Ciudad de México.- Héctor (Omar Chaparro), un hombre con una discapacidad neurológica, y su pequeña hija, Alma, se enfrentarán a las peores adversidades cuando, condenado injustamente por un crimen que nunca cometió, será sometido a la peor experiencia de su vida, atrapado en un entorno hostil que no distingue la inocencia ni la fragilidad humana.

Bajo esa primicia llega a cines este jueves La Celda de los Milagros, una película dirigida por Ana Lorena Pérez, en la que Chaparro se deshace de la imagen de comediante para rozar las líneas del drama, en una historia que apuesta por la emoción, la empatía y la denuncia social.

"Como la gente me ubica en la comedia era doblemente riesgoso hacer un personaje que está en línea donde el riesgo es latente, donde puedes hacerlo muy bien o llevarte la película entre las patas. Una vez que decidí como hablaba, como se movía, el siguiente reto más complejo fue confiar, dejar afuera la voz del prejuicio", contó Chaparro, en entrevista.

El actor y comediante, de 51 años, se adentra en un hombre con la capacidad mental de un niño de cinco años, pero con las responsabilidades de un adulto, que a pesar de su sufrimiento, su bondad y dulzura conquistan los corazones de quienes lo rodean.

"Utilicé una técnica diferente, que era construir un personaje desde la observación de un niño de cinco años. Fue darme cuenta de ese superpoder de estar aquí y en el ahora, inmersos en el momento y disfrutándolo", agregó.

La película fue rodada en Colombia, entre Bogotá y los pueblos de Bojacá, Cajicá, Zipacón y Guasca, cuyas calles y paisajes se transformaron en el escenario perfecto para recrear un pueblo mexicano fronterizo, aportando identidad visual y realismo a la historia.

El elenco lo completan Gustavo Sánchez Parra, Marco Treviño y Arturo Ríos, entre otros.

"Algo muy hermoso de esta película es la inocencia de estos personajes, cómo se mantienen vivos. Como la luz se contagia, ojalá la gente que la vea reconecte con esa luz y con el perdón", remató.