Estimada presidenta:

Llega a Chihuahua con la certeza de que ocho de cada diez mexicanos respaldan su gobierno. Su estilo personal de gobernar —sencillo, humilde, honesto a toda prueba— y su fuerte vínculo con las necesidades del pueblo mexicano, le han otorgado una admiración moral y política que enaltece la investidura presidencial que ostenta. El respeto con el que la reciben los chihuahuenses equivale al cariño que usted demuestra, en sus acciones, hacia todos los mexicanos.

¡Chihuahua la recibe con todo el apoyo a su investidura presidencial!

En ese contexto, en la lucha por el poder entre el PRIAN y Morena, el primero continúa operando el mismo modelo de propaganda de guerras sucias, difundida desde granjas de bots asentadas en otros países, con millones de mentiras y mensajes de odio político. Esa misma estrategia fue aplicada para intentar —sin lograrlo, al contrario— descarrilar a la Cuarta Transformación que AMLO impulsó incansablemente. Y ahora, sin modificarla ni un ápice, redirigen esa estrategia contra Claudia Sheinbaum, quien continúa, de manera imperturbable e impecable, con la obra transformadora del país iniciada por su antecesor.

Y es evidente que esa forma de comunicación política ha fracasado, por la sencilla razón de que la condición sine qua non para que los receptores de esos mensajes sean persuadidos, es que exista una relación real entre el mensaje y la verdad de los hechos que se refieren. Si no existe coherencia entre el contenido propagandístico y la realidad, entonces el objetivo del persuasor no se alcanza. En palabras simples: fracasa. Y entonces, el mensaje se convierte en un “boomerang” contra los emisores de esas fake news.

Un ejemplo: si el PRIAN afirma que “la presidenta de México es narca”, pero los mexicanos, al contrastar esa afirmación con la realidad, descubren que el mensaje es notoriamente falso a la luz de los hechos y de la personalidad de la Presidenta, entonces el persuasor no logrará su objetivo. Esa mentira se convierte en un “boomerang” contra el emisor: el PRIAN.

Y ese ha sido el pésimo resultado para el PRIAN de sus guerras sucias contra López Obrador y Claudia Sheinbaum. El pueblo está hoy muy politizado y activo en la “cosa pública”, y decodifica fácilmente la propaganda sucia. Advierte que el PRIAN no quiere asumir la función de “oposición leal” en este proceso de transformación nacional; por eso, el pueblo lo sigue dejando de lado y debilitando como adversario. Esto se refleja claramente en la tendencia de las encuestas: el PRIAN está cada día más débil. Más del 83% del pueblo apoya la gestión de la Presidenta de México.

En cuanto a la actividad de Trump, hay muchos sucesos que señalar. Respecto a los aranceles que impuso al mundo, generaron tanta inflación y daño al pueblo norteamericano, que este sigue rebelándose con miles de mítines y manifestaciones, un día sí y otro también. Esto ha obligado a Trump a retroceder “nomás poquito” en su destructiva política. Sobre los aranceles del 145% contra China, luego del desastre económico causado a nivel global, se vio obligado a reducirlos al 10%. Su derrota ante la gigantesca economía china pasará a la historia como expresión de la caída de Estados Unidos como potencia mundial.

Su personalidad profundamente autoritaria sigue atacando a universidades, estudiantes, adultos mayores, jueces y juezas de la Corte, migrantes, turistas, periodistas; aplastando la libertad de expresión y de opinión contra todos sus adversarios, etc.

Además, continúa incurriendo en notorias acciones de corrupción y delitos de todo tipo. Por ejemplo: un jeque qatarí le regaló —a él como persona— un avión con valor de 400 millones de dólares y con interiores de oro, diciendo que “sería un estúpido si no aceptaba el regalo”. Actualmente están adecuándolo en Texas, con recursos del erario público, para utilizarlo como “avión presidencial” durante los próximos tres años. Al terminar su gobierno, el avión pasará automáticamente a ser de su propiedad personal.

También ha comenzado la construcción de su campo de golf en Dubái, así como de una “súper torre” de departamentos y hoteles de lujo en esa ciudad árabe. Su socio, Elon Musk, obtuvo contratos por billones de dólares para su industria aeroespacial. La empresa World Liberty Financial, propiedad en un 60% de los hijos de Trump —y en la que él también tiene participación—, obtuvo 2 mil millones de dólares por la compra que realizaron inversores saudíes de la “criptotrump”, aplicada en inversiones públicas y privadas del gobierno estadounidense. Y, para saciar un poco más su adicción al oro, le obsequiaron costosísimos collares de oro puro.

Trump continúa usando todo el poder de la investidura presidencial para hacer negocios personales. El pueblo ha reaccionado en las calles, pero hasta hoy todo ha sido infructuoso para someterlo a la ley. Ni los demócratas en el Congreso, ni la CIA, ni las instituciones que alguna vez velaron por la honestidad y la democracia estadounidense, han reaccionado para desaforarlo y llevarlo a juicio. Estados Unidos vive una dictadura en todos los términos del concepto. Los derechos humanos más elementales están siendo aplastados por Donald Trump y la oligarquía que gobierna.

Por fortuna, México está muy alejado de tales expresiones dictatoriales.