El lunes 8 de este Mes de la Patria, leímos en El Diario, una nota del ‘Staff / Agencia Reforma en donde se informa que la ministran de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Loretta Ortiz se quejó del recorte a los salarios de esa dependencia del Poder Judicial de la Federación, por 100 mil pesos menos.
“Aunque dijo que la reducción de salarios y prestaciones fue una condición que aceptó al participar en el proceso de elección de integrantes del Poder Judicial por medio del voto popular […], dijo que deberían revisarse las prestaciones […] ‘Nos disminuyeron el salario, yo ganaba doscientos y pico y ahora gano 137 mil (pesos al mes)’. “En entrevista en Radiofórmula, expresó que fue una rebaja ‘muy, muy fuerte’, ¿Fue injusta?, se le preguntó […] Respondió, ‘Sí deberíamos estar por debajo [del salario] de la presidenta, pero atendiendo a otras cuestiones como son las prestaciones. “Citó que su secretaria particular gana 110 mil pesos, casi lo mismo que ella. ‘En cambio, su servidora, yo voy a ganar 137 mil pesos’. “Agregó que para el trabajo y responsabilidad que tienen los ministros, sí deberían tener más recursos”. En consonancia con la queja de la recién electa ministra de la SCJN, Loretta Ortiz, es menester recordar que los inmediatos anteriores ministros y ministras, que gozaban de sueldos mensuales promedio superiores a los 300 mil pesos; y fue tal su desfachatez, su voracidad, que una ministra se opuso a la propuesta de ganar menos que el presidente de la República, pues eran muchos los gastos que tenían que hacer para responder al mantenimiento de su casa habitación, de las colegiaturas de sus hijos, del seguro de gastos mayores, de la remodelación facial (Botox) y de otras partes del cuerpo, del pago de sirvientas, de… Lamentable y muy desafortunada la queja — ¿o lloriqueo?—, de la ministra Loretta Ortiz, no se diga en ese mismo sentido, del posicionamiento de los anteriores integrantes de la SCJN, que oportunamente ya están fuera formal y constitucionalmente; aunque de hecho, junto con sus ‘patrocinadores’ y secuaces, siguen conspirando tanto en el ámbito nacional como en el extranjero (especialmente en USA) contra el actual gobierno de la 4 T / 2º P. Se ignora que preparación de nivel superior tenga la secretaria particular de la citada ministra y cual sea su desempeño o funciones; pues — por ejemplo— en las salas y juzgados del Tribunal Superior de Justicia de Chihuahua, existen secretarios de acuerdos y secretarios proyectistas que apoyan a magistrados y jueces, según sea el caso. En tanto que en el Poder judicial de la Federación también se les llama a algunos de ellos secretarios de estudio y cuenta, que igualmente apoyan a ministros, magistrados y jueces. Es de suponer, entonces, que el trabajo y responsabilidad realizado por la susodicha secretaria particular, no es como el efectuado por las comunes y respetables secretarias (os) del servicio público-gubernamental o del sector privado. Por lo que resulta REPROBABLE LA MANIFESTACIÓN DE EGOÍSMO Y DESLEALTAD, mostrada por la ministra Loretta Ortiz al protestar por los 110 mil pesos que percibe “su” secretaria particular. ¡Vaya paradoja! Cuando en las diversas instituciones y/o dependencias de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial federal y de las entidades federativas, así como en los tres niveles de gobierno, debiera ser práctica cotidiana el respeto a nuestra Carta Magna; muestra ejemplar del valor y espíritu de solidaridad, sobresalientemente con quienes menos tienen y más lo necesitan; en los hechos, evidentemente, se comprueba todo lo contario. ¿Sabrá la ministra quejosa, que todavía hay millones de familias mexicanas en todo el territorio nacional que ya quisieran tener un ingreso seguro de cinco a diez mil pesos mensuales? A los otrora tristemente célebres integrantes de la SCJN y demás integrantes del Poder Judicial, les caló bastante el que se les informara sobre la reducción de sus salarios y esencialmente de la implementación y realización de la Reforma para constituir el NUEVO PODER JUDICIAL; pero, por ejemplo, no repararon ni fueron solidarios ante la gran injusticia cometida por los gobiernos neoliberales (prianistas) al desaparecer Luz y fuerza del Centro (Fox) y la Compañía Mexicana de Aviación (Calderón), entre otras, que dejó sin empleo a miles de trabajadores sindicalizados y de confianza. Por otra parte, no es de dudar que los “altos” funcionarios o ‘servidores’ públicos desde la presidencia de la República, gobernadores y gobernadoras, presidentes municipales; del Congreso de la Unión y de los congresos locales; del Poder Judicial federal y estatales; así como los líderes de los partidos políticos, de los sindicatos, etcétera, que perciben ‘jugosos’ y “envidiables sueldos —la mayoría arriba de los 100 mil pesos mensuales, promedio—, ignoren lo siguiente: Sólo por mencionar dos casos: Que millones de burócratas (secretarias…) y empleados de la iniciativa privada en promedio no ganan, neto, más de 10 mil pesos mensuales. Que más de un millón de docentes del nivel básico agremiados en el SNTE perciben en promedio 4 mil pesos quincenales. Mientras que, aquí en el estado, de acuerdo con los tabuladores salariales o manual de remuneraciones, por ejemplo: el gobernador (a) gana arriba de 100 mil pesos mensuales; el secretario general de gobierno 80 mil.- Magistrado (a) presidente percibe de sueldo mensual bruto 46, 240 pesos y de compensación mensual neta 141,785 pesos.- Diputado local, sueldo mensual 33,826 pesos, más compensaciones. En relación al resto de los trabajadores del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial del Estado, debe considerarse que además de sus salarios muy bajos, se le aplican quincenalmente descuentos por concepto de: impuesto del período, donativos, estacionamiento, servicio médico, uniformes, fondo propio cuenta individual, retardos, faltas, reemplazo de tarjetas de acceso a estacionamientos y/o edificios institucionales. Aunado a que las compensaciones mensuales se otorgan en la mayoría de los casos con base a COMPADRAZGOS, a relaciones “sentimentales”, a la mili6tancia político-partidista…, y no a la “meritocracia” o eficiente y buen desempeño. En el caso de las mujeres que “sacan el trabajo” y les corrigen la plana hasta en la ortografía a sus “jefes” inmediatos, son sometidas al acoso laboral y sexual, al “MOBBING o acoso moral u hostigamiento psicológico, asedio o intimidación que sufre una persona por parte del jefe y/o patrón, o por acción de algunos compañeros de trabajo”.