El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Leopoldo Mares Delgado, advirtió que la iniciativa de la reforma para reducir la jornada laboral, que se espera se presente hoy, podría generar inflación al incrementar los costos operativos de las empresas y afectar el poder adquisitivo de los trabajadores.
El líder empresarial señaló que la iniciativa de reforma para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanas se escucha bien en el corto plazo, sin embargo, en el mediano y largo se advierten repercusiones económicas, pues el aumento en los costos de las empresas forzará a subir los precios de los productos y servicios y con esto, el salario va a perder poder adquisitivo.
Apuntó que las personas trabajarán menos tiempo y ganarán lo mismo y el incremento de la inflación impactará en sus bolsillos.
Por ello, señaló, durante las consultas realizadas, se insistió en que, para que la reforma funcione, debe estar ligada a la productividad y aplicarse con gradualidad.
Explicó que las empresas, particularmente las pequeñas y medianas, que representan el 80 por ciento del total en el país y suelen tener entre seis y ocho trabajadores, necesitarán uno o dos colaboradores adicionales para poder cubrir las horas de trabajo faltantes.
Dado que las ventas que realizan las empresas seguirán siendo las mismas, el aumento en los costos operativos es inevitable, lo que desencadenará la subida de precios y, consecuentemente, la inflación, reiteró.
El presidente de Canacintra, Armando Gutiérrez Cuevas, por su parte, señaló anteriormente que sin una estrategia de productividad y con las proyecciones de crecimiento del país a la baja, es el peor momento para presentar la iniciativa para reducir la jornada laboral.
El líder de los industriales de la transformación expuso que la reforma para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales debe promoverse en paralelo con una ley que incentive la productividad, la tecnificación, de manera que las empresas puedan deducir ciertas inversiones para ser más eficientes.
“Si se inicia una disminución gradual de la jornada laboral, tendría en paralelo que comenzar una política nacional de productividad que ayude a las pequeñas empresas a que sean más eficientes para producir más con menos y eso solo se puede por medio de la tecnología, lo que requiere incentivos para que las empresas se tecnifiquen”, dijo.
Apuntó que se asume que las empresas por sí mismas resolverán la situación, pero se requiere una política pública que estimule a las pequeñas empresas, de lo contrario, solo se encarecerá la mano de obra.