- ¿De dónde saca usted tantos chistes pelados para su columna? “Los buenos me los mandan los lectores, los malos los invento yo, dijo picarescamente.
Escribir es un acto de amor. Estas palabras que dijo nuestro colaborador Catón se me quedaron grabadas. Tal vez porque, como periodista y escritor, lo he sentido. Especialmente cuando me entrego apasionadamente a escribir sobre un tema social de interés comunitario, y que logra estimular mis emociones. Quien haya escrito suficiente de política, historia, cultura, y justicia social lo entenderá. No todos los días se convive de con un gran pensador y escritor mexicano de la talla de Don Armando Fuentes Aguirre, ‘el columnista más leído de México’, que publica su sabia columna en más de cien periódicos. Tuve la fortuna de ser invitado para su visita a El Diario, en donde nuestro también legendario director y dueño, Osvaldo Rodríguez Borunda, junto con otros directivos del periódico y un servidor, intercambiamos anécdotas, e interesantes experiencias con él durante su visita a Ciudad Juárez para presentar su libro: México en mí. Como colegas, Don Armando me motivó con sus palabras y presencia a seguir escribiendo desde mi usual perspectiva crítica/pedagógica. “Son dos muy bonitas palabras, pedagogía y crítica”; me comentó cuando lo recogí en su hotel, y platicamos rumbo a las instalaciones del periódico. Catón (su conocido pseudónimo) se refería a la habilidad de utilizar a los medios escritos como una herramienta pedagógica, algo que a veces intento. En mis adentros pensé en todas aquellas veces que escribí sobre un problema social con la intención, sí, de destacar una injusticia e informar; pero también con la doble intención de educar y concientizar, especialmente a las clases privilegiadas dominantes; quienes, junto a los intelectuales, y las personas de alto nivel de educativo; son por lo general los que leen este tipo de columnas; que a veces, cuando son bien intencionadas, se alejan de los partidismos políticos, e inclusive proponen posibles soluciones. Además, pueden promover el diálogo y la agenda pública, cosas no de menor importancia. Ya en la mesa directiva donde se platicó, en una oportunidad le pregunté: ¿De dónde saca usted tantos chistes pelados para su columna? “Los buenos me los mandan los lectores, los malos los invento yo, dijo picarescamente. Prosiguió a contarnos como en su ciudad, hace tiempo, un grupo de indignados intentó censurar los chistes adultos de su columna; y al entrevistarse con el obispo de su pueblo para que los apoyara, este les dijo que sería una hipocresía de su parte, ya que lo primero que hacía en la mañana era leerla. Si tuviera que ser encasillado en alguna ideología, ¿en cuál sería? Le hice otra pregunta en beneficio de sus lectores. “Liberal; pero más allá de una ideología, hay que ser buenas personas”, reflexionó. Seguiremos pues riéndonos, leyendo, y aprendiendo de esta alma de 87 años que nos inspira a seguir intentando teclear pensamientos útiles para que usted nos lea, y que él sabiamente incluye entre sus chistes. Amor por los pobres, excesos, hipocresía y polarización Hablando de amor, el Papa León XIV criticó a la élite adinerada que dijo vive en una ‘burbuja muy confortable y lujosa” el pasado jueves, y exhortó -en un documento de 100 páginas en el que citó la historia del cristianismo- a no olvidar que la iglesia y sus fieles siempre deben preocuparse por los pobres, por los encarcelados, y por acoger a los extranjeros. El Papa concluyó que esta “opción preferencial por los pobres” de la iglesia católica ha existido desde el principio. Mientras tanto en nuestro país, el partido dominante de izquierda sigue utilizando su propio discurso de apoyo a los pobres para conseguir dominar y afianzarse en el poder -aunque algunos de sus líderes no han practicado los lineamientos de austeridad que ellos mismos predican, demostrando su doble discurso e hipocresía, y dando un pésimo ejemplo. Por otro lado, en los Estados Unidos, los nacionalistas cristianos de ultraderecha que dominan la política republicana actual, tienen una agenda ideológica contraria: criminalizar a los inmigrantes, deportarlos, y encarcelar a las personas sin hogar que estorban en las ciudades. Finalmente, las dos posiciones son extremas de cierta manera. En cuanto al amor a los pobres, concordamos sobre la importancia y la concientización que las personas de buena fe debemos darle a los problemas que generan las injusticias económicas, las estructuras capitalistas rapaces, la corrupción, la inseguridad, la falta de oportunidad, el robo y la explotación laboral de los abusones, y los excesos materialistas de nuestra sociedad occidental. Pero pienso que la clase política debe gobernar para todos, y no priorizar un solo sector en su discurso público con la doble intención de obtener más y más poder a costa de nuestra democracia, y de nuestras libertades constitucionales. Por otro lado, la ultraderecha de Estados Unidos sigue amenazando con juzgar y encarcelar a sus oponentes políticos, militarizando al país, y dividiéndolo aún más, justificando políticas de odio. No me explico yo como se puede considerar a un personaje como el presidente anglosajón para recibir un premio nobel de paz, piénselo usted, después del escándalo que protagonizó cuando visito la ONU, y cuando sigue utilizado un lenguaje que divide y ataca a todos los que piensan diferente, o le estorban a sus intereses. Por cosas del destino no se lo otorgaron, aunque sus fans le dan el crédito por el recién alto al fuego en Gaza. Al final, ambos gobiernos tienen intereses particulares a largo plazo, primero a favor de los integrantes de sus organizaciones, a los que sobreprotegen, inclusive a costa de debilitar la democracia, y promover al autoritarismo. Años atrás ya advertíamos de lo que actualmente sucede. No es que seamos profetas, sino que leemos y analizamos mucha información diariamente. Ahora, con cautela, predecimos que las diferencias de ideales tienden a empeorar las fricciones internas de los dos países antes que a mejorarlas. Lo vemos en naciones como Brasil, en donde un gabinete presidencial metió a la cárcel al otro y viceversa, en periodos de tiempo relativamente cortos. O en Perú, en donde la inestabilidad política impera. Esperemos que esos aires no lleguen pronto a México, que a pesar de todo, ha resistido embates de todas direcciones, gracias a la inteligencia diplomática de la presidenta, hasta el momento. Aquí en la frontera, las diferencias en Washington ya están afectando la rapidez de intercambio de mercancías y personas entre nuestra frontera; con las largas filas de los puentes en horas pico. Obviamente, hay menos personal de aduanas disponible de aquel lado, por lo que se espera que, si el gobierno estadounidense sigue en parón indefinido, los retrasos sean cada vez mayores. Esto afecta, claro, las economías fronterizas. Los problemas se pudieran trasladar a los aeropuertos y puertos marítimos, ocasionando retrasos, y quién sabe a qué otras industrias más, si las cosas empeoran.Engomado, baches y calles
La idea del engomado ecológico no es mala, bastante humo atroz respiramos los juarenses. Lo que apesta en su aplicación. Por un precio un poco mayor, es sencillo evitar pasar el examen de emisiones, según comprobé. Las líneas para cumplir el requisito son excesivas, y vialidad obviamente se va a la yugular de los usuarios que atrapa. Entonces, en la práctica sigue habiendo problemas, pero tampoco todo se tiene que politizar, como lo hizo la facción de Morena en el congreso estatal. Es bueno que el municipio avance en su campaña para tapar baches, y mejorar calles por Senecú, bonita zona, pero el otro día me di una vuelta por el Camino Real, subiendo por la calle Aztecas, y que mal está el camino de para subirse a la vía rápida. Baches, vueltas mal planeadas que nadie utiliza, falta de pavimento y señalamientos. ¿Hasta cuándo voltearán hacia esa zona para arreglarla?Jerry79912@yahoo.com