-El “arreglito” Acosta-Ramírez por balazos de Parral
-Hasta Batman envidió informe entre murciélagosA dos cuadras de la Fiscalía Zona Centro de la calle 27 y Canal del Chuvíscar, en un negocio de polarizado, fue captada una patrulla clonada del Ejército. O al menos es lo que parece por el color verde y la estructura metálica negra de la parte posterior, por increíble que parezca.
La evidencia fotográfica, visible en la edición digital de GPS, muestra claramente que la unidad, una Dodge Ram ni tan nueva ni tan vieja, tenía otro color original, que puede apreciarse en la parte interna del marco de las puertas, señal del sospechoso repintado exterior. En el vehículo doble cabina alcanza a notarse una placa vehicular delantera normal, pero los automotores militares no llevan los metales. En vez de eso, están marcados con una matrícula en color blanco a los costados, con siete números que identifican el arma, servicio y unidad, así como la leyenda Ejército Mexicano. Esos elementos, más los rines “placosos” muy diferentes a los austeros de las patrullas originales, hacen ver altamente sospechoso el vehículo. Más si es a unos pasos de la Fiscalía donde le hacen cierto detallado sin miedo al qué dirán. Habrá que ver si los agentes de la Policía Ministerial tienen bien abiertos los ojos alrededor de su base y si la Comandancia de la Quinta Zona Militar, a donde acaba de llegar el general Felipe González Moreno, tiene registro de la piratería de unidades en la plaza, de la que hemos tenido noticias de los lugares más apartados del estado, pero no de la capital. Hoy checaremos la información a detalle.***
Si el espectáculo parralense de balazos que dieron Fernando “El Chapito” Ramírez, Eloy Soto Payán y los abogados Enrique Muñoz y Héctor Villasana la semana pasada, no fuera suficientemente bochornoso, el asunto ahora alcanza al magistrado, Gerardo Acosta Barrera, y al diputado presidente del Congreso, Guillermo Ramírez.
El juzgador -en lamentable papel de magistrado presidente de facto del Tribunal Superior de Justicia del Estado, tras la abdicación también factual de Marcela Herrera- ha salido a relucir como la mano detrás del proceso penal iniciado contra el empistolado hermano del legislador. El juez penal de Parral, Elmer Lerma Fontes -sin mencionar directamente a Acosta, pero sin dejar tampoco dudas de que a él se refería- denunció en audiencia del pasado martes que había sido presionado para darle un trato diferenciado al de otro imputado a Ramírez, acusado de lesiones dolosas y tentativa de homicidio. El magistrado tal vez quería cargarle la mano, pero no mucho, al “Chapito” de la pistolita calibre .22, en tanto que su hermano diputado buscaba su liberación por el solo poder de su apellido, después de aquel teatrito de la funeraria, tal vez con la reclasificación a lesiones imprudenciales contra los primos abogados, ya que no atinarle a Soto Payán. “No se me hace correcto (...) soy una persona que tiene 20 años trabajando en el Poder Judicial y es la primera ocasión que me pasa esto, y va a ser la última, porque no voy a permitir ese tipo de cosas y no me importa perder mi trabajo y lo digo en audio y video, no me importa, prefiero perder mi trabajo a estar haciendo ese tipo de cosas”, dijo Lerma Fontes en una cátedra de lo que debe ser, y no es, la justicia estatal. Todo un doctorado de esa cosa llamada ética que muchos en esa institución no saben con qué se come. A esa exhibición pública llegó el berrinche del violento adolescente de 40 y pico de años, protagonizado por el tipo de la pistolita. Tras el pronunciamiento, el juez dejó al acusado en prisión preventiva, pero limitó a un mes el plazo para el cierre de la investigación. El caso pone en evidencia el extremadamente bajo nivel político del magistrado que presume llevar las riendas del TSJE y del diputado priista que encabeza la Mesa Directiva del Congreso.***
Por cierto, hay algo más turbio que esconde el caso de los balazos de Fernando Ramírez durante el funeral de Luis Carlos “Coco” Baca Herrera, el lunes de la semana pasada.
Resulta que el magistrado Acosta y el diputado Ramírez arrastran pleitos de dinero desde el año pasado, de acuerdo con algunas versiones de quienes conocen la colusión de intereses en el aparato de justicia, de esos que son de a millón de pesos por año de cárcel. Tal vez el caso del hermano del legislador también fue visto por el juzgador con el signo de pesos y, dado el bajísimo nivel de ambos, se pusieron a pelear a ver quién traficaba más influencias, hasta el punto de un arreglito para librar de la justicia al angelito empistolado. Así la versión local de la histórica y transformadora reforma judicial, cuyo espíritu representa mucho mejor un juez de primera instancia que los responsables de dirigir de manera correcta las leyes y la justicia.***
En un gesto cargado de significado, el rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Luis Rivera Campos, eligió las imponentes Cavernas de Santa Eulalia como el auditorio para rendir su informe del tercer año de gestión. Lejos de los salones de cristal y las sillas cómodas de la burocracia académica, el mensaje fue claro: la universidad debe salir de sus muros para conectar con la realidad y sus urgencias; aunque bostezara el secretario general, Ignacio “Nachito” Rodríguez, pero el cambio así es.
Frente a los pronósticos de los agoreros del desastre, aquellos que solo vislumbran crisis donde hay esfuerzo, el rector presentó un balance que, en sus propias palabras, fue “austero pero muy productivo”. La austeridad, tan necesaria en los tiempos que corren, no debe confundirse con escasez de logros. Al contrario, el informe detalló avances sustanciales en cuatro ejes fundamentales: El crecimiento de la matrícula, el servicio a la comunidad, el aumento de la planta de maestros investigadores y, de manera destacada, la internacionalización a través de programas de doble grado. Este último punto es crucial. La titulación con doble grado no es un adorno en el currículum; es una pasarela directa para que los jóvenes se proyecten en un mundo globalizado con herramientas competitivas. Es una de las inversiones más sólidas en el futuro. Pero si los ejes académicos son el cimiento, la elección del escenario fue el alma del mensaje. La verdad. Al presentar su informe ante la majestuosidad de las cavernas y la colonia de millones de murciélagos, Rivera hizo una declaración de principios silenciosa pero elocuente. Fue un acto de congruencia. No se puede hablar de compromiso con el medio ambiente desde un escritorio; hay que bajar a la tierra, o en este caso, adentrarse en las cañadas. Este simbolismo trasciende la anécdota. Le está diciendo a la comunidad universitaria y a la sociedad en general que la UACH no es una isla. Su preocupación por la academia y la investigación está indisolublemente ligada a un compromiso de campo con la preservación del ecosistema. Los murciélagos, tan incomprendidos como vitales para el equilibrio ecológico, se convirtieron en los testigos inadvertidos de un nuevo rumbo y de aquellos que llegaron tarde. La desgracia es que no hubo vino de honor...aunque varios iban ya servidos desde la comida.