El presidente Donald Trump dijo el martes que los manifestantes que se reunieran durante el desfile militar que planeaba celebrar el sábado en Washington con motivo del 250 aniversario del ejército serían recibidos con “gran fuerza”, una advertencia sombría que no distinguía entre manifestaciones pacíficas y enfrentamientos violentos.

En declaraciones desde el Despacho Oval antes de partir hacia Carolina del Norte, donde tenía previsto participar en unos eventos en Fort Bragg relacionados con el aniversario, Trump se jactó del “día increíble” que había planeado antes de decir que se trataría con dureza a cualquier manifestante.

“A la gente que quiera protestar se la va a tratar con una enorme fuerza”, dijo Trump. “Y ni siquiera he oído hablar de una protesta, pero ya sabes, se trata de personas que odian a nuestro país, pero van a ser enfrentadas con gran fuerza”.

Los comentarios de Trump se hicieron después de que dedicara varios minutos a elogiar su despliegue de miles de efectivos de la Guardia Nacional y de la Infantería de Marina en respuesta a las protestas que estallaron durante el fin de semana en Los Ángeles contra las redadas federales migratorias.

Los episodios de disturbios han incluido autos quemados, trozos de hormigón lanzados contra los oficiales y robos en lugares como una tienda Apple. Los partidarios de las protestas en California, que se oponen a las medidas represivas de Trump en materia de migración, han dicho que las manifestaciones fueron en gran medida pacíficas, y que los episodios de violencia han sido amplificados por los aliados y el gobierno de Trump.

En sus declaraciones en el Despacho Oval, Trump citó algunas de esas imágenes violentas y dijo, sin ofrecer pruebas, que los manifestantes eran “insurrectos a sueldo”. Declaró que Los Ángeles había estado “sitiada hasta que llegamos allí”, aunque los funcionarios del estado —muchos de los cuales se han manifestado en contra de la violencia— dicen que al desplegar al ejército solo han exacerbado las tensiones.

Respecto al desfile del sábado, Trump no hizo distinción alguna entre el derecho a reunirse pacíficamente que garantiza la Primera Enmienda y la participación en actos violentos y vandálicos.

Ya se han planeado protestas en todo el país el día del desfile, que también es el cumpleaños 79 de Trump. Los grupos progresistas están organizando manifestaciones que denominan “Día Nacional de Desafío NO A LOS REYES ”, con la intención de quitarle el reflector a Trump y “rechazar la política corrupta y autoritaria de Estados Unidos”.

Los grupos decidieron no celebrar un acto en Washington y señalaron en un comunicado que Trump busca “una exhibición de dominio hecha para la televisión con motivo de su cumpleaños”. Y añadieron: “El verdadero poder no se escenifica en Washington, se manifiesta en cualquier otro lugar”.

Las declaraciones de Trump se inscriben en una pauta de décadas de expresar un apoyo casi irrestricto a las fuerzas del orden y un desprecio por los manifestantes.

En 2020, Trump preguntó a oficiales militares sobre la posibilidad de disparar contra los manifestantes durante el estallido social que surgió en algunas ciudades tras el asesinato de George Floyd, un hombre negro asesinado por un agente de policía blanco. Trump también se encontró con la resistencia de su propio secretario de Defensa de ese entonces, Mark T. Esper, por su deseo de enviar soldados en servicio activo a Washington.

En 1990, mucho antes de su carrera política, Trump también ofreció su opinión sobre cómo los soldados chinos deberían haber llevado a cabo más rápidamente la masacre de manifestantes que se habían reunido en la plaza de Tiananmén en un movimiento por la democracia dirigido por estudiantes.

“Cuando los estudiantes irrumpieron en la plaza de Tiananmén, el gobierno chino casi lo echa a perder”, declaró Trump a la revista Playboy, comparando esa respuesta favorablemente con la forma en que Mijaíl Gorbachov respondió a los disturbios en la Unión Soviética. “Entonces se ensañaron, fueron horribles, pero lo sofocaron con fuerza. Eso demuestra el poder de la fuerza. Ahora mismo nuestro país se percibe como débil”.

Pero Trump no ha condenado universalmente las protestas.

Cuando las manifestaciones violentas se han originado en la derecha o cuando han implicado a algunos de sus partidarios, ha restado importancia a la violencia o ha sugerido que los manifestantes eran víctimas. Trump ha sido criticado por su propia reacción tardía ante el ataque al Capitolio durante la certificación de las elecciones de 2020, el 6 de enero, por parte de una turba pro-Trump.

Los alborotadores del 6 de enero, a la mayoría de los cuales concedió clemencia en masa el primer día de su segundo mandato, estaban en el Capitolio para lo que él ha descrito repetidamente como un “día de amor”.