Chicago, Estados Unidos.- Las calles del barrio de Pilsen, a unas pocas millas al suroeste del centro de Chicago, suelen estar llenas de vida en septiembre con fiestas caseras y barbacoas en las semanas cercanas al Día de la Independencia de México.
Pero después de que la Administración Trump anunciara el inicio de una ofensiva contra la migración ilegal en Chicago, pocos de los vendedores habituales ofrecían tamales o tazas de elote en el barrio de Pilsen la semana pasada. La gente salió brevemente para un desfile anual, pero horas después, solo un coche tocaba la bocina por la calle 18 ondeando banderas mexicanas. Cajeros y dueños de negocios lamentaban estar esperando a clientes que nunca llegaron.
Los residentes de Pilsen, que ha sido el hogar de migrantes mexicanos en el Medio Oeste durante décadas, dijeron que la amenaza de redadas había trastocado su vecindario. Hablaron de familiares y vecinos sin estatus legal permanente que ahora, en su mayoría, se quedan en casa, y de una amplia sensación de preocupación, pero también de una renovada solidaridad.
El Departamento de Seguridad Nacional se ha centrado en el área de Chicago desde la semana pasada, como parte de una iniciativa denominada Operación Midway Blitz. Esta operación ha resultado en el arresto de varias personas, incluyendo algunas acusadas de robo, agresión y otros delitos violentos, según la agencia. El viernes, en un suburbio de Chicago, un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) disparó mortalmente a un hombre durante una parada vehicular, después de que este atropellara y arrastrara a un agente con su vehículo mientras huía, informó la agencia.
Los habitantes de Chicago en toda la ciudad han estado atentos a los agentes y vehículos del ICE, y han reportado la actividad del mismo servicio a líneas directas y sitios web que rastrean el paradero de los oficiales federales. Grupos de defensa de los migrantes informaron que, desde el fin de semana pasado, han observado un aumento en los avistamientos de oficiales.
En Pilsen, los residentes expresaron su enojo con el Presidente Donald Trump, por su nuevo enfoque en Chicago tras las medidas represivas en Los Ángeles y Washington, y por su impulso para intensificar las deportaciones. Muchos también expresaron su frustración con los demócratas que ocuparon la Casa Blanca antes de Trump, y por la incapacidad de ambos partidos durante décadas para corregir lo que los residentes consideran un sistema migratorio obsoleto y defectuoso.
Chicago, una ciudad de 2.7 millones de habitantes, cuenta con una de las poblaciones migrantes más diversas del país, la mayoría de los cuales tienen estatus legal en Estados Unidos. Aproximadamente 625 mil habitantes de Chicago son de origen mexicano. Los demógrafos estiman que al menos 150 mil personas en la ciudad carecen de estatus legal permanente, y aproximadamente un tercio de ellas son de origen mexicano.
Los migrantes mexicanos comenzaron a llegar a trabajar en los corrales y plantas empacadoras de carne de la ciudad ya a mediados del siglo XIX. Posteriormente, llegaron a trabajar en acerías y en los ferrocarriles que convergen en la ciudad.
El barrio que se conoció como Pilsen albergó primero a migrantes irlandeses y posteriormente a alemanes, checos, polacos e italianos. Comenzó a transformarse en un centro de la cultura mexicana en la década de 1950, a medida que la ciudad comenzaba a desindustrializarse y el desarrollo urbano desplazaba a familias mexicanas de otras zonas de Chicago. Durante las décadas siguientes, Pilsen se convirtió en un centro de actividad política mexicoamericana durante el Movimiento por los Derechos Civiles.
"Caminábamos por estas calles hasta la medianoche, jugando en la boca de incendios, recorriendo los callejones", dijo Laura Hernández, de 59 años, asistente legal que creció en Pilsen, parte del área comunitaria del Lower West Side, donde más del 70 por ciento de los residentes son latinos. Hernández comentó que sus padres, de ascendencia criolla, eran de Luisiana. Pero sus amigos más cercanos de la infancia, muchos de los cuales se han quedado en Pilsen con ella, son mexicoamericanos, dijo, y se considera "mexicana de corazón".
Algunos negocios locales incluyen los nombres de lugares de origen de los migrantes mexicanos: Juárez, Iguala, Uruapan. Pero la gentrificación ha llegado a Pilsen, y ahora hay murales de escolares y activistas de derechos civiles junto a tiendas de moda, tiendas de segunda mano y condominios. A medida que aumentan los precios de la vivienda en Pilsen, las nuevas familias mexicoamericanas se ven obligadas a mudarse a otros barrios.
Al igual que otros habitantes de Chicago, los residentes de Pilsen han tendido a ser demócratas fieles. Sin embargo, en 2024, el barrio experimentó leves cambios hacia Trump, ya que algunos residentes afirmaron apoyarlo en temas económicos y de migración ilegal. La Vicepresidenta Kamala Harris ganó el barrio por abrumadora mayoría, pero por un margen menor que el del Presidente Joe Biden en 2020, y en algunos lugares, el total de votos de Trump fue más de 20 puntos porcentuales mayor en 2024 que en 2020.
Las tensiones en torno a la migración se intensificaron en todo el país en 2023 después de que el Gobernador de Texas, Greg Abbott, comenzara a enviar autobuses llenos de solicitantes de asilo de Centroamérica y Sudamérica a Chicago y otras ciudades, alegando que su propio estado estaba injustamente desbordado por la cantidad de personas que cruzaban la frontera. Chicago se vio inundada de personas que no tenían dónde quedarse, y algunas acamparon en las calles y colmaron los albergues y las instalaciones municipales.
El Gobierno de Biden otorgó protecciones temporales contra la deportación y permisos de trabajo a muchos de los recién llegados de Venezuela. Para algunos mexicoamericanos, especialmente aquellos con familiares o amigos que llevaban más tiempo en Chicago, la medida se consideró injusta, lo que generó resentimiento y división.
Aunque muchos de los campamentos ya han desaparecido, aún persisten algunos sentimientos amargos.
Mientras Ventura Álvarez, de 56 años, ayudaba a organizar la fiesta de quince años de su sobrina en el sótano de una iglesia católica, describió su frustración con Biden. Álvarez, mexicoamericano nacido y criado en Chicago, dijo ser demócrata y haber votado en contra de Trump en las últimas elecciones, pero señaló que Biden había generado gran parte de la tensión en el vecindario.
"Dejó entrar a todos los migrantes de Venezuela, y ahora todas estas redadas son el costo", dijo Álvarez, quien dijo que conduce un Uber y trabaja en la construcción.
"¿Y la gente que está aquí que vino de México? Nunca recibieron nada".
En entrevistas en los alrededores de Pilsen, otros residentes expresaron resignación y una creciente desconfianza en el proceso político del país y en los dos principales partidos políticos. Muchos dijeron que la Administración Trump parecía estar alardeando de medidas migratorias que consideraban prejuiciosas y crueles. Algunos recordaron con consternación las noticias sobre un operativo realizado meses atrás, a principios del segundo Gobierno de Trump, en el que se vio al presentador de televisión Phil McGraw, conocido como Dr. Phil, acompañando al zar fronterizo del presidente, Thomas Homan, en redadas en Chicago.
Algunos criticaron al Partido Demócrata por hacer grandes promesas a lo largo del tiempo para proporcionar formas más justas, rápidas y claras de ingresar legalmente a los Estados Unidos, sólo para dejar atrás un sistema enredado y resultados decepcionantes.
"Obama deportó a millones de personas; simplemente no lo vimos en televisión", dijo Isabel Hernández, de 50 años, una ciudadana naturalizada de México que creció en Pilsen.
Al salir de misa un domingo por la mañana, Rafael Vieyra, de 85 años y residente legal permanente, comentó que había presenciado la misma historia bajo el liderazgo de ambos partidos políticos. De joven, relató que se movía entre Pilsen y su estado natal, Guanajuato, antes de establecerse definitivamente en Chicago. Trabajó en los corrales de ganado, lavanderías, huertos familiares, bares y restaurantes de Chicago, y luego regresó a México cuando la retórica antimigrante aumentó y las redadas en los lugares de trabajo se volvieron comunes.
"Lo he visto todo", dijo.
"Este es el peor momento hasta ahora".