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Desatada la galopada por la sucesión gubernamental de Chihuahua, azules y morenos se arrogan el futuro de los chihuahuenses.
Para estas fechas, pero de 2027, Maru Campos estará por dar su último grito de Independencia, y quien será su sucesor o sucesora preparándose para relevarla en el gobierno.
Parece mucho o parece poco, lo cierto es que son poco más de 650 días para pensar y repensar muy detenidamente a quién vamos a confiarle las riendas de nuestros destinos por seis años.
En ese propósito se encuentran muy avanzados los alcaldes de Chihuahua capital, de Ciudad Juárez, una joven senadora fronteriza, la titular de los programas federales y, posiblemente, cocinándose una apuesta arriesgada, de los poderes fácticos.
Tal y como sucedió con la elección presidencial de 2024, las precampañas anticipadísimas y sin control del árbitro electoral marcan la agenda política, porque el botín es muy cuantioso, unos 750 mil millones de pesos de 2027 al 2033.
En su primer informe de su segundo mandato como alcalde de la capital de estado, Marco Bonilla Mendoza confirmó que va por Chihuahua.
El joven edil representa la carta más sólida para abanderar la causa del PAN en una de las cuatro entidades que aún conservan en el país.
El trabajo realizado por Bonilla Mendoza al frente de la segunda comuna más populosa del estado y sede de los tres poderes es reconocido por los electores que le han respondido en las urnas sobradamente, por el sector empresarial y por la dirigencia nacional de Acción Nacional.
La tarjeta de presentación de Marco Bonilla pesa por buenos resultados en obra pública, transparencia, desarrollo social, seguridad, educación y salud.
Cierto, hay pendientes que resolver muy sentidos entre la población, tales como la movilidad urbana y medio ambiente, pero esos rubros afectan igual o peor en la península de Yucatán donde arrancaron 7 millones de árboles para construir el Tren Maya, o la CDMX que siempre está en alerta por la contaminación.
El tráfico vial se ha desbordado en la heroica capital del estado, donde más de 700 mil automotores circulan casi a diario, en una ciudad con 260 mil viviendas, en contraste con Ciudad Juárez donde a diario 800 mil vehículos saturan las calles y avenidas, con más de 450 mil hogares.
Los atascos no son exclusivos de los centros poblacionales más grandes de Chihuahua, ya que el caos vial en urbes como la CDMX, Monterrey, Guadalajara, Puebla, Querétaro, por citar algunas, afectan radicalmente la calidad de vida de sus habitantes y no se visualiza una solución al corto o mediano plazo.
El grave problema de movilidad urbana y contaminación ambiental están íntimamente ligados, y tienen origen en el brutal decreto presidencial que permitió el ingreso de más de 2.5 millones de automóviles al país en los seis años anteriores.
Pero también la casi nula presencia de autoridades responsables para sancionar a empresas públicas y privadas contaminantes y la corrupción del Poder Judicial que retrasa deliberadamente las resoluciones de los amparos relacionados con la construcción del relleno sanitario, en el caso de Chihuahua capital, han contribuido a la degradación ambiental en la ciudad.
Le verdad sería un error monumental que, por razones de envidia, celos políticos o traiciones, Marco Bonilla Mendoza fuera sacrificado en el PAN, para competir en una elección donde el partido se juega la vida y su historia.
Por su parte, el alcalde fronterizo, Cruz Pérez Cuéllar, cuya trayectoria política comienza en el PAN, partido al que dirigió en dos ocasiones, fue diputado federal dos veces y diputado local, con el impulso de Francisco Barrio y Javier Corral Jurado, en su momento.
Pérez Cuéllar ha sido senador y alcalde por segunda con refrendo de la fronteriza Ciudad Juárez, bajo las siglas de Morena. Además de lidiar con el desafío de ser una de las ciudades más violentas de México, las desigualdades preexistentes de una urbe de esas proporciones lo han puesto a prueba y curtido en la administración pública.
De los políticos actuales, es el que más veces a recorrido el estado. Lo hizo como dirigente del PAN, como candidato de Movimiento Ciudadano al gobierno del estado y como candidato a senador. El respaldo del edil fronterizo se extiende más allá de los límites de la ciudad que gobierna.
En 2021 fue bateado por la dirigencia de Morena, al imponer como candidato a gobernador a Juan Carlos Loera. Aquel perdió y Cruz arrasó en la alcaldía.
Cerrarle el paso por segunda ocasión a Pérez Cuéllar para competir por Morena a la gubernatura llevaría sin duda a un quiebre fatal al partido oficialista, ya que el PT y el PVEM, así como una fuerte corriente de lo que queda del PRI, no dudarán en impulsarlo.
La joven y polémica senadora juarense, Andrea Chávez, pese al multimillonario derroche de recursos para mantener una precampaña desde hace más de dos años, le pesa inmisericordemente el padrinazgo de su mentor, Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, y señalado por haber sostenido como secretario de seguridad pública de Tabasco al mortífero líder criminal de la “barredora”.
Aún y con su alocada y estridente precampaña difícilmente será candidata al gobierno de Chihuahua, pero no descarta -amenaza- con ser la abanderada a la alcaldía de Juárez, como premio de consolación.
Mayra Chávez, la otra aspirante morenista a la candidatura por el gobierno de Chihuahua, sólo la entrega personal de dinero público catalogados como programas sociales (becas, pensiones y otros) a cientos de miles de beneficiados, es lo que la hace competitiva, porque, honestamente, su cuna priista y ser expupila de César Duarte le significan enorme y negativa carga.
Hoy por hoy, un panista y un expanista marchan a la cabeza para suceder a Maru Campos. Andrea Chávez es la única con militancia guinda, y Mayra, Mayra pudiese dar la sorpresa, pero gobernaría a través de ella Ariadna Montiel.
Ya saben a qué le tiran los chihuahuenses.
Es cuanto.