El 15 de septiembre del 2024 vivimos uno de los momentos más emotivos de la Cuarta Transformación, además de conmemorar nuestro tradicional Grito de Independencia, para nuestro movimiento se trató también de un evento donde además del fervor patrio, se nos estrujó el corazón al ver por última vez a nuestro presidente y compañero Andrés Manuel López Obrador, ahí en el Zócalo capitalino donde vivimos tantas batallas juntos, donde logramos todas y todos el cambio y donde gritamos a todo pulmón las consignas por justicia, de apoyo y de cariño colectivo, un momento que quedó inmortalizado en el cuadro oficial que dejó AMLO en Palacio Nacional.
Pero esa nostalgia cambió días después cuando vivimos otro momento histórico, la asunción de una mujer a la presidencia de la república, la doctora Claudia Sheinbaum emanada del movimiento de transformación y quien hoy encabeza el segundo piso de este gran proyecto, y es que a pocos días de que se cumpla un año de su gobierno, este fragmento de la historia se ha visto enmarcada por la distinguida forma de su gobierno y sus políticas, siendo la primera mujer en ejercer ese cargo tan importante, este pasado 15 de septiembre tocó otro momento memorable y lleno de significado.
Se vivía expectativa en los presentes pero también en millones de mexicanos que esperaban la transmisión del Grito de Independencia, y con las dudas y preguntas sobre las formas en que se realizaría, y sí, por el solo hecho de que sería una mujer quien lanzaría los “vivas” y quien daría las campanadas de la Libertad, y para ser sinceros el momento fue impresionante y pulcro, y sí, lleno de una aura de dignidad por la lucha histórica de las mujeres. Desde la derrotada oposición que optaron por aplaudir el lamentable y patético “grito” del moroso millonario de Salinas Pliego, en una transmisión patito que intentó llamar la atención en busca de hacerse de la candidatura de la oposición a fin de evitar pagar sus deudas al fisco, ellos salieron rabiosos a criticar y señalar detalles, colores, formas, fotografías del grito de nuestra presidenta, como niños berrinchudos que aún no soportan la realidad del nuevo México de la Cuarta Transformación. Fue muy llamativo el vestuario de la presidenta, los detalles de algunos colores e incluso una nueva banda presidencial que fue hecha por sastres militares mujeres, los bordados y los detalles hicieron lucir a Claudia Sheinbaum a la altura de México y de las mexicanas, el destacado color morado de su vestido que dentro de los muchos significados expone la lucha de las mujeres, porque me imagino las cosas que podrían pasar por la mente de millones de niñas que fueron testigos de ese grito, al ver a una mujer dando las campanadas y gritando “Viva México”, sin lugar a duda es otro México del que debemos estar orgullosos. Y es curioso también otras formalidades que la presidenta realizó desde un ámbito civil ante los mandos militares, cosa que se debió cumplir incluso en pasados gobiernos y que pasaron inadvertidos, pero hoy fueron cuestionados pero también respondidos, todo de acuerdo a lo establecido en la constitución, la presidenta cumplió a cabalidad con el protocolo oficial.Otro dato interesante fue el enorme cuadro de Leona Vicario que presenció la toma de bandera, no se diga a las heroínas que revivió en esos vivas, la omisión del apellido de Josefa Ortiz Téllez Girón y no “de Domínguez”, poniendo en claro la visión de libertad de las mujeres para con sus cónyuges, que simbólicamente es muy importante pero también históricamente, es tiempo de replantearnos muchas cosas.
México es muy orgulloso de nuestras tradiciones, de nuestro patriotismo y de nuestra historia y estamos viviendo y siendo protagonistas de cambio verdadero, desde el nacimiento como nación independiente y después de 215 años vivimos momentos estelares pero también de grandes retos y adversidades que nos obligan a mantenernos unidos y solidarios entre todos, para defender la soberanía de nuestro país.