberían jubilarse a los 75 años, lo que desató una frenética especulación sobre el futuro del Primer Ministro.
A pesar de ello, el control de Modi sobre el BJP sigue siendo sólido y no se plantea su reemplazo, declaró un político de alto rango de un partido de coalición.
Cuando el BJP perdió su mayoría parlamentaria el año pasado, políticos de la Oposición y analistas cuestionaron si Modi era apto para compartir el poder en un Gobierno de coalición.
Pero ha logrado mantener a sus aliados de su lado, ofreciéndoles puestos en el gabinete y asignaciones financieras para proyectos clave como la construcción de una nueva capital en el estado de Andhra Pradesh, gobernada por su socio de coalición, N. Chandrababu Naidu.
Al mismo tiempo, Modi ha priorizado las políticas económicas en su tercer mandato sobre los temas de la agenda nacionalista hindú de línea dura que dominaron sus mandatos anteriores.
Recortó los impuestos sobre la renta en febrero y continuó con una importante flexibilización del impuesto al consumo en agosto para amortiguar el impacto de los aranceles del 50 por ciento de Estados Unidos.
"La posición de Modi es notablemente más débil tras las elecciones de 2024, pero ha hecho un excelente trabajo proyectando una imagen de invencibilidad. No creo que se retire en este momento", afirmó Ian Hall, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Griffith de Australia.
Entre la población, el apoyo al Premier se mantiene alto. Una encuesta de opinión de agosto mostró que 58 por ciento de los encuestados calificó su desempeño como "bueno", prácticamente el mismo nivel que hace un año y solo ligeramente por debajo del 62 por ciento de febrero.
Si bien el conflicto con Trump puede haber dañado la imagen de India en la Casa Blanca, dentro de India ha fortalecido su imagen como un líder que se enfrenta a las potencias extranjeras, según varios allegados.