La gravísima situación bélico intervencionista a la que está sometida la población de Palestina, específicamente los habitantes de la Franja de Gaza; así como las amenazas permanentes por parte del imperialismo capitalista en voz del Presidente de los EE. UU., Donald Trump, hacia Latinoamérica y el Caribe, concretamente —hoy por hoy—, contra Cuba, Venezuela, Colombia, Nicaragua, México, Brasil,… nos lleva a pensar y hacer conciencia del VALOR INSOSLAYABLE DE LA SOLIDARIDAD, el cual debe ser inseparable del quehacer de la izquierda y de su VOCACIÓN INTERNACIONALISTA.

Durante décadas, la izquierda latinoamericana y caribeña ha dado muestras de una gran sensibilidad solidaria con proyectos revolucionarios y progresistas sometidos a la injerencia agresiva de Estados Unidos. Por lo que hoy resulta imperdonable que la IZQUIERDA AUTÉNTICA viva de espaldas a los movimientos reivindicativos populares, no importa cuáles formas y procedimientos apliquen.

Un caso excepcional, es el de la REVOLUCIÓN CUBANA que, precisamente este 26 de Julio, conmemoró su 72 Aniversario. Y aceptando que persisten opiniones contradictorias sobre sus aciertos y desaciertos; la verdad es que no se puede ser real e integralmente de izquierda, si no se enfrenta radicalmente el grave problema del BLOQUEO CAPITALISTA-IMPERIALISTA contra la ISLA del gallardo libertador, educador y poeta: JOSÉ MARTÍ.

Y, sobre todo, si no se acepta y defiende el derecho del PUEBLO CUBANO a decidir su propio presente y futuro que, paralelamente conlleve la defensa de los valores de ese proceso emancipador; considerado además como proceso de orientación socialista, en tanto REVOLUCIÓN POPULAR y en tanto lucha avanzada por la liberación social y nacional de América y todo el hemisferio occidental.

Con mayor razón cuando nuevas amenazas geopolíticas e intervención militar, como la “guerra comercial-arancelaria” Trumpiana —para iniciar de lleno, mañana viernes 1º de agosto—, amenaza a Canadá, México, Centroamérica, Sudamérica, el Caribe y otros Estados-Nación del resto del Planeta Tierra; así como las acciones contrarrevolucionarias de la derecha autóctona e internacional, no cesan en su patológico propósito de aplastar o desestabilizar la continuidad y consolidación de la heroica y humana obra de la Revolución Cubana.

Lo que se creía un tanto superado se hace otra vez presente. La perversa manipulación estadounidense del ‘narcotráfico terrorista’, de los derechos humanos y de la supuesta defensa de la democracia, potenciada para ‘justificar’ las consignas contrarrevolucionarias en marcha —llegando incluso—, a valerse de esos temas para reforzar a puntos cercanos como Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú,… sus bases en Panamá, para asegurar su agresividad militar en la región.

Lo que olvida o subestima el “Tío Sam” o el Pentágono de los USA, es que los pueblos con memoria histórica siguen cultivando su simpatía y empatía con la Revolución Cubana, porque tienen presente que el actual sistema político cubano tuvo su origen, entre otros hechos, en dos que se consideran relevantes: las condiciones desde 1959 en que se constituyó el nuevo sistema político y la orientación socialista dada a la Revolución.

El primer caso emerge de la lucha popular contra la dictadura de Fulgencio Batista — apuntalada por los EE. UU.—, conformada por el liderazgo de Fidel Castro, Che Guevara, Camilo Cienfuegos, etc., cuyo movimiento político, guerrillas y fuerzas armadas se hacen del control administrativo-gubernamental y territorial,… que subvierte el nefasto ‘orden’ político batistiano existente, para establecer el nuevo régimen político que continúa hasta hoy.

En el segundo hecho, las transformaciones de que fue objeto la sociedad cubana en su totalidad en el ámbito nacional e internacional, adquiere un definitivo carácter ANTIIMPERIALIS ANTICAPITALISTA a fines del año 1960 para dar inicio a la construcción de la sociedad socialista y comunista.

Cabe destacar, que la inscripción a una u otra concepción del socialismo, influyó menos en la conformación del nuevo sistema político que la interpretación de la lucha revolucionaria y de sus metas socioeconómicas mediatas e inmediatas. Sin embargo, los referentes presentes en las experiencias socialistas de Europa (URSS) y de Asia (China), como las consideraciones políticas ideológicas, tendrían a lo largo del tiempo una ascendente influencia en el diseño del mismo.

En aras del bienestar de la por tantas décadas súper explotada población cubana, desde su instauración como un poder revolucionario, el régimen político cubano evolucionó tanto como parte del proceso global de la Revolución como en respuesta al ambiente de cada período.

De tal manera, desde su fundación como poder revolucionario, a lo largo de su desarrollo se advierten continuidades y cambios en el sistema —en sus componentes institucionales, planes, tareas, mecanismos, sujetos y actores, etcétera—, en la continuación de un conjunto de objetivos esenciales que caracterizan su lugar en el modelo de TRANSICIÓN DEL SOCIALISMO CUBANO, por ejemplo:

Asegurar el cambio social acorde a metas, prioridades y nuevas relaciones sociales.- Promover el desarrollo económico y social.- Asegurar la reproducción del nuevo sistema social y del propio sistema político, adecuándolo a los cambios de su ambiente, garantizando su defensa y reproduciendo su consenso.- Socializar a la población en las nuevas pautas y valores humanistas.- Alcanzar una sociedad plenamente democrática.

Para el logro de lo anterior, el rasgo más importante del régimen político es su unipartidismo y las atribuciones otorgadas en la CONSTITUCIÖN al Partido Comunista de Cuba (PCC). La condición de único partido político y de partido de la nación cubana se fundamenta en las bases históricas de la Revolución Cubana y en las exigencias de la UNIDAD NACIONAL FRENTE A LAS HOSTILIDADES DE ESTADOS UNIDOS.

La legitimidad del sistema político del Estado cubano, se fundamenta en su esencia histórica y jurídica; en su carácter democrático para proseguir sus objetivos básicos, como lo son: preservar el poder revolucionario y el desarrollo y práctica de la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA.

CUBA REVOLUCIONARIA, SEGUIRÁ SIENDO IRREDUCTIBLE: Sobresalientemente porque desde el año 2024 cuenta con la VALIOSA SOLIDARIDAD y apoyo económico, comercial y cultural de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); economías emergentes con un gran potencial y con 3,300 millones de habitantes: más del 40% de la población mundial.