-Otra historia de terror de una cirugía estética
-Pesa PRI en el gobierno, no en lo electoral -Avanza Bonilla con el 50/50 en pavimentaciónUn Corvette de color rojo, con una pickup Chevrolet blanca de escolta atrás, apareció ayer en sentido contrario por la calle Riva Palacio, para tomar la avenida Universidad rumbo a la glorieta de la División del Norte, por donde luego entró al viejo barrio de San Felipe.
El automotor sorprendió a dos o tres automovilistas al circular un tramo de forma irregular y bastante peligrosa por la calle de Santo Niño y luego tomar la columna vertebral de la capital, tanto por el lujo del vehículo como por la maniobra del escolta conductor para poder permanecer detrás del mismo, con el uso de los flashes de emergencia y el claxon de “pato” tipo sirena de patrulla. El video que mostramos en versión digital de GPS da cuenta de una pequeña parte del recorrido del conductor irresponsable, poco prudente o ignorante de las normas de tránsito. Posiblemente para él sea normal andar en un auto de alta gama con vigilancia detrás, pero no para el común de los conductores, que siguieron atentos durante algunos segundos el trayecto del auto conducido con tan poco cuidado por una avenida muy transitada a cualquier hora. ¿Quién será el del Corvette escoltado que ni por andar sobre una pila de miles y miles de pesos tiene precaución con los semáforos y el sentido de las calles? Quien sea, no le harían mal unas clases sobre las normas de vialidad, tanto para evitarle un accidente a los demás conductores como para prevenir un infarto a los escoltas que deben perseguirlo en sus maniobras. ¿Será alguien muy influyente? Debe serlo pero ya indagaremos de quién se trata. Siempre las placas confiesan todo.***
Otra historia de terror del descontrolado mercado de las cirugías estéticas es la sufrida por la paciente identificada como Marcela N., atribuida al médico, Saúl Laurencio Delgado Gardea.
La sentencia contra el doctor, certificado por el Colegio Estatal y el Consejo Nacional de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, dictada por la justicia estatal, lo considera responsable de una serie de negligencias médicas. Iniciaron las irregularidades con el retiro no informado de las glándulas mamarias de la mujer, un procedimiento generalmente reservado a pacientes con antecedentes oncológicos, pero este no era el caso. Los procedimientos padecidos por la paciente derivaron en consecuencias difíciles de reparar, por fortuna no en la muerte de la mujer, como ha sido en otras ocasiones de intervenciones estéticas realizadas sin los cuidados necesarios en clínicas improvisadas, desprovistas de lo elemental. Ahora, una cuantiosa sentencia judicial por la vía civil puede servir para marcar un precedente a favor de la salud pública, especialmente de las mujeres que recurren a este tipo de intervenciones, y para regular de mejor manera la práctica médica, que no puede quedar supeditada al lucro excesivo, como suele ocurrir.***
Con cerca de un medio centenar de priistas repartidos en el gabinete estatal y los equipos municipales de varios ayuntamientos; con el control de decenas de las posiciones del Poder Judicial y amplia presencia en el Congreso del Estado a pesar de tener una minibancada, al PRI parece no importarle mucho la ruptura con el PAN en cuanto a una alianza electoral, mientras no pierda su peso en el ejercicio del gobierno.
Porque esa realidad es la que vive el Revolucionario Institucional desde que forzó a una coalición de gobierno con la declinación de Graciela “Chela” Ortiz como candidata a gobernadora: su poco peso electoral terminó siendo un mayor peso en el poder público. No bastaron a Graciela las 20 millones de gracias recibidas. De su súper mayoría aplastante en el Legislativo, el tricolor quedó reducido a una fracción minúscula de cuatro legisladores: Roberto Medina, Luis Fernando Chacón, José Luis Villalobos y Guillermo Ramírez, éste último presidente del Congreso en la legislatura actual por generosa concesión panista. En las diputaciones federales, gracias a la alianza con el PAN, sólo dos panistas alcanzaron a colarse, “Manque” Granados y Carmen Rocío González, las únicas del albiazul en San Lázaro; mientras que el PRI pudo colocar a Noel Chávez, Alejandro Domínguez y Tony Meléndez, más la reina de la sobrevivencia pluri, la propia afortunada “Chela” Ortiz; de esta forma, Acción Nacional quedó reducido, pero “ganó” en cuatro de los nueve distritos federales. Hay que sumarle a la ecuación a una decena de magistrados penales, civiles y familiares y otros tantos jueces de primera instancia que llegaron en los acordeones “panistas” de la reforma judicial, aunque en realidad eran perfiles consensuados tanto en el PAN como el PRI... o al menos en el ala tricolor que por años ha tenido presencia dominante en la judicatura. Y, por supuesto, no pueden dejarse fuera los 20 ó 30 priistas que forman parte del gabinete estatal, entre secretarios, subsecretarios, directores, rectores y otros mandos de segundo o tercer nivel, que forman parte de la nómina estatal incluso a pesar de los malestares panistas desatados. Todo ese gran paquete ha sido a expensas de una aportación electoral que en algunas regiones apenas alcanza un dígito en el conteo de votos, el mayor desplome en sufragios que ha sufrido el tricolor en su historia. Pero qué importan los votos si así los priistas han logrado colocarse en el gobierno. Por eso, al parecer la ruptura con el PRI decretada en el relanzamiento del PAN del fin de semana parece apuntar a ser una cosa, mientras el ejercicio del poder de facto será otra. Si la alianza no resistirá el próximo acuerdo electoral del PRIAN en Chihuahua, ¿hasta cuándo durará la coalición de facto con la que los panistas no parecen estar muy conformes?***
Quien sigue caminando las calles de la capital es el alcalde Marco Bonilla. Esta vez no fue por supervisión de alumbrado público o seguridad, sino por la pavimentación con concreto hidráulico de otra calle más bajo el esquema de coparticipación ciudadana, ese donde el dueño de la vivienda o negocio pone la mitad y el Municipio la otra parte.
Tanto al norte como al sur, la pavimentación avanza y bajo este esquema de mitad y mitad, en el último mes han concluido siete calles. En una semana lograron la calle Encino e Industrias en la colonia Nombre de Dios, donde los vecinos llegaron al porcentaje mínimo para arrancar la obra y el Consejo de Urbanización Municipal empezó a trabajar. En el programa 50/50 en este mes se pavimentaron las calles Ignacio Manuel Altamirano, Alfredo Zuany, Tercera, Jóvenes Vanguardias, Novena, Ángel y Cubelita. También está el otro esquema que funciona por medio del Presupuesto Participativo, en el cual son presentados los proyectos ciudadanos, sometidos a votación popular, y los elegidos no pagan un solo peso.